Capítulo 15: Perdidos en un pozo de sufrimiento

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Jaime miró hacia el demonio sorprendido, no lo podía creer, realmente estaba entrando a un espacio sagrado y ... No le estaba haciendo ningún daño.

—¿Qué está pasando aquí? — se preguntó a si mismo en un susurro mientras alejaba a Tavvy del peligro. No tenía un cuchillo serafín con el que pudiera defenderse, lo único que le quedaba era huir a dentro del Instituto.

Obligó a Tavvy a correr, a su espalda el demonio rompía sillas y paredes a su paso. La mano del niño estaba temblorosa pero Jaime se la sostuvo otorgándole un poco de valentía. Al frente de ellos el elevador comenzó a abrirse y de el salió una figura conocida, Maryse Lightwood, madre del cónsul Alexander y madre adoptiva de Jace Herondale, apareció ante ellos con una expresión sorprendida. Con la ayuda de sus antiguos instintos lanzó un cuchillo serafín que le dio justo entre medio de la cabeza del horripilante ser. Este comenzó a evaporarse mientras soltaba icor a su delirio y se sacudía con las manos en la empuñadura tratando de sacárselo; pero era demasiado tarde para él.

—¡Maryse! — Tavvy se acercó agradeciendo el manto de alguien conocido, la abrazó y se quedó así por mucho tiempo mientras trataba de consolarse —. ¿Has visto a Drusilla? ¿La has visto?

—Yo... — Maryse miró directamente a Jaime y este pudo presentir que algo malo había ocurrido con Dru. << Justo lo que faltaba >>. Apretó fuertemente los puños como si de un niño se tratara, las uñas se le pegaron a la palma de la mano aunque no eran lo suficientemente largas para provocar un daño notable —. ¿Podemos hablar tú y yo solos, Jaime Rocio Rosales?

—¡No! — Gritó el niño en protesta —. ¿¡Qué pasa con Dru, Maryse?

— Tavvy, Tavvy — él se agachó y le acarició el enredado cabello castaño al chico —. Tranquilo... Todo va a...

—¡No vuelvas a decir eso! — Jaime abrió mucho los ojos al escuchar aquello y alzó los ojos preocupado con dirección a Maryse. No sabía nada de cuidar niños y esto era una situación sumamente complicada —. ¡Dijiste lo mismo hace unos pocos momentos y un demonio entró en este lugar! ¡Emma y Julian me aseguraron que los demonios no podían ingresar a un Instituto! ¿¡No es acaso eso verda!? ¿¡Entonces por qué ese demonio pudo entrar!? — Tavvy paró de repente y tomó un largo suspiro —. ¡No pueden ocultarme que todo está mal! ¡Julian y todos los demás desaparecieron! ¿Lo ha hecho también Dru? — Tavvy miró con los ojos llorosos a ambos adultos —. ¡DÍGANME!

Maryse miró a Jaime con atención, se notaba el dolor en sus ojos. Jaime también podía sentir aquello en su corazón, ver a un niño perder la cabeza de ésta forma... presenciar como cada uno de sus seres queridos iban desapareciendo uno por uno era algo... extremo. Insoportable.

—Octavian... — Maryse se puso su semblante duro, aunque a través de él aún se podía observar su dolor —. Dru... ella desapareció.

Tavvy abrió mucho los ojos, las lágrimas comenzaron a brotar de ellos, eran los ojos de sus hermanos, ojos Blackthorn de color verde azulado. El niño corrió en dirección contraria al elevador hacia la puerta de salida, era sorprendente como no era capaz de tropezarse con tantos escombros. Jaime y Maryse actuaron de inmediato y fueron detrás de él.

—¡Tavvy! — Gritó Jaime.

—¡Tavvy! — Gritó una vez más Maryse. Ella fue más rápida que el pequeño y lo alcanzó, lo rodeó con sus brazos por la barriga y lo retuvo para que no pudiera dar un paso más. El niño pataleaba y lloriqueaba.

—¡Suelta me! ¡Suelta me! — sus movimientos se volvían cada vez más y más lentos hasta el punto que se derrumbó en el pecho de Maryse y lo único que hacía era llorar. << Oh, Tavvy >>. Jaime miró al suelo impotente, Dru, habían venido a Nueva York por respuestas y se habían encontrado con más y más incógnitas y con su amiga desaparecida — ¡Quiero a Julian, a Emma, a Dru, a Ty, a Livvy, a Mark, a Helen y Aline! ¡Los quiero a todos! Los quiero a todos... a todos... — su voz se quebró y ninguna otra palabra salió de su pequeña boca. Maryse le sostenía una mano preocupada mientras las discretas lágrimas también brotaban de las mejillas de la mujer.

