|¿Quizás Sea Para Siempre?| [TERMINADA]

|35: Padre e Hija|

[_______ pov.]

Sentí como algo húmedo tocaba mi mejilla, causando que abriera mis ojos solo para darme cuenta de que estaba en mi dormitorio. Me quedó mirando el techo hasta que todos los recuerdos me golpean a la vez. El campamento, Amaimon, Shiemi, Rin-... Rin.

Me incorporo bruscamente solo para soltar un quejido y tocar mi abdomen, escucho un jadeo y no puedo evitar sorprenderme al ver a dos lobos de las tinieblas al borde de mi cama.

—"Veo que ya despertaste."—Esa voz. Alzo mi mirada y en la silla de mi escritorio se encontraba Azazel, mi padre.—"Creí que durarías un día o dos más en hacerlo."

No dije nada solo lo observaba con suma atención y cautela, mi lanza estaba en mi escritorio en su forma de batón así que no tenía nada con que defenderme. Y aunque quisiera, dudo mucho que logre hacer algo contra él.

—"Vamos pequeño monstruo di algo. ¿Tanto es tu sorpresa que no puedes hablar?"

Noté como su cola se movía detrás suyo, podía notar que estaba un poco ansioso a pesar de que su aura irradiaba seguridad e incluso intimidación. Jamás lo había tenido frente a frente así que tuve la oportunidad de analizarlo. Era igual que en la fotografía, su cabello era de un color gris oscuro el cual era un poco más oscuro en las puntas, sus ojos eran de un color ámbar rojizos, pero su pupila no estaba tan contraída. Sin duda alguna era alto, y sus llamas ardían cálidamente a flor de piel. Su aspecto era de un hombre de 25 años, pero yo sabía perfectamente que tenia más años.

—"¿Qué haces aquí? ¿Dónde esta Rin? ¿Y Amaimon? ¿Porqué estás aquí? ¿Que me hiciste? ¿Don-...?"

—"Woah woah calma bestia, una pregunta a la vez. Te salve la vida, segundo tu noviecito esta teniendo sus propios problemas que arreglar pero esta bien. Y por último, tu y yo tenemos cosas de que hablar."

Lo mire perpleja, sus lobos ahora estaban echados cerca de mi cama y pude notar que Haruki estaba echado en medio de ellos. Azazel se levantó, yo activé mis llamas.

—"Aléjate de mi."

—"No voy a hacerte nada monstruo."

—"Mataste a mi padre."—Espeté frívola. Él rodó los ojos haciendo un ademán como si le restará importancia.

—"Adoptivo. Si bueno,"—Pasó sus manos sobre su rostro suspirando pesadamente.—"Tu también cometes errores."

Alcé ambas de mis cejas.

—"El matar a mi padre no fue un error. Eso no es un error. Lo mataste sin piedad alguna, no solo eso pero mandaste a demonios a atacar mi hogar."

Podía sentir como poco a poco un nudo se formaba en mi garganta y estómago al recordar aquel día. Jamás creí que hablaría de esto con él pero aquí estábamos.

—"De hecho Laith-..."

—"Keith."—Corregí. Él asintió restándole importancia.

—"Ese. Como decía, Keith,"—Dijo recalcando el nombre de mi fallecido padre.—"Él se suicidó. Yo no jale el gatillo y mucho menos le puse la pistola en la cabeza."

—"Eres un insensible."

—"Y un psicópata por definición al igual que narcisista pero ese no es el punto bestia. El punto, es que debes de saber la verdad."

Fruncí mi ceño ladeando un poco mi cabeza. Él suspiro y se acerco a mi cama, sentándose en la orilla de esta yo no pude evitar pero crear un pequeño campo de protección alrededor mio con mis llamas.

—"¿Qué te hace pensar que te voy a creer?"

—"Porqué se trata de tu madre,"—Lo mire atentamente. Él miraba un punto fijo en la pared.—"Y si alguien estuvo con tu madre en sus últimos suspiros, fui yo."