|¿Quizás Sea Para Siempre?| [TERMINADA]

|19: Fernzaelí|

[______ pov.]

Me baje del auto con mi valija en la mano y mi pequeña mochila en mi espalda. Me gire para mirar al profesor Regris quien solo sonreía.

—"Si algo sucede, lo cuál dudo, manda a tu familiar a buscarme y recuerda dejar las luces de afuera encendidas."

Asentí cerrando la puerta del auto permitiéndole al profesor emprender camino al pequeño pueblo el cual quedaba a unos 30 minutos caminando de dónde yo estaba. Mire con atención la cabaña, y sin duda alguna pude sentir una que otra aura de demonios inferiores.

Tomé uno de mis papelitos de invocación, mordí mi pulgar y embarré la sangre.

—"De las sombras y fuego te invoco protegerme es tu deber y obligación así que atiende mi llamada y escucha mi oración."

Sonreí al ver como el misil de humo negro salía a toda velocidad del papel y una vez dispersó Haruki ya estaba enfrente de mi.

"¿Y el príncipe?"

—"Rin tiene su misión,"—Dije caminando a la cabaña doblando el papel. Haruki me seguía.—"Así que solo somos tú y yo."

"¿Pero que no la tiene que estar supervisando alguien?"

Asentí.

—"Lo mismo dije yo. En fin, la misión es fácil solo debo de renovar un templo el cual no está tan lejos de aquí. Si quieres, tu también puedes ayudarme aunque tu compañía es más que suficiente."

"Oh porsupuesto que sí."

Sonreí al ver como meneaba su cola así que con pasos seguros ambos nos adentramos a la cabaña la cual estaba muy bien arreglada e incluso muy limpia. Me encamine a una de las puertas y la abrí solo para encontrarme con un cuarto arreglado.

—"Supongo que me quedaré en esta habitación."—Murmuré. Haruki estaba inspeccionando toda la cabaña.

( . . . )

Al día siguiente me levanté temprano y junto con Haruki emprendimos camino hacia el templo. Yo llevaba una carretilla llena de tablas, herramientas, clavos, tejas y pintura mientras que Haruki traía una bolsa en su hocico con brochas para poder pintar. Una vez enfrente del templo pude sentir como el alivio inundaba mi ser pues no iba a ser mucho trabajo, el templo estaba intacto solo bastaría cambiar las tejas del techo que estaban rotas y una nueva capa de pintura.

—"Muy bien,"—Dije dejando la carretilla. Haruki dejo la bolsa a un lado.—"Vamos a dentro para ver qué hace falta de arreglar."

"Espero y no sea mucho."

Asentí.

—"Yo también espero eso Haruki."

Dicho esto me encamine a la puerta pero me detuve para tocar.

—"Este, no quiero ser irrespetuosa así que estoy tocando para que sepa que me voy a meter."

Vi como Haruki ladeó su cabeza.

"¿A quien le habla?"

—"A la deidad a la cual este templo fue construido. No quiero ser descortés y que luego me maldiga o algo por el estilo."—Dije encogiendome de hombros para después entrar.

El interior del templo estaba intacto pero le hacia falta una buena capa de pintura vibrante y viva pues el polvo, las múltiples telarañas y la falta de adornos coloridos le deban un aspecto triste.

—"¿Quien anda ahí?"

No pude evitar soltar un pequeño grito, Haruki no tardó en posicionarse delante mío gruñendo y mostrando sus dientes listo para lo que fuera a pasar.

—"¡Lo lamento mucho! Vine por una misión, vera me llamo Akabane _______, soy una Exwire y mi misión es remodelar este templo. No fue mi intención irrumpir de esa manera."

—"¿Es tu familiar?"—Preguntó. Fruncí un poco mi ceño pues aún no podía ver quién era ya que estaba escondiéndose detrás de el marco de la puerta.

—"Si, él es mi familiar. Haruki, quieto está bien."—Dije acariciando detrás de su oreja. Él obedeció pero aún estaba alerta, al igual que yo.

—"¿Porque quieres arreglar este templo? Ya nadie viene, se olvidaron completamente de que este templo existe. Es más, ni siquiera saben a qué deidad le pertenece."

Podía sentir su aura la cual estaba teñida con tristeza e incluso decepción. No fue hasta que me concentré un poco más que pude sentir la profundidad de su aura.

—"Tu eres la deidad."—Jadeé con sorpresa.—"Por favor, sal dónde pueda verte."

Él solo soltó una risa cínica cosa que causó confusión en mi.

—"Ningún humano merece ser bendecido con mi imagen, niña."

—"Pero yo no soy humana, al menos no por completo."

Esto pareció darle curiosidad pues sentí como dicha intriga se asentaba en su aura.

—"Demuestralo."

—"Muy bien,"—Dije tomando una pequeña respiración un tanto profunda.—"Incendia."

Inmediatamente mis llamas se activaron desatando por completo mis facciones y lado demoniaco.

—"¿Acaso-...? No, eso no puede ser. Tu no puedes ser hija de él. Eso significaría que-..."

Ahora sí estaba completamente confundida pero de igual manera empezaba a irritarme.

—"Muestrate."—Espeté. Mis llamas empezaban a iluminar un poco más el interior del templo.

No obtuve respuesta pero me sorprendí al ver como salía a la luz revelando su apariencia. Era un chico, parecía estar en sus veinte o veintitrés años su cabello era corto de un color blanco como si la nieve hubiera decidido incorporarse en su cabellera, vestía un kimono precioso de tonos verdes y azules.

Antes de que pudiera decir algo, él ya estaba en mi espacio personal tomando mi rostro con su mano.

—"Tienes los ojos de Haniel."

—"¿De que está hablando?"

—"Mi hermano. Su nombre era Haniel, aunque supongo que cuando cayó decidió cambiar su nombre a Azazel."

—"¿Estás bien? ¿Porque actívaste tus llamas? ¿Akabane?"—Podia escuchar la voz de Rin dentro de mi cabeza. Lo ignoré y un pequeño jadeo de sorpresa escapó de mis labios al ver sus ojos.

Eran de un precioso color dorado, como si de dos piscinas de oro derretido de tratase.

—"¿C-Como te llamas?"—Susurré. Él soltó mi rostro.

—"Fernzaelí. Soy una deidad menor de la naturaleza, cosecha y nacimiento."

Parpadee perpleja desactivando mis llamas. Sin duda alguna, está misión me iba a tomar más de dos días.