|¿Quizás Sea Para Siempre?| [TERMINADA]

|21: Conociendo Al Tío|

[______ pov.]

—"Así que,"—Comencé diciendo mientras acomodaba las tejas.—"Tu eres mi ¿Tío?"

—"Si, tu padre es mi hermano así que eso me hace tu tío."

Asentí un poco para seguir acomodando las tejas para después bajar y limpiar las ventanas. Aún había luz pues el sol todavía no se estaba poniendo así que quería aprovechar todo el tiempo que tenía para poder arreglar bien el templo.

—"¿Porque es así?"—Cuestioné dejando la esponja con la que estaba lavando las ventanas. Fernzaelí dejó de hacer que las flores crecieran para ponerme atención.—"Azazel, ¿Porqué es así?"

—"La pena y el dolor hace que hasta el mismo Dios a veces quiera apagar su humanidad."

—"¿Azazel apagó su humanidad?"

Fernzaelí asintió.—"Al igual que Lucifer pero la diferencia es de que mi hermano puede volverla a encender. El amor que sentía hacia tu madre sigue ahí solo que el dolor y sufrimiento lo consumió por completo."

—"Mató a mi padre."

Lo mire por unos segundos, él solo intentaba encontrar las palabras correctas para no exaltarme.

—"Todos cometemos errores."

¿Es enserio? Pensé viendolo de manera neutral. Él me dió una pequeña sonrisa nerviosa.

—"Matar a alguien no es un error, amó a mi madre pero me quitó a mi padre. Me dejó sola, y hasta la fecha lo estoy no tengo a nadie."

—"Me tienes a mí. Soy tu tío, y tengo el presentimiento de que tienes a alguien más."—Canturreó eso último. Pude sentir como mis mejillas empezaban a calentarse.—"Dime, ¿Cómo se llama?"

—"Bueno, él es el hijo de Satán. Okumura Rin. Tiene mi edad y es todo un caso."—Dije riendo un poco.

—"Bien, toma mi mano."—Lo miré un tanto confundida.—"Vamos, házlo."

Mire su mano y la tomé, inmediatamente sentí como si mi pecho se contrajera y mi respiración se atorara en mis pulmones. Podía sentir como las lágrimas corrían a toda velocidad por mis mejillas y las ganas de gritar hasta que mis cuerdas vocales sangraran eran inmensas.

Solté su mano bruscamente tratando de controlar mi respiración. Sentí como Fernzaelí me palmeaba la espalda.

—"¿P-Pero qué-..?

—"Eso es solo un poco de lo que sintió Haniel cuando perdió a tu mamá. Ahora, quiero que tú te pongas en sus zapatos. Si perdieras a Rin, ¿Apagarías tu humanidad permitiendo que tú lado demoniaco tomé todo el control para que de esa forma tú no sientas esto?"

Trataba de calmar mi respiración mientras me limpiaba las lágrimas. Podía escuchar como Rin nuevamente gritaba en mi cabeza y sabía perfectamente que él sintió lo que yo sentí. Nuevamente mis sentimientos estaban encontrados, por un lado aún quería asesinar a mi progenitor pero por otro  lado quería ver la perspectiva completa; darle una segunda oportunidad.

No dije nada solo tome nuevamente mi cubo de agua para seguir lavando las ventanas. Haruki estaba hechado en el pasto, las sombras parecían bailar entre sus patas mientras que las hojuelas de fuego brillaban entre su pelaje gracias a la luz del sol.

—"La pena,"—Miré a Fernzaelí, unos bellos rosales adornaban los costados del templo.—"Es el precio que uno tiene que pagar cuando se ama con el corazón y alma."

Contemplé por un momento sus palabras no fue hasta que sentí el hocico de Haruki en mi pierna que salí de mis pensamientos.

"Si de algo sirve, el Rey fue el que me mandó para que fuese yo tu familiar."

—"¿Azazel te mandó?"

Haruki movió su cola. "Si, quería que tuvieses un familiar fuerte, capaz de protegerte. Verás, yo soy una de las tantas criaturas de su creación así que cuando hiciste esa oración de invocación él la escuchó."

Estaba perpleja jamás hubiera llegado a pensar que mi familiar hubiera sido un regalo del ser que ahora estaba causando sentimientos encontrados en mí.

—"Dios no es el único que escucha plegarias ________. Especialmente si son plegarias de invocación."

Seguí lavando las ventanas hasta que la noche cayó, Fernzaelí nos acompañó a mi y a Haruki hasta la cabaña pues según él, estaría más cómodo y sin tener que preocuparse de que llegáramos bien.

—"Mañana empezaremos a pintar, ya está quedando más bonito tú templo."

Fernzaelí sonrió revolviendo mi cabello.

—"Se que muchos dicen que te pareces a tu mamá pero, también te pareces a Haniel."

Suspiré un poco cansada pero no pude evitar regalarle una pequeña sonrisa y con un ‘Buenas Noches’ me adentre en la cabaña con Haruki. Yo ya quería regresar y poder platicarlo con Rin, o incluso con Mephisto pues era el único adulto con el que podía contar en situaciones como está.