CAPÍTULO 6

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-¿Qué haces aquí? - pregunto sabiendo la respuesta.

-Pensaba que no ibas a volver, así que quería quedarme aquí para sentir que estabas cerca. Tenía miedo de que te pasase algo y cambiases de opinión antes de terminar la universidad y decidieras irte antes de tiempo - me dice con voz tímida.

Me quedo un poco petrificada del sobresalto al ver a Maddy sentada en mi cama y me tomo unos segundos antes de reaccionar, pero sin ser consciente salgo corriendo a abrazarla entre sollozos.

-Te prometo que no te voy a dejar, pase lo pase me vas a tener aquí. Ya sabes que tengo pensado irme y que eso no va a cambiar por eso mismo quiero aprovechar todo el tiempo que me queda para tenerte cerca, para estar contigo. El problema es que no nos podemos encariñar la una de la otra porque sino será mucho más dolorosa mi marcha.

-Me da igual como sea después, no me importa lo que pasará dentro de un tiempo, ahora lo que quiero es disfrutar lo poco que me queda contigo. Pero para eso necesito que sigas conmigo y que no te vayas. No quiero que sigas enfadada con nosotros

-No estoy enfadada con vosotros… Estoy enfadada… Va déjalo…

-Termina la frase, ¿con quién estás enfadada?

-Con el mundo

-¿Por qué? ¿Qué te ha hecho el mundo?

-No es el hecho de que el mundo me haya hecho algo, son las situaciones tan horribles que me ha puesto la vida. Siento que llevo a prueba toda mi vida, que todo el mundo quiere que lo pase mal. Es muy duro tener que madurar antes de tiempo.

-Llevas mucho tiempo con nosotros y siempre has sido igual desde que tengo suficiente conocimiento ¿por qué?

-Ya te lo he dicho, mi vida ha sido literalmente una mierda, y no quiero que nadie entre en mi cabeza, ni que pueda llegar a sentir algo por nadie.

-Pero, ¿qué tiene de malo conocer a alguien y sentir amor por él? Puede ser que llegue alguien y te robe el corazón y que seáis felices y que comáis perdices para siempre - dice esta cría que tengo delante mientras alza los brazos al aire y puedo ver que tiene puesto su pijama de las princesas Disney.

Creo que esta charla es demasiado madura para una niña de 8 años que cree que las vidas siempre acaban con un final feliz, con una pareja joven casada y viviendo feliz toda la vida. Pero esto es la vida real y no puedo seguir con esta conversación con una niña que todavía no ha llegado a los dos dígitos de edad.

-Sabes que, tienes razón al final encontraré a alguien y seré súper feliz con esa persona.

-Bien, ahora que estamos de acuerdo, ¿qué hay de ese chico que vino a traerte a casa el otro día?

¿Cómo demonios sabe esta niña que Samuel fue quien me trajo a la mansión el otro día?

-Es un chico que se ofreció a traerme el otro día porque mis amigas tardaron en llegar - miro el móvil nerviosa y veo que ya es muy tarde y que mañana tengo que ir a la universidad - pero bueno es hora de dormir y te quiero leer un cuento así que vamos para tu habitación - digo levantándome de la cama.

-¿Puedo quedarme a dormir esta noche contigo? - me dice Maddy con ojos de cachorrito.

-No sé, creo que estarás más cómoda en tu habitación.

-Por favor, tengo pesadillas - miente.

Sé que está mintiendo pero no tengo más remedio que aceptar, pues estoy muy cansada y no tengo ganas de discutir.

-Eres una pésima mentirosa, pero está bien, sólo hoy.

-¡Bien! - sonríe orgullosa - Mañana podríamos hacer una fiesta de pijamas aquí - añade.

-¿Otra noche más quieres dormir aquí?

-No cuela, ¿verdad?

-No.

Las dos estallamos en risas y de repente me acuerdo de sus padres.

-A dormir, que pronto llegará tu madre y nos chillará por estar despiertas.

-A ti no te van a chillar, y yo me haré la dormida.

-Claro porque después de escucharnos pegar voces nos van a creer.

-Buenas noches - decimos ambas a la vez para después empezar de nuevo a reír.

Cuando me acomodo en la cama veo que Maddy ha cogido otra vez su libro favorito,  “La Bella y la Bestia”. Como no siempre coge el mismo libro, no entiendo la razón de porqué le gusta tanto, pero no puedo juzgarla yo ya me he leído millones de veces mis libros favoritos a pesar de que me los sé de memoria.

Empiezo a leerle el libro mientras ella me escucha atentamente. Poco después, cuando voy por lo mitad del libro, veo que se ha quedado dormida en mi hombro. Cierro el libro y me quedo unos minutos mirándola con una sonrisa en la cara. Todavía no me puedo creer que haya querido separar a esta niña de mi vida. Siento una especie de emoción dentro de mí que me recorre el estómago y me llega a la garganta que no me deja parar de sonreír. Entonces antes de quedarme dormido al lado de Maddy, digo en un susurro <<Hasta mañana hermanita>>.

¿Vale la pena saber tus raíces?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora