Antes de comenzar, quiero recordarles que para celebrar los 20k de lecturas pueden hacer preguntas sobre la trama, preguntas a los personajes o sobre los personajes, preguntas a mi o no hacer nada.
Este es el último capítulo y en unos días cuando terminé de escribir subiré el epílogo.
Me hizo mucha ilusión escribir la escena final, así que me gustaría que se pongan auriculares y se tomen unos momentos para escuchar esto y entrar en ambiente sobre lo que les espera.
Ahora si, disfruten del último capítulo. Las veo en los comentarios.
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El asco transformó el rostro de Alec al tiempo en que Jane contenía un suspiro. ¿Cómo es que pudo ser tan tonta? ¿Por qué no fue capaz de captar su presencia?
Félix, Demetri, y otros guardias, cuyos nombres nunca se tomó la molestia de aprender, surgieron de entre las sombras y comenzaron a rodearlos. Sin necesidad de voltear, ella percibió la presencia de Caius detrás de ella. Alec apretó los puños un instante, luego, abrió las palmas y una pálida y tímida niebla comenzó a escapar de ellas.
–Yo no lo haría en tu lugar –comentó Caius clavando su mirada carmesí en los ojos dorados de Alec–. Claro, eres libre de hacer lo que desees, pero si aprecias a tu hermana, serás un buen chico y no nos atacarás con tu niebla.
Antes de que pudieran reaccionar, Demetri avanzó hacia Jane. Por más que quisiera reaccionar, fue tarde, dado que el rastreador era un experto en el combate cuerpo a cuerpo, una asignatura pendiente en Jane. En menos de un segundo, el brazo izquierdo de Demetri estaba rodeando su cintura, apretandola contra el pecho del vampiro, elevandola en el aire. La mano derecha del hombre apretó su cuello con fuerza. Lo único bueno es que ella es una vampira y no necesita respirar, de lo contrario tendría dificultades para obtener aire, aún así, la privación de oxígeno es incómoda.
Con impotencia, Alec observó como Demetri inmovilizaba a su hermana. Su don no actua de forma inmediata como el de su ella, además de que Emmett y Jasper siempre lo derribaban en los combates cuerpo a cuerpo. Si se mueve para acercarse a ella, Demetri sería capaz de quitarle la cabeza a Jane, matandola sin piedad en el acto, eso sin contar con el hecho de que también lo neutralizarian en el instante.
Con un suspiro que reveló toda su frustración, Alec replegó su niebla a su interior y observó a Caius con furia.
–Haz que suelten a mi hermana en este instante –exigió.
–Alec, mi querido Alec... –sonrió el líder Vulturi–. Al abandonarnos, has perdido cualquier derecho que pudieras tener a expresar tus deseos. Estamos aquí para recuperar lo que nos pertenece, no para ver tu rostro depresivo.
–Sobre... mi... ca... da... ver... –pronunció Jane con dificultad, logrando que Demetri apretara más su garganta.
–Eso sería un gran desperdicio, pero hemos encontrado un reemplazo perfecto, además de que aprendimos a ser fuertes sin ti –Caius le dedicó una mueca de desprecio a la rubia–. Ya no eres tan importante como antes, querida Jane. Incluso tu eres reemplazable.
–Déjala aquí si es reemplazable. No veo por qué eso sea un problema –Alec se cruzó de brazos, mostrando una actitud despreocupada.
Caius abrió la boca, pero el sonido de alguien acercándose lo distrajo. Solo tuvo que esperar unos segundos para que Benjamín hiciera acto de presencia. El egipcio reparó en la forma en que Demetri retenía a Jane e hizo una mueca en su interior, dado que por fuera su expresión era apática. Por su bien, lo mejor es no manifestar ningún tipo de emoción. Realizó una breve reverencia antes de hablar con una voz grave cuyo tono no denotaba ninguna emoción.
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Segunda oportunidad
Fiksi PenggemarAlec y Jane Vulturi son conocidos por ser los vampiros más jóvenes, crueles, sádicos y fríos del mundo. Fueron convertidos a la tierna y conflictiva edad de 13 años, un momento vital en donde ocurren cambios físicos y psíquicos, los deseos y necesid...