CAPÍTULO 8

29 5 0
                                    

-Emery, ¿por qué has tardado tanto? - dice Emma mientras me subo al coche muy emocionada por la gran noticia que me acaban de dar.

-No os vais a creer lo que me acaban de decir Christian y Beatrice.

-Por dios dinos qué no te han echado de la mansión ni te que te van a dejar tirada como un perro por ahí. De pensarlo me dan escalofríos, ya te estoy viendo paseando sola y hambrienta por las calles esperando que un alma caritativa te recoja y te dé algo de comida y agua para pasar la noche.

-Sofía por favor no seas tan dramática, si le hubieran dicho algo así no estaría tan contenta. Dinos Emery, ¿qué ha pasado?

-¡Mis padres me van a regalar un coche y me van a hacer una fiesta por mi cumpleaños! - digo casi gritando para que el mundo entero sepa lo emocionada que estoy.

Mis amigas se quedan un rato calladas mirándose la una a la otra con cara de saber que está pensando la otra.

-Eh chicas os acabo de contar una gran noticia, al menos me imaginaba que estarías contentas por mí.

-Perdón Emery. Estamos muy contentas por ti, pero el caso es que acabas de decir <<Mis padres>>, ¡es la primera vez que llamas a Christian y Beatrice como tus padres!

-¡Qué! No, no, no, yo no he dicho eso, los he llamado por sus nombres… - hago una pausa para asimilar que estoy mintiendo - … como siempre - intento forzar la mejor sonrisa que sé, siendo consciente de que mis amigas tienen razón.

-Vamos, admítelo, te están empezando a caer bien y lo has dicho - interviene Emma.

-Que va chicas, vosotras tenéis tanta imaginación que hasta empezáis a oír voces.

-Sí, eso van a ser, voces en nuestras cabezas. Además mejor vamos a cambiar de tema hay otra cosa de la que queremos hablar contigo - comenta Sofía.

-Gracias por cambiar el tema Sofi.

-No me des las gracias aún, ¿qué es eso de que no vas a venir a la fiesta en casa de Matteo?

-¿Volvemos al tema de antes?

-Eso sí que no, Emery tienes que ir.

-Está bien, ¿podemos cambiar ya de tema?

-Has dicho que te van a preparar una fiesta, así que, ¿quieres quedar esta tarde para planearla? - por fin Emma se apiada de mí.

-Lo siento chicas, esta tarde voy a ir a una pequeña escapada con Christian y Beatrice. Además yo no les voy a servir de ayuda, vosotras sabéis mucho mejor cómo decorar una fiesta. Os agradecería mucho que la decoráseis vosotras.

Se me quedan mirando otra vez con la misma cara de antes. Reviso mis palabras en mi mente pero no entiendo que he dicho ahora para que se miren otra vez.

-Venga chicas, ¿que he dicho ahora?

-Vas a ir con tus padres de viaje.

-Sí. - respondo son exasperación.

-¿Cómo has cambiado de opinión tan pronto?

-Ayer, hablando con Samuel, me di cuenta de que tal vez tenga que quererles un poquito más.

Empiezan a mirarse de nuevo y a mí me va a dar algo.

-¿Qué tal te va con Samuel? Que yo sepa tú no quedas con nadie.

-Y no lo hago, solo me lo encontré cuando salí y empezamos a hablar un poco, Sofía fuiste tú la que te volviste loca por él, no yo.

-Gracias por acordarte de mí, pero si te gusta adelante yo no te lo voy a impedir - por fin interviene Sofía después de tanto tiempo.

-No estoy interesada ni en él ni en nadie, todo tuyo.

Otra vez esa sonrisa. Joderrr pero se puede saber ¿qué he dicho ahora? Esta vez prefiero quedarme en silencio para ver si se les pasa la tontería que tienen hoy, desvío la mirada lentamente por la ventana para disimular que no me he dado cuenta de sus intenciones de hacerme sonrojar otra vez. Samuel, parece ser una buena persona pero no saldría con nadie, el amor no es lo mío.

Durante lo que queda de camino continúan mirándome igual. ¡No soporto más esta manera en que me miran! De pronto veo que estamos llegando a la universidad y me relajo al pensar que mi primera clase es Literatura. ¡Bien! Voy a poder disfrutar de mi clase favorita, y ,no, porque Samuel esté allí, sentado al lado mía, sino porque voy a volver a ver a mi nuevo amigo y a disfrutar de la clase que más me gusta.

Nos bajamos del coche sin volver a dirigirnos la palabra, pero veo que Samuel se nos está acercando. Tengo ganas de salir corriendo pero Emma y Sofía se dan cuenta de mis intenciones y me agarran para que no me vaya.

-Tener amigas para que te hagan pasar por estas situaciones - susurro solo para mí.

-Hola chicas, ¿qué tal? - saluda Samuel.

-Bien, sin ganas de empezar las clases, pero bien - interviene Sofi.

-¿Qué tal estás Emery?

-B...Bien, con ganas de empezar la primera clase de la mañana.

-¿Tienes Literatura, no?

-Sí.

Los nervios se dejan en casa Emery. Desde siempre me he dicho eso para no estar nerviosa cuando me presento a algún examen o si tengo algo importante que hacer pero nunca me sirve de nada; soy un nervio andante.

-¡Samuel, vámonos tengo ganas de entrar ya a la clase, quiero ver la cara del profesor cuando vea que “los chicos malos” entran los primeros! - dice gritando Matteo desde la otra punta del campus.

-Lo siento, me tengo que ir, me llaman mis amigos. Luego nos vemos Emery.

-S… Sí, hasta luego

Se va corriendo con sus amigos y yo me quedo embobada viéndolo correr con su preciosa figura. Da igual lo que este chico se ponga, siempre va estar guapísimo. Ya empiezo otra vez con estos pensamientos. Por favor quiero parar ya.

-¿Quieres que te digamos porque nos reíamos antes en el coche? - me dice Emma sacándome de mis pensamientos alocados.

-Sí, os lo agradecería - digo con sarcasmo.

-Es raro que le hayas contado algo a Samuel, es raro que se lo cuentes a cualquiera, pero a él fue diferente, se te iluminaba la mirada hablando de él. Y por lo que se ve también le has escuchado y hecho caso, si nosotras te hubiéramos dicho que fueras con tus padres nos habrías mandado a tomar mucho por culo - dice Sofía entre risas.

-Por favor chicas, solo pensé en que tenía razón, le di una oportunidad a mis padres y creo que hice bien.

-Y ahí está otra vez, has dicho 'padres' - empieza de nueva Emma.

-Está bien, quizá no esté tan mal, pero con lo de Samuel estáis equivocadas.

-Claro, sigue pensando eso, dentro de unos días nos lo vuelves a recordar.

-Doy por terminada esta conversación, me voy a clase.

-¡Tenemos una charla muy larga pendiente, que no se te olvide! !Y, ve más rápido sino no verás a Samuel como se sienta al lado tuya!

-¡Sí, lo que vosotras digáis! - digo mientras pongo los ojos en blanco y salgo casi corriendo para entrar a clase y olvidarme un rato de la conversación que acabamos de tener.

¿Vale la pena saber tus raíces?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora