¿Vale la pena saber tus raíces?

CAPÍTULO 14

Sigo petrificada, no sé qué hacer. Hay algo dentro de mí que me dice que coja el móvil y que salga de allí, pero hay otra que me dice que hable con él y le pegue una hostia por lo del otro día.

-Emery, dice mamá que vengas ya y que no se tarda tanto en coger un móvil - me dice Maddy rodeándome con sus bracitos la cintura

-Lo siento papá y un amigo me han entretenido - le digo agarrándola de sus mejillas y mirándola a los ojos con una sonrisa.

-Eso no es excusa, un momento, acabas de decir <<papá>>

-Sí, pero no te acostumbres - le digo todavía con su carita entre mis manos, y esta vez la que sonríe es ella.

-¡Maddy! ¡Te dije que llamases a Emery, no que te quedaras a charlar con ella! - entra de pronto Beatrice, buscándonos como si fuésemos un tesoro perdido.

-Tranquila Beatrice, la he entretenido yo. Ya vamos para allá - le digo para que se tranquilice

-Me voy de nuevo para la habitación, y más os vale venir detrás mía - dice Beatrice que parece que se ha molestado un poco por mi tardanza.

-Mejor vámonos ya para arriba, Emery - me dice Maddy

-Sí, pero espera voy a coger mi móvil. Ve tu si quieres ya - le digo mientras me vuelvo a por mi móvil.

Por desgracia, cuando me vuelvo, Samuel sigue allí. ¿Por qué no se va ya y me deja en paz? De todas formas, lo sigo ignorando, y cojo el pequeño aparato de lo alto de la mesa. Una vez lo tengo en la mano y voy a andar hacia las escaleras, algo toca mi mano. Me giro lentamente, más de lo que debería puesto que me están esperando, y como no es Samuel. Me alejo de él dando un golpe seco para que me suelte la mano.

-Emery, espera

-Lo siento, me están esperando

-Bueno por un momento más que esperen no pasa nada

-Creo que sí, además a ti qué te importa corre con tus amigos. No entiendo qué haces aquí pudiendo estar por ahí en alguna fiesta poniéndote borracho como una cuba.

-Emery, yo no soy así

-¿Ah, sí? Pues eso no es lo que me pareció el otro día

-De eso es de lo que te quiero hablar…

-Pues yo no tengo nada de qué hablar contigo - sentencio esperando que me deje irme con Beatrice y que me olvide.

Una vez arriba.

-Emery, por fin has llegado. Estaba empezando a pensar que te habías marchado - dice Emma con cara de estar cansada de esperar, y yo pongo los ojos en blanco tras escuchar su ridículo comentario.

Algo me parece raro, Sofía no está. ¿Cómo es posible que una de mis mejores amigas no esté en el momento en que me pruebo el vestido de mi cumpleaños?

-Bueno, dejad de hablar y mira esto Emery - dice Beatrice para desviar mi mirada.

Tal y como dijo Christian, el vestido es de un morado precioso. El vestido se amarra al cuello, el pecho tiene pequeños brillos que hacen que la habitación te deslumbre, y la falda, de capa, llega hasta por encima de la rodilla. Jamás habría imaginado una cosa tan bonita, estoy sin palabras. No se que decir. Me he enamorado del vestido.

-¡Esto es increíble! ¡Muchas gracias Beatrice! - le digo mientras la abrazo con fuerza y ella me da los zapatos. Oh no, los zapatos son de tacón, me va a dar algo, llevo mucho tiempo sin ponerme unos.

-Tranquila, estarás bien - me dice Beatrice que parece ver mi cara de susto, la cual cambio por una sonrisa.  

El vestido me queda genial, es precioso. Nunca me imaginé que algo tan bonito yo fuera a llegar a ponerme. Sinceramente, no sé cómo les puedo agradecer esto a Beatrice y Christian.

-Hay una cosa más, pero para eso tienes que ir a buscar a Christian. Dile que ya te lo puede enseñar - me dice Beatrice.

¿Cómo que otra cosa más? Con esto ya era más que suficiente.

Bajo por las escaleras para buscar a Christian. Beatrice me dijo que estaba en el jardín trasero esperándome, porque decía que ese lugar le gustaba más para dar sorpresas.

Para llegar al jardín trasero, primero tengo que pasar por la cocina. Espero que Samuel ya no esté allí.

Al llegar a la cocina, Samuel seguía allí pero estaba hablando, junto con su grupo, con alguien más, con una chica, con Sofía.

-Sofía, entonces tú convences a Emma y Emery para que se acerquen a nosotros y que así yo pueda llevarme a Emery y pueda hablar con ella, ¿no?

-Exacto, pero ya sabes lo que quiero a cambio - dice Sofía

-Sí, sí, ya lo sé, pero asegúrate que Emery viene.

-Tranquilo, yo siempre consigo lo que quiero.

¿De qué está hablando Sofía? ¿Qué es lo que le ha pedido a cambio?

Decido entrar y pasar corriendo en busca de Christian y alejar mi mente de estos pensamientos. Pero pienso preguntarle más tarde a Sofía de qué demonios va eso.

-¡Emery! - grita Sofía mientras yo corro. ¿Por qué tiene que ser tan grande la cocina?

-¡No puedo pararme Sofi! ¡Luego hablamos! - le grito.

Como dijo mi madre… perdón, Beatrice, Christian estaba esperándome en el jardín.

-Por fin, creía que a Beatrice se le había olvidado. Estás preciosa, mi niña - me dice al verme aparecer a su lado

-Gracias, y lo siento por tardar

-No pasa nada, lo importante es que estás aquí. Y esto es para ti - dice abriendo un caja cuadrada

Me la da y al abrirla veo algo brillante dentro. Es un collar de media luna de color plata y al lado hay una estrella azul. Es precioso. Christian me dice con un gesto que me dé la vuelta para ponérmelo.

-Este collar, simboliza que aunque te sientas perdida y que no sabes que haces realmente en el mundo, recuerda que aquí nos tienes. Siempre hay una luz que te guía, siempre vuelve a salir el sol.

-No sé qué decir, muchísimas gracias por todo

-No nos lo agradezcas. Y ahora vamos para adentro, Beatrice quería que hubiera un baile lento en la fiesta, aunque yo personalmente pienso que es una tontería - dice riéndose - pero haber no puedo hacer nada. Si quieres podrías bailar con tu amigo ese, Gus, creo que se llamaba.

-Da igual, papá, estoy bien

De pronto se le saltan las lágrimas. ¿Por qué esta familia siempre acaba llorando?

-¿Qué pasa?

-Nada, es solo que, me has llamado <<papá>> - dice esbozando una sonrisa

Otro igual.

Más tarde, vamos dentro de la mansión y Beatrice ya está preparada para el baile.