- Khay necesito ayuda.- Me dijo Ushar acercándose a mí. - ¿Qué pasa?- Pregunté.
Él me agarró la mano y me llevó a una esquina apartada del resto. Cuando menos me lo esperé me beso salvajemente.
- Llevo toda la noche esperándolo, subamos.- Me dijo exhausto. - Wow, relájate playboy, no podemos desaparecer asi como así, a demás Kylo iba a subir a descansar ahora.
Me comenzó a besar el cuello.
- Da igual, yo lo echo, a demás, es un buen regalo de cumpleaños.-Sonrió pervertidamente para después continuar besándome en el cuello. - Nos van a ver, subamos.- Dije para luego dirigirnos al ascensor.
Miré hacia los lado para comprobar que nadie nos viera y entramos. Nos colocamos mirando hacia la puerta hasta que esta se cerro y
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Me cogió por sorpresa. El intenso beso continuó todo el viaje hasta que llegamos hasta la última y lujosa planta.
- Vale, entremos discretamente en la suite y dentro continuamos.
Dije saliendo de allí lo más normal y decente posible. Llegamos a la puerta doble que daba a nuestra habitación.
- ¿Tienes la llave?- Pregunté. - Mierda.- Dijo. - ¿esta llave? -Preguntó una voz a nuestras espaldas. - ¿Kylo? -lo miré extrañada. - Ushar déjanos solos.-Le pidió.
Tragué saliva.
-Podríamos hacer un trio.- Sugirió Ushar.
Ambos lo miramos con desaprobación.
- Yo solo sugería. Nos vemos después.- Dijo tocando mi brazo para luego volver a bajar en el ascensor.
Dirigí mi mirada de nuevo hacia Kylo esperando a que dijera algo. Cosa que no hizo, solo pasó la tarjeta por el sensor y abrió la puerta de la habitación dejándome paso.
Entré dejando mi abrigo encima de un sillón situado enfrente de la gran cama que poseía la suite.
- ¿Qué pretendes Ren? - ¿Tu mejor amigo? ¿Enserio?- Me preguntó quitándose la americana negra. - Llevamos años así y lo sabes, no entiendo por qué te sorprendes.-Lo encaré. - No me sorprendo. El descifrador ha venido a hablar conmigo. - Kylo, no tengo toda la noche.- Me crucé de brazos. - Nos ha ofrecido un rastreador, para encontrar a los rebeldes en cualquier parte de la galaxia. - ¿Lo aceptaste? - Claro.
Ninguno dijo ninguna palabra.
- Creo que voy a bajar, es tarde.- Dije apuntó de dirigirme hacia la puerta, pero una mano me detuvo. - Solo necesito una última noche, nada más.
Lo miré directamente a los ojos, era la mirada más tierna que había visto en mi vida. Me quedé unos segundos mirando la oscuridad que traían sus ojos.
