CAPÍTULO 24

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-¿Gus? - digo para volver a traer a mi amigo a la realidad. Sin embargo sus ojos no tienen tiempo para fijarse en mí; todavía siguen puestos en la cara de Samuel.

-¿Samuel? - intento hablar con él para probar suerte.

Pero nadie habla. Escucho a todos los presentes hablar a nuestras espaldas mediante sonoros susurros. Finalmente el profesor, aún limpiando el desastre que generó hace un rato con su café, dice:

-Vamos a comenzar la clase así que quiero a todo el mundo atento, y si alguien no tiene previsto atender a esta clase, que probablemente sea la más importante de todo el curso, que se levante ahora y se vaya a estudiar o a hacer cualquier otra cosa que no sea molestar a los demás compañeros que realmente sí quieren aprender.

Para la gracia de la situación tres alumnos y dos alumnas se levantan y salen por la puerta entre risas y caras de libertad. El último chico en llegar a la puerta, se vuelve para quedar de cara al profesor, y hace un gesto bastante vulgar con el dedo corazón dirigido hacia él. En ese momento me doy cuenta de que, el chaval, lleva los ojos ensangrentados y las mejillas muy sonrojadas; probablemente habría estado bebiendo antes de venir.

Vuelvo a dirigir mi cabeza y enfrentarme con Samuel y Gus cara a cara; no obstante Samuel ya está sentado en su lugar de siempre y Gus tiene su vista fija en el profesor que aún sigue paralizado por el gesto tan ordinario de uno de sus alumnos.

-Gus… Gus, ¿podemos hablar? - intento hablar con él de nuevo, pero no consigo ninguna respuesta. Miro a mis amigas que se encuentran sentadas a mi otro lado.

-Emery, será mejor que lo dejes; después de la clase podrás hablar con él.

-No, quiero hablar con él ahora - digo y vuelvo a llevar mis palabras hacia mi compañero.

-Gus, por favor solo quiero hablar - intento nuevamente pero con una voz un tanto más dulce.

-Lo siento Emery, pero ahora mismo quiero atender a la explicación y tu deberías hacer lo mismo - por fin me responde pero con un tono cortante.

-¿Hablamos después? - vuelvo a insistir.

-Quizá - y se que ya se ha acabado la conversación porque abre su cuaderno y empieza a copiar la teoría dictada por el profesor.

Una hora más tarde toca un timbre avisandonos de que la clase se ha terminado. Esta vez no se me va a escapar; necesito saber qué está pasando. Me muevo rápido en mi asiento para recoger mis cosas, las cuales no he usado porque no me he podido concentrar en todo el tiempo que llevamos encerrados en el aula, aunque supongo que le pediré los apuntes a Emma que seguro que le ha dado tiempo a copiar absolutamente todo. Cuando he terminado de coger todo giro sobre mis pies y veo que Gus ya se ha ido. ¡No me lo puedo creer! He recogido diez veces más rápido que normalmente pero aún así ha salido corriendo. Lo tendré que buscar después en clase de Literatura, aunque tendré que ser rápida; Samu se sienta siempre a mi lado y no me apetece estar en medio de dos personas que no se toleran, por decirlo así.

Como no encuentro a Gus y no me quiero cruzar con Samuel, decido esperar a mis amigas a que terminen de empacar sus cosas para que no me dejen sola durante tanto tiempo a pesar de que ellas tienen que ir para el otro edificio para su clase.

-Emery, deberías dejar de obsesionarte con esta situación, tú solo relájate y atiende a los argumentos que dan los maestros - repone Emma.

-Eso mismo voy a dejar de preocuparme por cosas insignificantes - digo esperando que no se note la duda en mi voz. Sofía lleva callada desde que entramos en clase y me estoy empezando a inquietar.

-Llamando a Sofía a la Tierra - intento llamar la atención de mi loca amiga y nos echamos a reír.

-¿Sofía estás bien? ¿Te sientes descompuesta? - pregunta Emma ahora que también se ha percatado de lo distante que está nuestra amiga.

¿Vale la pena saber tus raíces?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora