|11: Concentración y Práctica|

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[______ pov.]

Habían pasado dos días desde que Mephisto nos explico sobre la fusión en mi dormitorio, las clases seguían igual solo que ahora en el penúltimo periodo Rin y yo eramos excusados con la excusa de asistir a clases extraescolares. El primer día que nos dijeron eso ambos nos levantamos un tanto confundidos pero una vez que Mephisto nos explico que solo era para que pudiéramos practicar todo tenía sentido.

Nos encontrábamos en un salón bastante grande el cual al parecer antes era un salón de entrenamiento pero mediante el tiempo y generaciones iban cambiado, dejaron los salones olvidados.

—"Bien, no hay nadie. ¿Con que quieres empezar?"—Pregunté mientras me sentaba en el suelo. Rin imitó mi acción sentándose enfrente mío.

—"Esto del aura me está volviendo loco. Puedo sentir el aura de vida de todos y me está empezando a agobiar mucho."

Asentí comprendiendo lo que él decía ya que yo misma podía sentir su agobiante aura, sofocandome.

—"Bien,"—Dije sacando una de las libretas que me encontré de mi padre, Keith.—"Papá escribió esta libreta con anotaciones sobre mis habilidades ya que al parecer investigó como pudo a Azazel. Cierra tus ojos, concéntrate solo en una aura específica."

Rin se relajó y cerró sus ojos, su espalda poco a poco se iba relajando al igual que su quijada.

—"Sigue con esa concentración, y convencete a ti mismo que solo esa específica aura es a la que le pondrás toda tú atención."

Sentí como su aura estaba más tranquila y relajada e incluso ya no era agobiante si no más bien cálida y cómoda. Abrió sus ojos y me sonrió, sus colmillos asomándose un poco.

—"¿Siempre pudiste sentir mi aura?"

—"Algo así,"—Contesté jugando un poco con mis dedos.—"Al principio todo era muy agobiante pero tú aura me fue familiar mucho antes de que te reconociera, ahora solo me concentro en tú aura, la de Yukio y Mephisto."

—"Pero aún puedes sentir el aura de los demás ¿No?"—Asentí.—"Bien entonces, ¿Practicamos nuestras llamas?"

—"Claro, aprendes rápido así que no creo que tardemos mucho."—Dije con una sonrisa.

( . . . )

Valemos madres.

Llevábamos al menos dos horas practicando nuestro control sobre las flamas pero era inútil. Cada vez que él sacaba su katana mis llamas se encendían y cuando yo activaba las mías las suyas ardían en sincronía irritandonos y colmando la poca paciencia que ambos teníamos.

—"Llamas a mí."

El azul de sus flamas ardían ferozmente igualando la cantidad de irritación que él sentía. Mordisqueé mi labio extinguiendo mis llamas y por ende las de él.

—"No estamos haciendo algo bien."

—"¿Enserio? Yo creí que ya hasta podíamos teleportarnos por lo bien que hemos avanzado."—Dijo Rin ganándose una mirada fría de mi parte.

—"Púdrete Rin."—Espeté un tanto frívola.—"Envés de recalcar con tu pinche sarcasmo, piensa en algo que debamos hacer para que tengamos el control."

Él soltó un pequeño suspiro irritado para después desparramarse en el suelo cerrando los ojos. Pase mi mano por mi cabello quitando la liga y colocándola en mi muñeca, un pequeño suspiro escapó de mis labios y me propuse caminar por el salón.

Contar los ladrillos de la pared parecía mejor idea que lidiar con Rin.

—"Si no hubiera sido por lo que le dije al viejo,"—Me detuve abruptamente girandome sobre mis talones. Él seguía acostado en el suelo pero sus ojos estaban abiertos.—"Satán no se hubiera apoderado de su cuerpo y seguiría vivo."

Me tomo unos segundos entender lo que había dicho pero las piezas encajaban fácilmente. Rin jamás había mencionado el como falleció Fujimoto siempre se saltaba o evitaba los detalles de ese día pero ahora entendía perfectamente. Se sentía culpable y ese sentimiento si no se deja ir es como el mar en una tormenta; las olas te envuelven y hacen imposible la escapatoria.

Con pasos lentos me acerque y senté al lado de él, la punta de su cola serpenteaba lentamente mientras que por unos breves segundos sus ojos cayeron en mí.

—"Yo no tengo a nadie,"—Musité. Mi mirada estaba plantada en el techo, evitando verlo.—"Solo tengo esas viejas libretas de mis padres y fotografías pero eso no me ayuda con las pesadillas."

Vi por el rabillo de mi ojo como Rin se sentaba, prestándome atención pero al mismo tiempo intrigado.

—"¿Pesadillas?"—Su tono de voz era un susurro. Como si evitara alzar la voz para no despertar a alguien.

—"Si, fue traumático ¿Sabes? Ver como Azazel poseía a mi padre, como él se disparaba y,"—Por inercia mire mis manos. La imagen de mi padre sin vida aún estaba muy fresca en mi memoria.—"Como su aura desaparecía."

Hubo un silencio pero a comparación de los días anteriores este ya no era incómodo si no más bien reconfortante.

—"Fujimoto falleció de la misma manera en el sentido de que se quitó la vida para salvarme."

No dije nada pero mi cuerpo reaccionó por sí solo y antes de que pudiera haber tomado el control mi mano ya estaba agarrando la de él.

Sus ojos cayeron en los míos completamente estupefacto yo solo me limité a sonreír un poco apenada pero decidí no soltar su mano. Sin embargo, no pude evitar sorpenderme al sentir como apretaba un poco mi mano envés de quitarme.

—"¿Crees que podamos evitar convertirnos en lo que ellos son? ¿Unos demonios?"

Ya lo somos. Pensé de manera obvia rodando los ojos internamente pero sabía a lo que se refería y era algo que de igual manera me aterraba; dejar que mi lado demoniaco tomara control sobre mí y ser igual o peor que mi progenitor.

Solté una pequeña risa confundiendo aún más a Rin.

—"El simple hecho que podamos sentir algo al recordar dichas tragedias dice mucho ¿No crees?"

Una pequeña sonrisa genuina apareció en sus rostro mientras volvía a apretar mi mano. Yo no pude evitar ser contagiada por dicha felicidad que él sentía.

—"Si, supongo que tienes razón."

|¿Quizás Sea Para Siempre?| [TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora