Casa de Alba, Jueves 9 de Noviembre- 19:20
-Alba cariño, te vas ya? -preguntaba Rafi pillando a su hija justo agarrando el pomo de la puerta.
-Si mamá, voy con Marta. No volveré a cenar. -cerró la puerta y miró su móvil para comprobar si había algún mensaje de su amiga.
Como no encontró ningún mensaje guardo el móvil y puso rumbo a la plaza.
Alba nunca había sido una chica popular, pero si que tenía un gran nivel social. En su instituto tenía muchos amigos y amigas, algún que otro rollo de vez en cuando pero nada serio. Nunca había buscado la popularidad pero si está venía hacia ella, no se iba a quejar. Su familia no era millonaria, pero tenían un gran nivel económico.
Siempre le había gustado la música, no salía de casa sin sus auriculares y su móvil con una lista de reproduccion llena de canciones de todo tipo. Bueno, para la gente podrían ser simples canciones. Para ella, cada una de ellas tenia historia y sentimientos. Puede sonar cursi, pero Alba era así con la música. Y sólo con la música, porque Alba no era una persona afectuosa. Tampoco arisca y desagradable, obviamente que daba abrazos, besos y caricias a sus amigos y amigas.
Pero si piensas en Alba la primera palabra que te sale, no es dulzura y cursi.
En resumen, Alba era una chica normal. Con gustos más o menos normales, y con una vida cómoda e igual de normal que todo lo anterior.
De camino a la plaza y con la música a todo volumen, se sentia ella misma.
Alba era lo que se puede definir como una adolescente como otras, sin muchas preocupaciones más allá de los estudios.
-Que tal? -preguntó su amiga Marta dándole un abrazo.
Al contrario de Alba, Marta era una chica menos sociable. Tenía amigos en común con Alba, pero era lo que podríamos definir como una chica reservada, incluso tímida con la gente que no conoce.
Marta y Alba se conocían desde pequeñas, eran amigas desde aquel día que ambas pisaron el parque de su barrio acompañadas de sus respectivas madres. Al contrario de Alba también, Marta nunca había tenido ningún rollete, pero a ella eso nunca le importó. Ella sabía que cuando tuviera que pasar, pasaría.
-Bien -se sentó en el lado del banco contrario al de Marta. -Como no, este viene tarde. -se refirió a su otro amigo.
-Ya conoces a Joan, estará peinandose el flequillo chicle ese que lleva. -se burló su amiga haciendo reír a la rubia.
El chico apareció por una de las calles principales, con su chupa de cuero y sus vaqueros rotos. Y como no, aunque no hubiera sol, sus gafas de sol de marca que cualquier persona no se podría permitir. Pero ya que el si podía, le gustaba alardearlas siempre que tenía oportunidad.
-Pero, y lo guapo que es el cabrón... -opinó Marta acercándose a él para darle un abrazo.
Joan no era un mal chaval, era un buen chico. Quizás se dejaba llevar demasiado por el postureo y la apariencia de niño con pasta. Pero en el fondo nunca haría daño a nadie.
-Hola rubia -se acercó para darle un abrazo a la chica que había estado observando todo desde el banco.
Alba se dejó abrazar y abrazó de vuelta al chico.
-Ya te has bañado en colonia? -bromeó cuando el perfume del chico les inundó las fosas nasales.
-Si -se río el chico. -Sabeis que van a abrir un 24h super guay estilo americano al lado de mi casa? -comentó el chico emocionado, desde luego que ese lugar daba para muchas fotos en el Instagram de Joan, quién tenía alrededor de 5.000 seguidores en la red social.
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The weird / ALBALIA
FanfictionHay veces que la vida marca tu personalidad, tus gustos, tus miedos y tu vida. Y hay otras veces que puedes tener todas las opciones, tienes la libertad de elegir tu vida y eres feliz. Que pasará cuando dos personas con los dos puntos de vista se ju...