|08: Un Jardín Peculiar|

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[______ pov.]

—"¿Son exorcistas?"—Pregunto ella a lo que ambos negamos. Aquel olor seguía inundando mis fosas nasales.

—"¡Shiemi!"—Aquel grito fue de una mujer la cual venía hacia nosotros con Yukio. Este último nos miró un tanto confundido.—"Te dije que no podías seguir atendiendo el jardín."

—"Tu madre me comentó sobre lo que está pasando,"—Yukio se puso a su altura. Me levanté y sacudí dándole espacio a él.—"¿Puedo?"

Shiemi lo miró un tanto dudosa con un pequeño rubor en sus mejillas pero asintió. Yukio con sumo cuidado movió parte de su kimono exponiendo sus piernas las cuales parecían como si sus venas estuvieran inflamadas ya que se notaban e incluso se presionaban contra su piel habiéndose más notorias.

—"Pero qué-..."

—"Sin duda alguna estás siendo consumida por un demonio, este no es tan poderoso para poseerla así que podría ser un greenman o incluso un ent. Son demonios de bajo rango que habitan en lugares como este."

Mis ojos viajaron por todo el jardín, algo en mi interior me decía que fácilmente podía olfatear a aquel demonio e incluso sentir su aura pudiendo decirle a Yukio que ella emanaba dicho olor. Pero estaba en un conflicto, no podían saber que yo soy hija de Azazel y sospecho que al único profesor al que Mephisto no le contó mi descendencia fue a Yukio.

Estaba tan sometida en mis pensamientos que no siquiera me di cuenta cuando Shiemi se desmayó.

—"¿_______?"—Me miró un tanto preocupado Yukio. Salí de mis pensamientos al sentir la mirada de los tres.

—"Yo... Solo déjenme aquí por un momento atiendan a Shiemi."

Yukio me observó por unos segundos para después asentir e irse junto con Rin y la madre de Shiemi. Cerré los ojos por unos segundos concentrándome en sentir su aura, una vez que me asegure que no estaban para nada cerca empecé a caminar por el jardín prestando suma atención a todo.

—"Demonio. La princesa."

Me giré rápidamente observando a mis alrededores no tenía ni la más remota idea de lo que era un ent o siquiera un greenman pero tenía el presentimiento que debía de ser lo suficientemente grande como para blindarse entre los árboles.

—"La princesa de Las Tinieblas, me siento honrada aunque aún no entiendo porque está con ese exorcista."

Me acerqué más a los árboles pero me detuve al no poder sentir aquel fétido olor ni siquiera un aura. Tomé el cilindro y este se convirtió en mi lanza de doble punta.

—"Llamas a mí."—Dije en un susurro presenciando el momento en que las llamas rojas cubrían mi cuerpo despertando por completo mi lado demoniaco.—"Sal maldita, yo misma te mataré."

Antes de poder tomar otro paso extinguí mis llamas mientras que mi lanza volvía a su forma cilíndrica, como pude enrollé mi cola debajo de mi falda justo a tiempo en el que Shiemi aparecía en mi campo de visión. Rin apareció seguido de unos segundos, parecían discutir y apenas me había dado cuenta de que había anochecido pasando de unos minutos Yukio apareció comentando cómo él fácilmente podía deshacerse del demonio. Fue ahí cuando se hizo presente, una gigantesca flor usando a Shiemi como escudo ya que está se había desmayado.

—"Rin voy a necesitar tu ayuda."

Fue lo que pude escuchar a Yukio decir y fue cuando lo presencié; Rin desenvainó su espada y en ese momento exacto su cuerpo se incendió en llamas azules, una cola apareció con llamas al final de esta e incluso dos pequeñas llamas del mismo color estaban en su cabeza simulando cuernos.

Estaba anonada al ver como no solo este era un demonio si no que también, por el color de sus llamas, era el hijo de Satán. Solté un pequeño grito al sentir como fui tomada de mis piernas para después ser jalada y elevada en el aire al revés.

—"A-Akabane."—Susurró Rin totalmente sorprendido no solo porque había sido capturada pero porque sabía su secreto.

—"¡Suéltala!"—Grito Yukio preparando su arma. Mis ojos estaban en Rin quien se había quedado congelado en su lugar, las pequeñas llamas parecían inquietas.

Estaba siendo movida bruscamente como si fuese un trapo viejo mientras que Rin trataba de dar un corte limpio con su katana evitando darme ya que era más que obvio que estaba siendo usada como un escudo.

—"Dispara exorcista, veamos qué tal soporta esta chica el dolor."—Dijo el demonio sacudiendome enfrente de Yukio y Rin, burlándose de ambos.

Solté un pequeño quejido tratando de tomar mi cilindro del cinturón en mi pierna pero el estar siendo sacudida no ayudaba en absoluto. Yukio no podía disparar y eso lo frustraba al igual que a Rin así que decidí intercambiar un secreto por otro, solo espero que Mephisto no se enoje conmigo.

—"¡Llamas a mí!"—Exclamé, mi cuerpo irradiaba de llamas rojas sorprendiendo a ambos hermanos e incluso al demonio ya que fui lanzada al suelo.

—"T-Tu..."—Empezo Rin aún sorprendido. Inmediatamente me levanté activando mi lanza.

—"Yukio ya puedes disparar!"—Grite ignorando por completo a Rin.

Él asintió y disparó dándole a Shiemi causando que la lanzará, me acerqué en un movimiento rápido proporcionando varias buenas tajadas. En cuestión de segundos Rin ya estaba a mi lado dando fuertes estocadas hasta que finalmente logró matar a aquel demonio.

—"Akabane-..."

—"No empieces Rin."—Musité extinguiendo mis llamas y desactivando mi lanza.—"Les explicaré luego."

Rin extinguió también sus llamas al guardar su katana, Shiemi despertó y pudimos presenciar el momento en que ambas se reconciliaban. Fue ahí cuando sentí un poco de envidia hacia Shiemi ya que ella tenía una madre y podía tener ese calor maternal del cual yo nunca tuve y ni tendré.

|¿Quizás Sea Para Siempre?| [TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora