"Hans."
El nombre sale con apenas un hilo de voz de la boca de Anna, en el preciso momento en que el grupo de amigos sale de Oaken's. La pelirroja se paraliza con la mirada al frente y su mano aprieta la de Elsa con fuerza. Olaf, confundido, se esconde tras la rubia.
Kristoff sigue la mirada de su amiga y ve un coche gris estacionado del otro lado de la calle. Y corre, pero el vehículo arranca antes de que el muchacho pueda alcanzarlo.
Elsa atina a sujetar a Anna por la cintura justo antes de que se le aflojen las piernas. Kristoff vuelve bufando.
"Era su coche," confirma. "Es el mismo con el que fue a la casa de TTF."
"No debería estar aquí, se supone que tiene una tobillera y una orden de restricción," protesta la rubia. "Hay que avisarle a la policía... ¿Anna? ¿Crees que puedas llamar?"
La pelirroja asiente y saca el teléfono del bolsillo. Se aleja unos pasos para hacer el llamado.
"Esto es grave," comenta Kristoff. "Es la tercera vez esta semana."
"Y el incompetente de Weselton sigue diciendo que la tobillera lo ubica en la casa de los padres. De alguna forma Hans está consiguiendo salir."
"O está enviando a alguien para asustar a Anna," especula. Elsa gruñe, frustrada.
Siente ira. Verdadera ira hirviendo en su interior, mezclada con la impotencia de no tener herramientas para ayudar a Anna más que haciéndole compañía.
"De cualquier forma, tenemos que tener cuidado. No podemos dejarla sola, Bjorgman."
"Chicos, no quiero que le pase nada malo a Anna," murmura Olaf. Los jóvenes lo miran serios antes de volverse hacia Anna, que regresa con ellos.
"Mandará una patrulla a la casa y otra al campus," anuncia con un suspiro resignado.
Como si reflejara el ánimo de la rubia, un relámpago ilumina la noche. El silencio en el grupo dura hasta que se escucha el trueno, un par de segundos después. Olaf encoge los hombros y se toma del buzo de Kristoff.
"Volvamos antes de que empiece a llover," propone el muchacho. "Yo me quedo a esperar a la madre de Olaf, ustedes adelántense. Pero tenemos que organizarnos, creo que Hans es un verdadero peligro."
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Lógica
RomantikEl hecho de que Elsa se sentara en el fondo del aula no tiene que ver con que le disguste la clase ni con que quiera ser remotamente relacionada con los revoltosos de siempre. Pero el último pupitre del lado derecho del aula le da una vista directa...