Cuando sonó la alarma de mi móvil a la mañana siguiente, sólo conseguí dormir un par de horas después de la gran revelación de datos de la noche anterior. Al despertarnos, Samuel se fue directamente para su casa y prometimos vernos en la tarde, unos minutos antes de que el partido empezase.
Al bajar las escaleras para desayunar, el olor a café inunda mis fosas nasales y escucho ruido de platos moviéndose. En el comedor ya se encuentra toda mi familia sentada a la mesa esperando a que Andrea traiga el desayuno.
-Buenos días - digo mientras me siento al lado de Maddy.
-Buenos días, cielo - dice Beatrice - ¿Has dormido bien? Tienes mala cara.
-Sí, es sólo que anoche, Samuel y yo nos acostamos tarde porque estuvimos viendo una película - miento.
-¿Samuel durmió en tu habitación? - pregunta Christian, y lo noto sorprendido.
-Sí - me limito a decir.
A continuación entra Andrea a la sala:
-Buenos días, Emery. No sabía a qué hora te ibas a levantar, ahora mismo te traigo el desayuno. ¿Zumo de naranja y tortitas con chocolate?
-Buenos días, Andrea, y sí, que bien me conoces - le regalo una sonrisa antes de que abandone la habitación.
Trás un desayuno riquísimo, como siempre. Mis padres empiezan a hablar sobre la cena con los padres de Samuel y yo no puedo evitar ponerme nerviosa; espero que todo salga bien, no me apetece caerle mal a los padres de mi chico. Como no aguanto más oírlos hablar sobre lo que deberían ponerse para asistir a la casa de Samu, pido permiso para poder levantarme y volver a mi habitación con la excusa de que voy a hablar con mis amigas sobre el partido de esta tarde, lo cual es verdad porque necesito recordarles que tienen que venir a las tres y media para que me ayuden a decidir que me voy a poner para la fiesta de después.
Antes de que llegue a mi habitación, Maddy me para en el pasillo.
-Quiero que me cuentes lo que piensas hacer para averiguar todo lo que quieres y te aviso de antemano, no me mientas, sé que tienes un plan.
-Cada día me sorprendes más. Sí, tengo un plan y no sé si debería contarte.
-Soy tu hermana, y recuerda quién fue la que te ayudó a abrir la caja fuerte de papá y mamá.
-Habla más flojo, nos pueden escuchar.
-Emery, por favor, sabes que yo te puedo ayudar en caso de que algo salga mal.
-Está bien, cuando termine de hablar con Emma y Sofía voy a tu habitación y te cuento todo lo que quieras.
-¡Bien! - grita.
-Shh, no grites.
-Perdón es que estoy emocionada.
-Ya me he podido percatar de ello. Ahora vuelve a tu habitación y te veo allí en unos diez minutos.
-Vale, nos vemos.
Una vez en mi habitación, cojo mi móvil y mis ojos se vuelven inconscientemente hacia un trozo de papel en lo alto de mi escritorio. La foto. La foto que me guardé de cuando era pequeña. La foto de los documentos con mi nombre. Antes de que Samuel se fuera estuvimos analizándola más a fondo. Descubrimos que el vestido que llevaba puesto en la fotografía era el vestido de mi sueño por lo tanto en esa foto tendría unos cuatro años y sería de justamente unos días después de ser llevada a una casa de adopción.
Al salir de mi ensimismamiento vuelvo a mi propósito que vine a hacer hace un rato.
-Hola chicas - llamo a mis amigas por videollamada para recordarles que tienen que venir a mi casa para las tres y media.
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¿Vale la pena saber tus raíces?
Fiksi RemajaEsta es una historia capaz de hacerte cambiar de opinión, una historia que explica que hay que estar seguro de si realmente quieres saber algo más sobre ti y tu pasado o prefieres vivir en la ignorancia. Por favor si os gusta la historia no olvidéis...