|07: La Chica En El Jardín|

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[_______ pov.]

Era un sábado, me encontraba haciendo la tarea que Yukio nos había dejado la verdad era demasiado fácil así que quería terminarlo lo más rápido posible para empezar a leer una de las libretas que había encontrado el otro día. Unos golpes en mi puerta causaron que me resaltará un poco, fruncí mi ceño tratando de captar el aura de quien hubiera tocado mi puerta; Yukio.

Me levanté cerrando mi libreta pero antes de abrir me enrollé mi cola en mi abdomen ya que generalmente dejaba que está estuviera libre estando solo yo en esta habitación.

—"Hola ______, espero y no haya interrumpido."—Negué con una pequeña sonrisa dejándolo pasar.

—"¿Se te ofrece algo?"

—"Algo así,"—Dijo mientras se tocaba su cabeza suspirando un poco.—"Me llamaron para una pequeña misión por así decirlo, mi hermano escuchó así que básicamente se apuntó solo pero ¿Te gustaría venir?"

—"Claro! Supongo que debo cambiarme a mi uniforme, dame unos segundos y ya enseguida salgo."

Yukio asintió para salir de mi dormitorio, me apresure a cambiarme y tomé mi lanza la cual se volvió a encoger en un pequeño cilindro obsidiano. Una vez lista salí de mi habitación encontrándome con los hermanos Okumura, los seguí de cerca escuchando las explicaciones de Yukio y como la llave que el cargaba era un tanto mágica.

—"Quédense aquí, te dejo a cargo de mi hermano."—Dijo una vez que habíamos llegado a nuestro destino.

—"¿Disculpa?"—Dijo indignado Rin, yo solo asentí soltando una risa burlona.

—"No te preocupes Yukio, has lo que tengas que hacer."

Ignore por completo las quejas y sonidos de indignación que Rin soltaba para prestar atención en donde estábamos. Era un lugar bastante tranquilo y rico en naturaleza tenía sentido ya que habíamos venido a una tienda botánica por cosas que Yukio necesitaba.

—"¿A dónde vas?"—Las palabras salieron de mi boca sin permiso.

—"Si apenas di un paso."—Dijo Rin un tanto sorprendido.—"Trate de ser muy sigiloso para que no me atraparas."

Me gire cuando empezaba a decir su segunda oración, siendo honesta hasta yo me sorprendí ya que no solo escuché la fricción de su pie dominante pero también su aura estaba teñida de travesura.

Me encogí de hombros.—"Tengo el sentido del oído muy bien desarrollado."

Me miró con sus ojos entrecerrados tomando pasos lentos hacia mi, esto sin duda no lo esperaba. Estaba a dos pasos de entrar en mi espacio personal, podía sentir como el nerviosismo se apoderaba de mi cuerpo ya que maldición, puta pubertad le pegó bien.

—"Porque siento que me estás mintiendo Akabane."—Dijo tomando un paso más, sus ojos clavados en los míos. Su puta madre, su puta madre, su puta madre.

"Siente lo que quieras."—Me mordí el interior de mi mejilla. ¿Enserio? ¿Eso fue lo mejor que pude decir?

Sus ojos viajaban por mi rostro estudiandome cuidadosamente, no sé en qué momento había empezando a contener la respiración pero sin duda alguna me relaje completamente al ver como empezaba a reírse girandóse sobre sus talones y empezando a caminar. Por inercia, lo seguí.

—"Pero si no has cambiado nada, en lo que respecta a tu personalidad obviamente."—Dijo subiendo las escaleras de piedra.

—"¿Que quieres decir con eso?"

Rin se encogió de hombros dispuesto a contestar mi pregunta pero se detuvo frente a un cancel mi mirada cayó a lo que le había llamado la atención o mejor dicho quien.

En el otro lado del cancel se encontraba un precioso jardín muy llamativo por todas las clases de plantas, flores y árboles pero obviamente eso no fue lo que le llamó la atención a Rin si no más bien una chica. Ella estaba en el suelo atendiendo una área llena de flores, su cabello era rubio y vestía un muy llamativo kimono japonés tenía que admitir que era muy bonita.

Volví a observar a Rin, él estiró su mano pero en cuanto hizo contacto con el cancel este cayó con un gran estruendo asustando no solo a la chica pero también a mí y pude jurar que por un momento, solo un pequeño momento mis ojos cambiaron a su forma demoniaca.

—"¡D-De... DEMONIOS!"—Grito la rubia señalando a Rin y luego a mi. Ambos nos observamos totalmente aturdidos.

—"¿Acaso estás loca? No somos demonios."—Espetó Rin dando un paso hacia adelante fui rápida en sostener su brazo al ver como ella se atemorizaba un poco.

—"¡Ese cancel tiene runas de protección contra demonios! ¡Son demonios!"

Ahora fui yo la que se acercó a ella antes de que Rin pudiera agarrarme me posicioné enfrente de ella sentándome.

—"Oi, mírame. No somos demonios somos normales a excepción de Rin, él a veces se apendeja pero es normal."

—"¡Oye!"

Solté una pequeña risita.—"¿Ves? No te vamos a hacer daño además, por el olor del cancel pude notar que es algo viejo quizás unos ocho o nueve años así que solo era cuestión de tiempo para que esté cayera."

Parecía dudarlo pero solo fue cuestión de segundos para que se relajara y se sentará un poco más cómoda enfrente mío. Sus ojos pasaron de mi a Rin y nuevamente cayeron en mi, dudo por unos segundos pero luego con un pequeño rubor en su rostro habló.

—"De verdad lo siento, solo que me asusté y me puse un tanto paranoica. De verdad lo siento mucho."

Una pequeña sonrisa se plasmó en mi rostro, ella imitó mi acción. Fue en ese momento que pude captar un olor un tanto diferente, como si se tratase de carne podrida y azufre mi ceño se frunció involuntariamente al darme cuenta que ese olor provenía de ella.

—"¿Cómo te llamas?"—Preguntó Rin sacándome de mis pensamientos. Ella lo miró y sonrió.

—"Moriyama Shiemi."

|¿Quizás Sea Para Siempre?| [TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora