Entro dentro de la mansión y se me viene a la cabeza la conversación, que escuché antes, de Samuel y Sofía. ¿Me habrá dicho lo de que tengo que pedirle a Samuel una explicación por lo que escuché? ¿Estará Emma metida también en esto? ¿Qué será lo que Sofía le ha pedido a cambio por conseguir que me acerque a él? ¿Debo confiar en mis amigas? Pero qué demonios digo, claro que puedo confiar en ellas; han estado conmigo siempre, me han apoyado en todo y pasase lo que pasase me han demostrado que no me dejarán nunca sola.
Aunque eso es lo que creía yo, las cosas nunca son como esperamos que sean.
-Emery, mira allí están Samuel y sus amigos, vamos a hablar con ellos, y si quieres, nosotras entretenemos a los demás para que te lleves a Samuel y hables con él. Además no puedes estar enfadada con alguien eternamente - me dice Sofía señalando con la mirada al grupo de chicos que “casualmente” nos están mirando.
Empiezo a pensar que podría preguntarle primero a mi amiga que ha pasado con ellos en la cocina pero, sin darme cuenta de que estoy andando con ellas hacia los chicos, ya es demasiado tarde para plantear mi consulta.
-¡Chicos! ¡¿Cómo estáis?! - empieza de nuevo Sofi bailando con un ritmo que solo se saca ella de la manga.
-¡Bien! ¡Es una gran fiesta, Emery, gracias por invitarnos! - responde Matteo.
-¡No es nada! - le digo gritando por el ruido mientras le dedico una sonrisa falsa.
Miro al muchacho que llevo evitando toda la noche y sus encantadores ojos verdes se cruzan con los míos, y hacen parecer que todo el mundo vaya más lento y que solo existamos nosotros dos en esta enorme sala llena de gente. Sigo examinando su cara perfecta, su piercing de la ceja y sus enormes tatuajes de los brazos, pero hay una nuevo cerca de su hombro, estoy intentado saber que es, creo que se me ve una cara tonta y embobada más de lo que quisiera aparentar pero necesito saber qué es. Por fin, ahora lo veo bien, es… es… es un delfín. Ese es mi animal favorito. ¿Se lo habrá hecho por mí? Que va, que idioteces digo en algunas ocasiones. ¿Sabrá que es el animal que más me gusta? ¿Se lo habrá dicho Sofi? Por dios, Emery te estás volviendo loca.
-Emery, sé que soy muy pesado pero, ¿podemos hablar? - dice una voz suave a mi oído.
¿Qué demonios pasa hoy? Estoy muy distraída, normalmente siempre me doy cuenta de las cosas antes de que pasen pero, hoy… hoy no estoy bien.
-Sí - respondo intentando calmarme y pensando en no arrepentirme de mi respuesta.
-¡Genial! - dice sorprendido - ¿Podemos ir a un lugar más apartado?
-Claro, vamos fuera.
Hoy ya es la tercera vez que voy al jardín para hablar con alguien, espero que no se haga por costumbre.
Me siento de nuevo en la silla cercana a la mesa y le hago un gesto para que empiece a hablar.
-Bien, lo primero de todo, lo siento; fui un imbécil el otro día - ¡No me digas, para nada! Eso es lo que quiero soltar pero está intentando disculparse así que mejor no lo interrumpo - Solo quiero que sepas que aunque intentes mantener las distancias conmigo nada va a cambiar respecto a lo que siento por ti. Ya les he contado a mis amigos que me gustas y se lo han tomado bien. Sé que te molestó muchísimo lo que pasó el día que quedamos. Te prometo que no estaba planeado ni nada, que fue por casualidad. Estoy seguro de que imaginas que dije todo aquello porque me avergonzaba estar contigo delante de mi grupo, y estoy intentando ser sincero, y la verdad, es que tienes razón. Entiendo que esto te sienta peor, pero es la verdad y no quiero que te sientas mal ni que pienses que todo esto lo hago para lastimarte; lo hago para que entiendas que si una vez confiaste en mí puedes seguir haciéndolo. Por favor perdóname, te juro que nunca quise hacerte daño. Pero al igual que tú, esto también es nuevo para mí, nunca he pensando en amar alguien, solo en echar un buen polvo y a la mañana siguiente si te he visto no me acuerdo. Sin embargo, contigo, esto es diferente, no tengo la necesidad de follarte porque si, lo haría distinto, con amor. De verdad que lo siento, ¿serías capaz de olvidarlo y empezar de nuevo?
Estoy petrificada, jamás imaginé que fuera a ser tan sincero. Me ha dolido un poco, bastante, lo que me ha dicho pero creo que sería capaz de perdonarlo y darle una oportunidad. Al fin y al cabo todo el mundo debería tener una segunda oportunidad.
-Me has hecho mucho daño, no tienes ni la menor idea de lo mal que he estado, y no lo entiendo porque eres un chico al que acabo de conocer. Nunca he creído en el amor a primera vista - hago una pausa - ni en el amor, pero esto es muy diferente a mí.
Veo como baja la mirada al ver que unas lágrimas peleonas se deslizan por mis mejillas.
-Pero, a pesar de todo, siento que es necesario que te dé una segunda oportunidad - le digo esperando a que me mire de nuevo a los ojos.
-¿Lo dices enserio? - me dice cambiando la expresión de su cara y mirándome con un ápice de esperanza en sus ojazos.
Asiento y, antes de que pueda decir nada más, sus labios tocan los míos, cierro los ojos y siento que ahora estoy completamente feliz. Me ha hecho mucho daño y, aunque lo acabo de conocer, siento que la nuestra va a ser una gran historia de amor.
Cuando estoy siguiendo los movimientos de su cabeza, abro un momento los ojos y veo que Beatrice está fuera observándonos. Me apresuro a alejarme de Samuel y empiezo a ponerme nerviosa. ¿Por qué cuando estoy bien alguien llega a interrumpir mi momento?
-Chicos, va a empezar a llover; hay una tormenta que ha llegado de imprevisto, es mejor que vengáis dentro y que todos los invitados se vayan - nos dice Beatrice y noto, por su voz, que también está nerviosa.
-Vale, ya vamos para allá - le respondo levantándome de la silla y agarrando a ¿mi novio? de la mano.
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¿Vale la pena saber tus raíces?
JugendliteraturEsta es una historia capaz de hacerte cambiar de opinión, una historia que explica que hay que estar seguro de si realmente quieres saber algo más sobre ti y tu pasado o prefieres vivir en la ignorancia. Por favor si os gusta la historia no olvidéis...