—¿Qué ha pasado? — preguntó Jaime a Maryse, esta alzó la cabeza con los ojos llorosos y respondió entre dientes.

—Te contaré todo lo que sé —

-------***-------

Drusilla Blackthorn miraba por la ventana de la camioneta mientras Nueva York se alejaba de su vista. La camioneta era capaz de recorrer largos tramos usando una especie de portal incorporado, aunque la limitación era que tenía un poco número de usos seguidos y no podía viajar a lugares demasiado alejados. Ash los había conducido hacia las afueras de Nueva York, todo allí se veía tan tranquilo... pero no era como la tranquilidad ensordecedora, mortífera y terrorífica que adornaba las calles de Brooklyn aquella noche, si no que era todo lo contrario, se sentía una paz única. Aquel punto estaba contaminado por algun tipo de magia, Dru lo sabía, aunque solo lo había podido deducir después de salir de allí con Ash.

—Es lindo el paisaje, ¿No lo crees? — Le preguntó Ash, sus ojos verdes se posaron sobre ella, demostraban una calidez rara para una persona como Ash Morgenstern hijo de la peor calaña de Cazadores de Sombras y Subterráneos. << Ash no es malo, simplemente la situación y el destino lo han puesto en este lugar. No tenía manera de elegir >>. Tal vez lo estaba juzgando mal... o tal vez todo era parte del hechizo.

Ese era su miedo con Ash, todo aquello había sido impulsado por su hechizo pero... ¿Realmente él está consciente de cómo controlarlo sobre ella? ¿Todo esto es una forma de ganar algo de Dru? ¿o realmente Ash sentía algo por ella como le había comentando en múltiples ocasiones? << Esta jugando contigo. Lo está haciendo, créeme >>.

—¿Dru? ¿Me has escuchado? — ella retiro la vista de la ventanilla sorprendida y volvió su vista a Ash.

— Perdona. Me distraje un poco... — Ash mantenía la mirada fija en ella, sus ojos tenían un oscuro brillo que tampoco había visto antes. Aunque no sabía de que se sorprendía, ella y Ash no se conocían, habían pasado muy poco tiempo juntos. << Aún así le aceptaste fugarse  de Nueva York contigo. Eres su mascota, una perrita faldero que va detrás de él oliendo sus suelas y alabando todo lo que encuentres de él. Es un Ángel caído y no tendrá piedad en robarte el corazón >>.

—¿Me tienes miedo Dru? — la pregunta la tomó por sorpresa, Dru se acomodó un poco en el sillón de la camioneta. Le miró. ¿Realmente le tenía miedo? ¿Lo odiaba? No, claro que no lo hacía. Pero ¿porqué? Aquel chico había ayudado a que raptaran a su hermano y lo llevaran al mundo de las hadas. Pero no lo odiaba de todas maneras... él no había raptado a Ty de todas maneras, no era su intención que Janus lo hiciera... ¿o no?

— Y-Yo... — comenzó Dru pero algo le atrajo —. ¡ASH!

El chirrido de una llanta tratando de frenar se escuchó por todo el lugar y después de eso el choque de un coche contra algo. Dru se agarró a lo primero que encontró que la hiciera sentir segura, la camisa de Ash, se aferró a ella con tanta fuerza que pensaría que pudiera rasgarla. Ash la miró con una sonrisa y luego la abrazó en modo protector.

Su contacto duró menos de un segundo, mientras la camioneta daba vueltas por el campo vacío ella pudo sentir los latidos del corazón de Ash y su extraño reconfortante calor. Todo esto era culpa del hechizo, quedarse así con él para siempre, ¿así lo era? O simplemente era otra cosa...

<< Te esta controlando, algún día caerás en sus redes y no podrás salir de ellas >>.

Hola chicos! Perdón por la tardanza. Este es un pequeño aviso de disculpa por este capítulo, esta corto y realmente no pasa mucho, pero no quería dejarlos sin cap mientras me adelanto con mis deberes de la escuela. A partir del próximo capítulo todos los personajes que narran tendrán una aparición por breve que sea.

Muchas gracias por apoyar y espero que sigan con la historia!

The Wicked Powers I ( Poderes Mayores )Where stories live. Discover now