Los labios de Anna son suaves, pero insisten en los de Elsa con la fuerza apenas suficiente para que, cinco segundos después, la rubia responda con timidez.
Para cuando Anna rompe el contacto, Elsa suelta el aire que no recuerda estar reteniendo. No puede evitar sonreír, aún con los ojos cerrados. Siente la mano de la pelirroja deslizarse hasta su mentón para levantarle la cabeza, y recién entonces se anima a mirarla.
Anna se está mordiendo el labio inferior, tratando de atenuar una sonrisa brillante imposible de ocultar en sus ojos.
"Creo que tenemos un par de cosas que hablar," murmura Elsa. "Y la clase-"
"La clase puede esperar," afirma, sin perder la sonrisa. La mano que estaba en su cintura presiona ligeramente y, acto seguido, da un paso hacia atrás y Elsa la sigue.
La sigue fuera del baño, y por los pasillos de aulas. Y Anna desliza su mano suavemente en la de ella y la guía fuera del campus hasta Oaken's, hasta su mesa habitual, frente a frente con un milkshake y un chocolate caliente.
"Creo haber establecido un punto," bromea Anna. Elsa mantiene la mirada en su vaso.
"Creí que te gustaban los chicos..."
"Sí. Y también las chicas," afirma con seguridad, aunque un segundo después baja un poco la voz y añade: "Al menos una chica..."
Elsa se siente ruborizar.
"Tú y Bjorgman estaban muy... pegados. Pensé que..."
"Bueno, hablamos sobre salir, pero... Nos dimos cuenta de que no había química. Al menos no ese tipo de química. Tenía mejor química que con Hans, obviamente, creo que eso lo podría ver cualquiera. Pero no, Kristoff es mi amigo. Él sabe que me gustas, claro. Por eso siempre estamos hablando, me ha dado varios consejos porque también es tu amigo. No es que me haya dicho secretos tuyos, claro que no, esos los guarda muy bien, pero..." Toma aire de golpe y vuelve a sonreír nerviosa. "Lo siento, estoy hablando de más otra vez y-"
"No te disculpes, me gusta escucharte," asegura. "Yo debería pedirte perdón por hacerte perder la clase y-"
"Por ti perdería todas las clases, Elsa," murmura con una sonrisa en la voz. La rubia levanta la mirada y ve que, otra vez, Anna se está mordiendo el labio inferior y el rubor le resalta las pecas de la nariz y los pómulos. "Antes de Navidad... Cuando estábamos viendo 'Hombres de Negro'..."
"Oh, no, esa noche..." recuerda Elsa, cubriéndose la cara avergonzada.
"Cuando te alejaste pensé que me estabas rechazando..."
"Lo cierto es que estaba aterrada," confiesa la rubia. "No supe cómo reaccionar." Se hace un pequeño silencio mientras ambas toman sus bebidas, en parte para recobrar el coraje y seguir hablando. "Me gustaste desde la primera clase de Lógica."
Anna sonríe ampliamente.
"Me gustaste desde que te vi aquí en Oaken's, el día que me recomendaste el sándwich de pizza." Toma la mano que Elsa usó para levantar su vaso y desliza el pulgar suavemente por el dorso antes de continuar casi en un susurro. "Y creo que me enamoré cuando empezamos a compartir habitación."
Elsa siente que el pecho se le llena de sol, brillante y abrasador, expandiéndose por todo su ser.
¿Será esto alegría real, conectar con alguien, amor correspondido?
Es similar a lo que siente al reír con Anna y Kristoff en esa misma mesa, con Olaf mirándolos sin entender. Pero multiplicado al infinito, un calor que le libera el corazón oprimido desde siempre en un puño de hielo, su alma acallada por el peso de la responsabilidad y las expectativas inalcanzables.
"¿Elsa?" Anna la está mirando fijo.
¿Cuánto tiempo pasó?
"Lo siento, hablé de más otra vez, ¿verdad? Siempre lo hago. Digo una cosa y se enreda con otra y termino diciendo cosas que no debería decir. Mi madre siempre dice que piense un poco antes de hablar, que el pez por la boca muere y yo-"
Elsa se levanta, toma a Anna de la solapa de su chaqueta por encima de la mesa, y la besa, y deja que el beso transmita lo que no puede aún poner en palabras.
La besa primero con decisión, con urgencia. Luego se permite disfrutar del momento, la respiración entrecortada y las lenguas lentamente, tímidamente, entrelazándose sin ganar ni perder.
Las dos saben a chocolate, pero distinto. Frío y calor, complementándose.
Se separan y Elsa da la vuelta a la mesa, arrodillándose junto a Anna. La toma de la mano, clavando su mirada en la de ella.
"Tal vez me cuesta un poco elegir las palabras adecuadas para expresar lo que siento," cierra los ojos, inspira profundo, "no me educaron para ser sensible y noble como tú. Pero hay algo que sé, y es una verdad absoluta."
Y vuelve a abrir los ojos, y puede ver a Anna estremeciéndose, como si esa mirada le quemara la piel.
"Desde el primer momento en que te vi, en aquella clase de Lógica, supe que sería una agonía vivir lejos de ti."
-o-o-o-o-o-o-o-o-
La mitad de este capítulo la escribió mi esposa. Así que el crédito debería ir para ella.
Y el capítulo queda dedicado para vos, amor, mi beta hace más de 10 años. Que sos quien me da calorcito en el pecho, quien me hace sonreír, y con quien quiero estar siempre, cuarentena o no.
Whatever it takes.

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Lógica
Любовные романыEl hecho de que Elsa se sentara en el fondo del aula no tiene que ver con que le disguste la clase ni con que quiera ser remotamente relacionada con los revoltosos de siempre. Pero el último pupitre del lado derecho del aula le da una vista directa...