Capítulo Seis

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Julio.

Cuando mi mirada se cruzó con la de Isabela decidí irme antes de que yo explotara, no podía permitir que Isabela se enterara de que sentía cosas por ella, y menos mi novia, así que intenté disimular mi enojo enfrente de ella, ya estábamos a pocas cuadras de su casa, no sería tan difícil.

Al llegar a nuestro destino mi novia me dio un beso en los labios antes de entrar a su casa, quería pasar por la casa de Isabela de regreso a la mía, pero sabía que si la situación había terminado como yo suponía, me iba a poner mucho peor, así que decidí tomar otro camino.

Me recosté en mi cama y cerré los ojos, vino a mi cabeza esa horrible imagen, André e Isabela a centímetros de distancia.

Sacudí mi cabeza levemente para eliminar esos pensamientos, dicen que la mejor manera de sacar el enojo es hablando con alguien, y como no tenía a nadie con quien hablar decidí tocar el piano un rato, últimamente me había sentido muy cómodo con él, después de una hora me puse mi pijama y me acoste a dormir.

Al día siguiente mi animo no había cambiado demasiado, seguí la rutina que normalmente sigo por las mañanas y me encamine al colegio, esta vez sin Julia, le dije que prefería verla allá.
Me puse los auriculares y dejé que mi playlist se reprodujera.

Entré al colegio sin llamar mucho la atención y me dirigí a mi locker, al llegar me encontré con una gran sorpresa.

No estoy listo para esta conversación.

— Tenemos que hablar — me dice con esa voz imponente que siempre usa cuando tiene algo importante que decir.

— Lo siento Isabela, tengo que ir a clases.

— Desde cuando Julio Peña está tan apurado en llegar a una clase?

—Hay muchas cosas que no sabes de mi.

Hablaba en serio, comenzamos a hablar desde hace poco, aunque hasta a mis mejores amigos les ocultó cosas. Pero era obvio que llegar temprano a una clase no era mi fuerte.

— Hablo en serio, te vi en el parque ayer en la noche.

— Algún problema con eso?

— Creo que te debo una explicación.

— Y yo creo que no soy nadie para que me des explicaciones, lo qué pasa en tu vida privada no es de mi incumbencia.

— Wuau, eres más frío que Elsa de Frozen.

La miré con mala cara, no estaba de humor para chistes, y al parecer lo entendió perfectamente.

— Bueno tranquilo solo quería aclarar las cosas.

— No es necesario, no somos novios ni amigos.

— Novios no pero amigos podríamos serlo, no eras tú el que quería acercarse a mi?

Como no conteste nada ella siguió hablando.

— Se que nuestra conversación no comenzó de la mejor manera pero creo que es un buen momento para comenzar de nuevo, amigos? — dijo antes de tenderme la mano.

Asentí con la cabeza y estreché su mano, una sonrisa se asomó en su rostro y no pude evitar imitarla, estaba claro que este momento ya lo había soñado demasiadas veces, y fue más lindo de como lo imaginaba.

Isabela.

Cuando André y yo nos separamos le pedí que entráramos a la casa así veíamos si nuestros papás ya habían terminado su plática, ya me sentía demasiado incómoda después de lo ocurrido.

Nuestros padres nos dejaron quedarnos en la mesa y conversar con ellos hasta que se hizo tarde.

No pude dejar de pensar en Julio toda la noche, no me quedaba tranquila sabiendo que Julio presenció mi casi beso con André, lo cual era extraño porque no sentía nada por Julio.

Había tenido un día demasiado pesado, se podría decir que fue el primer día de clases más extraño de toda mi vida.

Mis padres y yo nos despedimos de los Lamoglia y después de mis padres, seguido de eso subí a mi habitación y me fuí a dormir.

Al día siguiente me paré temprano de la cama, estaba decidida a hablar con Julio y explicarle lo de la noche anterior, sentía la necesidad de explicarle las cosas, y así incluso aprovechaba la ocasión para disculparme por no haber aceptado su amistad del todo bien.

Cuando llegue me dispuse a buscar algún grupo de gente, siempre que había un montón de alumnos juntos significaba que Julio estaba ahí, y probablemente con su noviecita, pero me lleve una grande sorpresa al no encontrarlo en el grupo de gente, solo estaba Julia con Andrea, su mejor amiga, así que solo me quedaba una opción, su locker.

Él no estaba ahí, pero antes de irme escuché unos pasos caminando hacia mi, era Julio que venía llegando hacia su locker, cuando lo vi tenía una cara terrible, se notaba que no había descansado muy bien, y se veía un poco desanimado.

— Tenemos que hablar — le dije con una voz seria, tenía que oírme imponente.

— Lo siento Isabela, tengo que ir a clases
Eso no se lo creía ni él.

— Desde cuando Julio Peña está tan apurado en llegar a una clase?

—Hay muchas cosas que no sabes de mi

Esto claramente no lo sabía.

— Hablo en serio, te vi en el parque ayer en la noche.

— Algún problema con eso?

— Creo que te debo una explicación.

— Y yo creo que no soy nadie para que me des explicaciones, lo qué pasa en tu vida privada no es de mi incumbencia.

— Wuau, eres más frío que Elsa de Frozen.

Si las miradas mataran, yo ya estaría muerta en este momento, realmente estaba de mal humor.

— Bueno tranquilo solo quería aclarar las cosas — digo para tranquilizarlo un poco.

— No es necesario, no somos novios ni amigos.

— Novios no pero amigos podríamos serlo, no eras tú el que quería acercarse a mi?

Al no recibir una respuesta, proseguí.

— Se que nuestra conversación no comenzó de la mejor manera pero creo que es un buen momento para comenzar de nuevo, amigos? — dijo antes de tenderme la mano.

El asintió y estrecho su mano con la mía, le sonreí y él me imitó.

— Solo para aclarar, no me bese con André solo nos abrazamos, lo nuestro ya es cosa del pasado. — le dije soltando su mano.

— Te dije que no necesitaba que me explicaras nada.

— Bueno perdón — le dije con una sonrisa pícara.

— No te ibas a quedar sin decírmelo no?

— Exactamente.

Los dos reímos juntos, este lado de Julio nunca lo había visto, y me alegraba poder verlo, aunque aún habían muchas cosas que descubrir sobre él.

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