32 - Cámaras

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Elsa camina nerviosa de un lado al otro de la oficina de Kai Holmen. Detrás de ella, Kristoff se remueve impaciente en su asiento, pero permanece con los brazos cruzados sobre su skate y la mandíbula apretada. Pabbie está sentado a su lado, mirando duramente al Rector.

Y el Rector no deja de gritar al teléfono.

"¡Necesito las imágenes de esas cámaras ahora!" exclama antes de cortar la llamada y soltar con rabia el aparato sobre la mesa. Respira profundo un par de veces y se quita los pequeños anteojos en un gesto de desesperación. "Las computadoras de los guardias de seguridad no responden y tenemos que esperar a que llegue la gente de sistemas a revisarlas para que puedan darnos la filmación."

"Pero nadie sabe nada de Anna hace seis horas," protesta Elsa. "Cada segundo cuenta, Kolbek pudo llevársela-"

"Por lo que sabemos, el señor Kolbek se encuentra en el área de su residencia," la interrumpe el Jefe Weselton, entrando sin anunciarse y cerrando la puerta a sus espaldas. Kristoff rueda los ojos.

"¿Y eso cómo lo sabe? ¿Mirando el GPS de la tobillera?" inquiere, sarcástico.

"Para su información, jovencito, la tobillera es un dispositivo sumamente eficaz para el control de sospechosos de delitos menores y-"

"¿Delitos menores? ¡Hans Kolbek está acusado de abuso sexual e intento de secuestro! ¿Le parecen delitos menores?" El tono de Elsa es elevado, firme, pero no llega a gritar. Intenta controlarse, pero el oficial le está haciendo perder la paciencia.

"La familia Kolbek está conformada por miembros muy respetables de la comunidad al sur de Arendelle, señorita Westergard. Si yo fuera usted me cuidaría mucho de las acusaciones que ha-"

"Ninguna familia va a impedir-"

"¡Silencio!" ordena Holmen. Elsa y Weselton callan a la vez, pero se mantienen la mirada. "Señorita Westergard, créanos que haremos todo lo que esté en nuestras manos para ayudar. Y tú, Duke, sabes bien cuál es tu trabajo, y eso no incluye amenazar a ninguno de mis estudiantes. Así que hazme el favor de sentarte junto a Maxwell y explicarnos qué acciones está tomando tu Departamento para encontrar a la señorita Sandberg."

"¿Acciones? Son pocas horas para asumir que está desaparecida. Pudo haber salido con el novio..." sugiere con liviandad Weselton mientras toma lugar en una silla cercana. Elsa cuadra los hombros y está a punto de contestarle cuando escucha un golpe en la puerta, que se abre apenas suficiente para que pase la cabeza de un guardia de seguridad.

"Rector, logramos revisar la grabación de la cámara del Edificio Lund," anuncia. "Ya puede acceder normalmente desde su computadora."

Holmen agradece y le hace un gesto para que se retire. Acto seguido, gira el monitor que está a un costado de su escritorio para que todos puedan verlo. Tras hacer un par de clicks, aparecen en pantalla las cámaras en vivo, pero manipula los controles para llevar las imágenes hasta poco antes de las 6 de la mañana en el Edificio Lund, con 4 ángulos a la vista.

Exactamente a las 5:52 se ve a Anna bajando por la escalera principal, con su mochila y una campera deportiva. Al llegar al borde de ese cuadro, aparece en otros dos, uno interior y otro exterior, empujando la puerta de entrada. Pero en la cámara exterior se ve una figura encapuchada salir de entre las sombras y ubicarse justo frente a la puerta, detrás de la chica. Anna da un par de pasos hacia los escalones y se da vuelta sobresaltada. Retrocede un paso, pierde el equilibrio, el encapuchado se apresura a sujetarla y le coloca una mano sobre la nariz y boca.

¿Eso es un pañuelo?

Anna forcejea unos segundos, pero de a poco sus movimientos pierden fuerza y se afloja en brazos del agresor, que la gira sobre sí misma y la echa sobre su hombro velozmente. Baja los escalones hasta la acera y cruza la calle, donde hay un auto oscuro estacionado. Abre la puerta trasera y mete a Anna con poco cuidado.

Y en ese movimiento, se le cae la capucha.

Y se ve el rostro completo, que incluye las patillas largas hasta la mandíbula.

"Duke, creo que ahí tienes tus pruebas," sentencia Holmen. Weselton alza las cejas casi hasta el borde de su ridículo tupé. Su bigote comienza a temblar.

"E-enviaré una patrulla a la residencia Kolbek inmediatamente. Y daré una orden de búsqueda para ese auto."

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