|42: Cuidados Y Precauciones|

924 148 94
                                    

[Rin pov.]

—"Diablos Shiemi, eso arde."—Siseó entredientes mi castaña. La rubia la miro con pena y siguió untando esa rara pomada en las quemaduras de _______.

—"Solo un poco más cariño, ya casi termina."—Dije acariciando el dorso de su mano. Ella me observó, sus ojos estaban en su forma demoníaca y no pude evitar sentir mi corazón acelerarse.—"Lo bueno es que estas sanando rápido."

—"Era hierro bendito, Azazel me enseñó el como hacer que no me afectara tanto. Pero aún así, esto arde como el infierno."—Dijo ella apretando mi mano un poco. Yo bese su frente.

—"Listo, ¿Quién fue el que te atacó?"

________ soltó un suspiro de alivio, sus ojos volvieron a su estado humano; un mar de chocolate con tonalidades ámbar. Observé como las marcas poco a poco en su piel empezaban a desaparecer.

—"Era uno de esa organización, la de Judas. Era el mismo que me clavó esa espada la noche en que descubrieron que eramos demonios."

—"Maldito cobarde escapó antes de que pudiera clavarle mi katana o siquiera incinerarlo."—Dije con un poco de enojo. _______ parecía estar en su mundo, yo tome su mano y eso pareció sacarla del trance.—"¿Todo bien?"

—"Si, por supuesto."

Sabía que mentía, la conozco mejor que nadie y sabia perfectamente que le incomodaba el hecho de que sabían de su ubicación. Pero no iba a permitir que nadie la lastimara, casi la pierdo una vez no iba a permitir que eso pasara.

—"Bien, enseguida regreso Yukio necesita ayuda con la organización y etiquetacion de hierbas."

Cuando la rubia se fue, tomé a _______ en un abrazo sabia que lo necesitaba pues podía sentir como tenía miedo estando debajo de esa red de metal.

Ella me abrazo con más fuerza, escondiendo su rostro en el hueco de mi cuello, yo acariciaba su espalda dándole una que otra palmadita. No iba a decir nada, sabia que lo que ella necesitaba en este momento era mi tacto no mis palabras y eso estaba bien.

—"Gracias a los infiernos estas bien, monstruo."

Sentí como el aura de mi novia se alegraba un poco para después separarse de mí y mirar a su progenitor. Él estaba en la esquina de la enfermería, donde las sombras parecían oscurecer por completo ese lugar, sus llamas estaban a flor de piel y vestía un traje negro.

Tengo que admitir, siempre viste bien mi suegro.

Ella se alejó de mi solo para abrazar a Azazel, este dudó un poco y pude ver como su mirada se encontraba con la mía como si se preguntara el que hacer, yo hice la acción de como si abrazara el aire. Azazel frunció su ceño pero copio mi acción, abrazando a _________.

—"Tenías razón, iban a encontrarme pensé que iba a morir ese hierro ardía peor que la hoja de la espada."

—"Ya, ya. Tranquila bestia,"—Sonreí un poco al ver como él le daba palmaditas en su cabeza.—"Lo bueno es que recordaste lo que te enseñe y el daño no fue mayor."

—"Y también fue el hecho de que Rin llego a tiempo. No sé cuanto más tiempo podría aguantar."

Azazel me miró al mismo tiempo que ella se separaba de él para sonreírme.

—"Si, si, el mocoso de Luci llego a tiempo. Bravo, bravo."—Dijo esto último aplaudiendo sarcásticamente.

Yo solo sonreí.—"No es nada, suegro."

Él se quedó quieto, demasiado quieto y sus llamas se extinguieron. Una sonrisa forzada se formó en su rostro y en un abrir y cerrar de ojos ya estaba cerca mío, sus llamas ardían con ferocidad incluso su cabello parecía hechar humo, sus ojos estaban muy rojos y la pupila contraída. Solté un pequeño gruñido y quejido al sentir como me tomaba de las mejillas y las apretaba como si fuese un niño chiquito.

—"Definitivamente sacaste lo insolente de Shiro."—Dijo aún forzando esa sonrisa y jalando mis mejillas.

—"Ya vi de donde sacó _________ lo juguetona."—Dije apretando sus mejillas de la misma manera que él, activando mis llamas."

Los dos sonreímos forzadamente y no pensábamos soltar el agarre, y tenía que admitir que su aspecto demoníaco si me estaba dando miedo de cerca.

Pero no lo iba a admitir en voz alta.

—"¡Por Dios!"—Azazel y yo nos tensamos en nuestro lugar y la observamos. Ella solo sonrió en modo de perdón.—"Lo lamento, pero ya es suficiente los dos parecen niños pequeños."

Ambos nos miramos y a regañadientes soltamos nuestros agarres. Azazel aclaro su garganta y se separó solo para empezar a acercarse a aquella esquina oscura.

—"Bien, me alegra saber que tú estas bien... Hija. Pero cuídense, los dos las sombras han estado inquietas."

Y justo cuando Azazel se desvaneció mi hermano entró completamente agitado.

—"¿Que pasó?"—Pregunté. _______ se puso a mi lado.

—"Atacaron nuestro hogar, el monasterio."

|¿Quizás Sea Para Siempre?| [TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora