Capítulo Dieciocho

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Isabela.

Llevaba cinco días encerrada en mi casa, la última vez que salí fue el Martes a hacer el proyecto de Ciencias en casa de Julio, ese además de ser el único día entretenido de mi semana, fue muy especial.

Conocí una parte de Julio que nadie había visto antes, y me siento un poco especial por eso, además conectamos de una manera increíble y me di cuenta que es una persona muy profunda y transparente. Cantar esa canción con el me ayudo a sacar todo eso que tenía guardado desde hace mucho tiempo, debo admitir que jamás logré superar mis sentimientos con André, no antes de ese momento.

Él me dijo que no iba a estar sola, y eso me dejó con una sensación muy extraña en mi pecho, ese abrazo me hizo sentir protegida, como si ese hueco en mi corazón que tenía desde hace meses se llenara de nuevo.

Aún no puedo sacar ese momento de mi cabeza y aún queda rastro de olor fresco y masculino en mi memoria, y todo esto fue aclarando mis sentimientos, me di cuenta qué tal vez si podía darme la oportunidad de conocer a Julio y algo muy dentro de mi me decía que si sentía algo por él.

Todos mis pensamientos se esfumaron al escuchar unos golpes en mi puerta.

—Puedo pasar?—me pregunta mi mamá abriendo la puerta con una sonrisa—. Giulia está en la puerta, me dijo que si podía pasar a hacerte compañía un rato.

Mi cara se iluminó y comencé a saltar como una niña pequeña.

—Ay si! Mamá puede quedarse? Por favor?—hice un puchero y le mostré mi cara más tierna.

—Mmm aún sigues castigada—se quedó callada por unos segundos y prosiguió—. Pero te has portado muy bien así que la dejaré quedarse algunas horas.

—SI!!! Gracias mami!!!—la abracé emocionada y salí corriendo de mi habitación para recibir a mi amiga, solo escuche a mi mamá riendo detrás mío.

—Amiga! Te extrañe mucho—dice Giulia estrechándome en un largo abrazo—. Te traje esto.

Giulia me tendió una caja transparente con mis cupcakes favoritos, los de terciopelo rojo. Su mamá es repostera así que disfruto mucho de ir a su casa ya que siempre hay algo dulce para comer.

—Seguramente ya extrañabas comerlos así que le pedí a mi mamá que me diera algunos para ti—me dice con una sonrisa, yo simplemente la volví a abrazar y me siguió a la cocina para dejar los cupcakes.

—Tenemos mucho de que hablar, pero primero me vas a contar todo sobre Julio!—chilla emocionada dando pequeñas palmaditas con sus manos, mientras yo me senté en un taburete frente a la barra.

Sentí como mis mejillas se sonrojaron ligeramente, no podía evitar pensar en nuestro abrazo y las palabras que me dijo.

—Todo el mundo está hablando sobre el triángulo, y ya hay hasta bandos con shippeos: Team Isulio y Team Juls. Puedes creerlo!?—menciona con la boca abierta y una leve sonrisa

—En realidad no, aún no se que haré mañana que regrese a clases, no se si podré con tanta presión.

—Te lo tenías muy escondido, Souza.

—Giu, hay algo que tengo que decirte, no se lo puedes contar a nadie. Después le contaré a Agus, pero mientras no se lo digas, okey?—ella me miro con atención y asintió con la cabeza—. Todo esto es una estrategia de Julio para ganar popularidad, solamente acepte porque no quería desaprovechar que Julio Peña me estaba poniendo atención, además creo que me gusta.

La cara de Giulia pasó de desaprobación a felicidad, es experta en temas del amor y shippeos.

—De verdad te gusta Julio!?—exclama emocionada, yo asentí cohibida.

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