|¿Quizás Sea Para Siempre?| [TERMINADA]

|22: Sentimientos Encontrados|

[______ pov.]

Sonreí al ver como el templo había quedado ahora era el último día y solo era cuestión de minutos para que el profesor Regris viniera por mi.

—"Quedó muy hermoso."—Escuché decir a Fernzaelí. Observé como sus ojos brillaban con felicidad.

Con cautela empecé a hacer una reverencia en la entrada de su santuario—pues de igual manera tuve que renovarlo—y empecé a caminar por el lado derecho. Podía sentir la mirada fija de Fernzaelí en mi mientras me acercaba al pequeño pabellón y empezaba a purificarme con la palangana llena de agua.

—"________, no es necesario-...."

Lo ignoré sin embargo podía sentir como su aura se alegraba, cuando llegue al santuario principal me incliné ligeramente para después erguirme. Saqué una moneda de mi bolsillo y la lancé suavemente a la caja que estaba enfrente, se podía escuchar como está caía y por unos breves segundos presencié un brillo irradiar de Fernzaelí. Toque la pequeña campana que estaba al lado unas dos veces para después inclinarme profundamente dos veces y antes de poder pagar mis respetos aplaudí.

—"Muchas gracias Fernzaelí,"—Dije empezando a pagar mis respetos. El susodicho me miraba con ojos cristalizados.—"Te agradezco por recordarme que no estoy sola."

Volví a inclinarme para después recobrar mi postura solo para ser abrazada.

—"No tienes idea de lo que esto significó para mí."—Dijo él limpiándose los ojos.—"Eres la primera en varios siglos que paga sus respetos hacia mí."

—"Trataré de venir para las vacaciones de invierno, claro si así lo quiere usted."

Al decir eso, una gran sonrisa se apareció en su rostro y me volvió a abrazar.

—"Pasaríamos tu cumpleaños juntos! Oh, y puedes traer al hijo de Satán, me gustaría conocer a ese niño y ver si te conviene."

Iba a decir algo pero el claxon del carro me interrumpió, me gire para ver al profesor Regris quien me saludaba agitando su mano.

—"Bueno, ya me tengo que ir. Nos vemos luego tío."—Dije con una pequeña sonrisa tomando mi valija y mochila.

—"Adiós linda! Cuídate! Escucharé tus plegarias si me necesitas!"

Sonreí y caminé hacia el carro abriendo la puerta trasera para poner mi valija y mochila. Una vez todo acomodado me subí en el asiento del pasajero y me puse el cinturón.

—"Veo que cumpliste con tu misión, me alegra que lo hayas conocido."

Fruncí un poco mi ceño para observar al profesor. Él solo sonreía muy quitado de la pena.

—"¿Usted sabía?"—Pregunté a lo que él asintió.

—"Y Mephisto también, por eso tenías que venir sola. Piénsalo como un encuentro familiar."

Iba a reprochar pero me quedé callada ya que siendo sincera fue lindo el poder conocer a mi tío, aunque los sentimientos encontrados hacia Azazel seguían presentes. Lo que sí tenía seguro era de que ya quería regresar a la academia pues, aunque no quisiera admitirlo en voz alta, extrañaba aquel chico de cabello azul.

( . . .)

Abrí la puerta del carro para empezar a sacar mis cosas y al mismo tiempo me di cuenta de como una de las minivan empezaba a estacionarse a nuestro lado.

—"Por fin!"—Dijo Shima saliendo a toda velocidad de la minivan con sus cosas.—"Tengo que ir al baño!"

Reí al ver como corría hacia su dormitorio sin embargo mi corazón dió un pequeño respingón al ver como Rin bajaba de la minivan junto con Kuro. Solo fue cuestión de segundos para que él alzará su mirada para que se encontrara con la mía y empezará a caminar hacia mí.

—"Maldición Akabane,"—Dijo abrazándome. Un pequeño sonrojo apareció en mis mejillas mientras le correspondía su abrazo.—"Tienes mucho que explicar."

—"Lo sé, de eso quería hablar."—Dije para después separarme, Rin aún me sostenía de las manos.—"Vamos a los dormitorios, también quiero que Yukio escuche lo que tengo que decir."

Rin asintió para después tomar mi mochila junto con sus cosas y empezar a caminar hacia nuestro edificio. Una vez dentro, ambos dejamos nuestras cosas en nuestros respectivos dormitorios para después ir a la cocina donde yo iba a contarles lo sucedido.

Les conté todo, desde mi misión hasta mi tío Fernzaelí y como tenía sentimientos encontrados hacia Azazel. Ambos prestaron suma atención e incluso Rin estaba callado, digiriendo todo lo que yo acababa de decir al igual que Yukio.

—"¿Y tú qué es lo que piensas?"

Mire a Yukio, no tenía una respuesta concreta para su pregunta.

—"No lo sé, todo esto es muy confuso."

—"Sin maldad, no hay bondad. Todo en este mundo es un balance, tiene que haber maldad para que la bondad exista. Tiene que haber demonios para que los ángeles existan. Lo que quiero decir _______, es que quizás tu tío tenga razón."—Comentó Yukio, yo solo presté atención.—"Después de todo, los demonios son creación y súbditos de Satán, las creaciones de Azazel son demonios de rango bajo, las entidades de las sombras muy rara la vez crean caos."

—"Todo esto me confunde Yukio, en parte me gustaría darle una oportunidad, regresarle su humanidad pero ¿Y si no funciona? No tengo ni la menor idea en como activar su humanidad."

—"Sea lo que decidas,"—Dijo Rin tomando mi mano y apretándola un poco.—"Puedes contar conmigo."

—"Así que quieres regresarle la humanidad a Azazel, que lindo."

Los tres nos sobresaltamos al escuchar a Mephisto hablar, este último solo sonreía recargado contra el marco de la puerta.

—"¿Es que acaso no sabes, no sé, tocar?"—Preguntó Rin bruscamente, su mano aún sosteniendo la mía.

—"Tranquilo diablito mío,"—Dijo haciendo un ademán, restándole importancia a lo que dijo Rin.—"Yo digo que lo hagas, regresale la humanidad a Azazel quien sabe, alómejor en un futuro no tan lejano él será un aliado poderoso."

Fruncí mi ceño ante esas palabras.

—"¿Qué quieres dec-...?"

Fue todo lo que pude decir solo para darme cuenta de que ya se había esfumado en aquella nube rosa.