Hooked (Camren fanfic)

Capítulo 3

Camila POV*

-No...espera.- Grité, yendo detrás de ella. Cuando pensé que estaba a punto de alcanzarla, desapareció.

-CAMILA, DESPIERTA ¡ES TU PRIMER DIA DE CLASE!.- Mi hermana pequeña, Sofi subió encima de mi cama, poniendo su cuerpo sobre el mio mientras me daba palmadas en la mejilla.

-La p... ¿que haces Sofi?.- Le contesté cabreada, frotando mis dedos sobre mis ojos para despertarme. Ella se bajó del colchón y se fue corriendo por la puerta gritando ''Mama, lo conseguí''

Suspiré profundamente y estiré mi mano hacia la mesita de noche, en busca de mi móvil. Genial, tenia más de 100 mensajes y 0 ganas de leerlo. Antes de levantarme, preferí echar mi cabeza otra vez sobre la almohada, descansando un par de minutos más.

Conocí -si se puede decir así- a esa chica el Jueves, y desde entonces no he dejado de pensar en ese pelo negro y esos ojos verdes esmeraldas de los que no me cansé de mirar tanto tiempo aquella noche.

No soy la típica persona que besa a cualquiera, cualquier noche. En realidad soy bastante tranquila en ese aspecto, cosa que mi padre agradece, ya que nunca me vio traer ningún chico a casa. Y eso que he salido con algunos, pero por alguna u otra razón, no me sentía cómoda.

Aquel día fue la primera vez que besaba a alguna chica. Fue porque no había otra escapatoria, era la única manera de que no descubrieran quienes somos. Ahora que lo pienso, ni si quiera yo sabia quien era esa chica, en todo caso lo hice porque no quería que me vieran en esa situación, la gente aquí habla mucho.

Es la tercera vez seguida que sueño con ella, y ni si quiera se como se llama. Necesito verla otra vez, como sea.

Me levanté, me duché, me arreglé y salí hacia casa de Lucy, parándome antes en una panadería, comprando algunos croissants para desayunar.

Lucy vivía justo entre el instituto y mi casa, así que desde que empezamos vamos juntas, y hoy no iba a ser menos.

-Wow, Camila, se te van a caer los ojos al suelo.- Lucy salió de su casa y empezamos nuestro camino al instituto.

-Por qué lo dices?.- Pregunté indiferente mientras le daba un mordisco a mi desayuno.

-Se ve que no has dormido. ¿Se te olvidó que ayer se tenia que acabar tus sesiones de vivir de noche y dormir de día?

-Ojalá fuera eso...- sonreí de manera triste, recordando a esa chica a la que no volví a ver y que tanto movió mi mundo con dos besos. - Tengo que contarte algo, Lucy...el Jueves, en la fiesta de Alejandro, pasó algo.- Lucy se quedó parada, poniendo su mano en mi brazo, apretándolo y poniéndome a su lado.

-Con un chico?.- Preguntó curiosa mi amiga, dejando su boca abierta

- No exac...- En ese momento, una voz que al parecer pertenecía a Britt me interrumpió.

-Hola chicas!.- Me giré, emocionada y con una sonrisa, sabiendo que por fin iba a poder hablar con mi mejor amiga y contarle todo lo que pasó aquella noche y lo que aquella chica hizo con mi mente. Mi sonrisa desapareció por completo cuando vi a la chica de ojos verdes cogiéndola de la mano. Ella también sonreía y dejo de hacerlo al mismo tiempo que yo. Su cara era un poema así que imagino que la mía también.- Esta es Lauren, mi novia. Lauren, estas son Camila y Lucy.

Tanto ella como yo nos quedamos mirándonos, sin poder quitar la vista la una de la otra. Antes de que el momento se volviera incómodo y sospechoso, solté lo primero que se me ocurrió, aunque lo hice tartamudeando.

- Me...me gusta tu camisa.

-Gracias.- Dijo Lauren con dificultad, bajando su mirada mientras su novia la miraba con una sonrisa.

-Cariño, yo solo estaré en dos clases contigo, pero Camila va a tu salón así que podrás estar con ella. Mila, ¿me podrías hacer este favor?

-Por supuesto.

**

Mientras dejaba mi mochila sobre el suelo y mis libros en la mesa, podía ver como Britt se despedía de Lauren con un beso y no pude evitar gruñir del fastidio. Cuando Britt desapareció, su novia vino corriendo, sentándose en la mesa mas cerca a la mía. Otra vez, no dejamos de mirarnos, sabiendo que nos habíamos metido en un problema del que teníamos que salir si no queríamos acabar peor.

Justo cuando me lancé a hablarle, llegó un nuevo profesor, haciéndome gruñir una vez más.

Sin pensarlo dos veces, me levanté y me dirigí en frente de su mesa, ignorando la presencia del que acababa de entrar.

-Eres la novia de Britt?.- Pregunté con la mano en el pecho, sabiendo ya la respuesta.

-Y tu su mejor amiga?.- Asentí, mordiéndome el labio, pensando en todas las consecuencias que nos iba a traer a las dos aquella noche.

Las dos nos quedamos en algo parecido a un estado de shock, mirando a nuestro alrededor sin querer creer que es lo que estaba pasando.

-Por favor, no le digas lo que pasó aquella noche.- Me pidió. Pude ver el miedo en sus ojos.- Al menos hasta que sepamos qué es lo correcto.

Cuando intenté contestar, el señor Tom me mandó de vuelta a mi mesa, pudiendo así comenzar su clase.

Lauren y yo no volvimos a hablar las siguientes tres clases, ni incluso en los intercambios, a pesar de todo lo que estaba pasando por nuestras cabezas y que estoy segura de que ella se moría por aclarar, al igual que yo.

El hecho de que las dos no dejamos de mirarnos en todas esas horas lo confirma. No sé exactamente que sentía ella, pero yo siento deseo. Deseo y miedo de ese mismo sentimiento, ya que después de todas las noches soñando con ella y pensando en lo que pasó no lo viví con otra persona.

Nunca he tenido novio, ni novia. Me he liado con chicos, pero nunca nada serio. Y el saber que alguien que me ha ilusionado es la novia de tu mejor amiga y que seguramente viajó hasta aquí por ella, lo hace todo más que peor.

LAUREN POV*

No había nada que necesitara más ahora mismo que esto: un rato con ella. Por fin llegó la hora del almuerzo el único sitio donde podía juntarme con Britt en el colegio, al menos hoy.

Se que estoy siendo egoísta, pero después de todo lo que pasó esta mañana, no iba a dejar que la culpabilidad estuviera en mi, al menos de momento.

-¿Te gusta esto?- Britt tenia su brazo al rededor de mis hombros y con esa mano estaba dándome de probar una de las ensaladas que compró en la cafetería. Asentí, acompañando su sonrisa con una mía.- Lo sé, es de lo mejor que hay aquí.

Antes de que pudiera comenzar a hablar otra vez, atrapé su labio inferior con el mio quedándonos así por unos segundos.

-No sabes las ganas que tenía de estar aquí contigo, así.- Suspiré sobre sus labios.

-Así que...de momento, ¿No te arrepientes de haber venido?

-Nunca lo podría hacer.