¿Vale la pena saber tus raíces?

CAPÍTULO 19

Me quedo un rato sin moverme asimilando que este hombre haya sido capaz de dejarme así; estaba completamente segura de que no se iba a dar por vencido. Me he quedado completamente sorprendida. Seguro que él está disfrutando con esto. Me ha dejado aquí después de hablarme con esa voz que hace que me derrita y que me flaqueen las piernas con solo escucharla aún sabiendo él que no me habría importado seguir.

¿Pero qué estoy diciendo? No podemos seguir haciendo nada y menos aquí, con mis padres tan cerca. Pero sinceramente me habría encantado que pudiéramos haber llegado a más y creo que a él también. Esta habría sido mi primera vez pero no estoy para hacer cosas con un chico que conozco desde hace una semana y en mi propia casa llena de gente.

Por fin consigo moverme y, aún un poco ¿triste?, me voy a mi cuarto para poder descansar e intentar olvidarme de lo que acaba de pasar.

-Emery, cariño, espera - escucho susurrar a una voz justo detrás de mí antes de entrar a la habitación.

-¿Qué pasa? - le pregunto intentando parecer que no acaba de pasar nada raro.

-Primero de todo, lo siento. He escuchado y he visto todo lo que ha pasado con el chico. Sé que seguro que querías seguir hasta terminar pero no crees que sea lo más adecuado estando nosotros presentes.

-No te preocupes ya me iba a dormir - le digo con vergüenza y me giro para salir cuanto antes de ahí.

-Emery - vuelvo la cabeza para volver a mirarla - No he terminado. Si tú quieres hacerlo, adelante, sé lo importante que es la primera vez para una chica, y si lo has pensado bien hazlo sin miedo.

-¿Por qué me dices esto?

-Yo tuve mi primera vez a una edad muy temprana y fue por beber demasiado. Sin darme cuenta acabé en la cama con un chico que me había encontrado en una fiesta. Mis amigas no hicieron nada porque también estaban borrachas. Ese es el día del que más me arrepiento en mi vida, sobre todo porque al despertarme a la mañana siguiente sin acordarme de nada, el chico se había ido y pues no sé ni la edad que tenía, ni su nombre… nada. Mi primera vez fue algo horrible, nunca nadie me había dicho las cosas que podían pasar por tomar una mala decisión. Y no quiero que eso te pase a ti. Por eso mismo quiero que pienses las cosas muy bien antes de hacerlas, hay tiempo para todo en la vida, y tarde o temprano todo llega, así que es mejor hacerlo bien desde el principio. Tienes mi apoyo para todo y si quieres hablarlo antes de nada o pedirme un consejo, aquí estoy para lo que necesites.

No tengo ni la menor idea de que decir a eso. De verdad que no me esperaba para nada que algo así viniese de ella. Se la ve tan buena y madura que jamás pensé que su pasado fuera así de oscuro. Digamos que las personas cambian a pesar de las circunstancias de su pasado.

-Quiero hablarlo ahora - digo sollozando y corro a sus brazos. Esos brazos que últimamente me han reconfortado más de lo que nunca pude llegar a imaginar.

-Vamos a tu habitación. Allí podremos hablar de todo.

Juntas entramos a la habitación y soy la primera en hablar para romper el silencio. Odio más un silencio incómodo a una pelea insoportable.

-¿Te acuerdas… si te sentiste rara… ya sabes… la primera vez?

No sé muy bien cómo empezar y me da un poco de bochorno hablar de algo tan privado.

-Todo el mundo se siente raro antes de mantener una relación sexual con alguien. Yo no sé muy bien como explicarme porque no me acuerdo de mucho. Sé que en ese momento estaba insegura pero el alcohol me ayudó a seguir y, no te estoy diciendo que bebas ni mucho menos, porque eso me hizo arrepentirme por no ser capaz de guiarme por mi consciencia en vez de mis hormonas. Solo tienes que confiar plenamente en la otra persona y, una vez los dos se sientan bien juntos, no hay nada más sobre lo que reflexionar.

-¿Crees que Samuel es un buen chico?

-Totalmente. Mira si fuese un mal muchacho, no te habría dejado hace un momento. Habría seguido ahí hasta hacer lo que se había propuesto; sin embargo él no lo hizo, por la simple razón de que te respeta. Respeta tus desiciones, y si le dices que no te va a dejar hasta que tú te sientas completamente segura de que quieres que tu vida cambie.

-Si Samuel hubiera seguido a pesar de yo haberle dicho que se alejara de mí, ¿habrías interrumpido?

-Depende.

-¿De qué?

-De cómo hubieras reaccionado tú. Si estuvieras bien habría dejado que siguierais, pero, si por el contrario, te hubiera visto asqueada le habría pegado una hostia al chaval con toda la mano abierta.

Suelto una risa y veo como sus labios se curvan hacia arriba.

-Creo que quiero hacerlo.

-Entonces, hazlo. Ya me contarás.

-No tengo por qué contarte esas cosas - le digo sonrojándome.

-Es un decir, me lo cuentas solo si tú quieres.

Beatrice se levanta de la cama y se me acerca para darme un beso en la mejilla y antes de irse susurra:

-Buenas noches, mi niña.

-Buenas noches, mamá - le contesto yo bien alto para asegurarme de que se entera.

Me meto en la cama e intento quedarme dormida.

Unas horas después me levanto de golpe. Acabo de tener un sueño que no sé si me da miedo o siento que es precioso. He soñado que Samuel estaba encima de mí y que lo estábamos haciendo y que él me susurraba al oído <<Te quiero Emery>>

Sin saber muy bien que hago, me levanto de la cama, abro la puerta de mi habitación y salgo al pasillo. Mi mano se levanta para llamar a la puerta de la habitación que Beatrice le ha asignado a Samuel, pero me detengo.

<<¡Esto no es una buena idea!>> No dejo de decirme a mí misma. Pero quiero hacerlo.

¡Joder! ¿Por qué tienen que haber decisiones tan difíciles en la vida?

Doy media vuelta y camino de nuevo hacia mi cuarto para ir a dormir y olvidarme de todo esto, pero, cuando estoy a punto de coger el pomo de la puerta, escucho otra abrirse detrás de mí.

<<¡Mierda! Lo he despertado>> Me digo en mi cabeza.

Me giro lentamente y lo veo con sus preciosos ojos que empiezan a torturarme. Está ahí, de pie, sin hacer nada.

Entonces de un movimiento rápido me agarra de la cintura y me mete en su habitación cerrando la puerta tras él.