Mark acarició los largos rizos castaños de Cristina mientras mantenía la mirada perdida a la inexpugnable puerta que los separaba del mundo. Cristina estaba entre dormida mientras todo esto pasaba, soñaba con salir de allí y poder darle su merecido a la Reina Seelie pero lamentablemente no había esperanza. No sabía cuánto tiempo habían estado allí atrapados, pero se sentía como una eternidad.
—Tina — Le dijo él entre susurros —. ¿Alguna vez saldremos de aquí? ¿Crees que ellos... Crees que la clave nos salvara? — Cristina se despertó de golpe, no se esperaba esa pregunta por parte de Mark.
—Mark... — Cristina le colocó una mano en la mejilla y le sonrió levemente, los labios de ambos estaban secos y quebradizos por la falta de agua. Allí en la corte Seelie era difícil que los guardias les llevaran comida puesto que la Reina lo tenía todo controlado para que tuvieran la suficiente comida para no morirse de hambre pero sí para sufrir por ella —. Claro que sí, en algún momento se darán cuenta... Drusilla, Jaime y Tavvy seguían en el Instituto cuando fue atacado, ellos harán algo.
Él le miró con ojos rojos, no había dormido bien y al parecer también había llorado algunas cuantas veces. Cristina no lo había visto, pero ella lo sabía. Mark y Kieran eran las personas que más conocía en el mundo, hasta más que a Emma. No se había atrevido a preguntárselo directamente, pero no podía dejarlo sufrir sólo mucho tiempo más.
—¿Por qué has estado llorando? — le preguntó ella de golpe, su mano aún en la mejilla de él. Extrañamente le había crecido un poco de barba, lo cual era raro puesto que por lo general a Mark no le crecía barba por su condición de medio-hada.
—¿Cómo lo supiste...? Creía que estabas dormida cuando yo... — Mark paró de repente y miró a otra parte.
—¿Qué te pasa Mark? — Ella se acercó lo más que pudo a él como demostrando que ella estaba ahí para lo que Mark necesitara.
—Este lugar... El mundo de las hadas. me hace recordar muchas cosas... Me hace recordar todas esas terribles noches en las que estuve encerrado en la corte Unseelie y sufría por mis hermanos, me hace acordar lo que las hadas me hicieron... Solo... —Mark cerró los ojos y los apretó muy fuerte, Cristina a su lado le miraba preocupada —. Quiero salir de aquí, no quiero volver a repetir todo. No quiero perderte, no quiero perder a Julian, no quiero perder a Emma...
Cristina le abrazó lo más fuerte que pudo. Las lágrimas no se contuvieron y ella también derramo toda su pena, Mark también se aferró a ella como si fuera lo único que existiera en todo el universo. << Saldremos de aquí... Te juró que sí >> No sabía a quién le estaba mintiendo más si a ella misma o a Mark.
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—¡Mierda! — Era la séptima vez que Tan repetía la misma maldición. Kit se sentía agotado y estaba apunto de caer al suelo, no tenía ni idea de como Tanisha seguía en pie.
—¡Detente! — Le suplicó él —. ¡No puedo seguir más!
—Pero... — Comenzó ella pero Kit ya se había detenido. Tanisha se vió obligada a hacer lo mismo. Kit tenía la cara roja por el esfuerzo y sentía que la respiración se le iba, trato de calmarse y regular su respiración pero no pudo lograrlo, se estaba ahogando.
—A-Ayúdame... Tan... — Kit entre cerró los ojos y comenzó a ver borroso todo.
—Estás muy mal entrenado Kit —Le dijo ella en tono de burla, Tanisha también se veía cansada pero no del modo en que estaba Kit. << Las desventajas de no haber sido entrenado desde pequeño... >> pensó él.
—¿¡No los ven por ninguna parte!?— Gritó una voz entre los arboles. Estaban que llegaban al pueblo, él lo sabía.
—Kit tenemos que salir de aquí ahora — Él asintió levemente, se obligó a levantar y a seguir corriendo.
—Está bien... Vamos... — Tanisha asintió le tendió el brazo y ayudo a Kit a seguir el paso.
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Drusilla no pudo dejar de observar a Ash y recordar aquel momento, los labios de él contra los suyos, el calor que sentía por dentro y que la quemaba de un modo que le agradaba. Ninguno de los dos se atrevió a decir nada más, se encontraban caminando por la carretera en busca de la camioneta. El sol ya había salido y era una fría mañana de Otoño, la suave camisa negra de Dru y sus Jeans no ayudaban mucho a que ella entrara en calor.
—¿Qué vamos a hacer cuando encontremos la camioneta? — Le preguntó ella rompiendo el hielo. Ash volvió la cabeza agradecido por esto.
—Lo llevaremos hasta un mecánico — le dijo él.
—¿Un mecánico? — Ella pensó en la magia que poseía la camioneta, sería una completa violación a las leyes de la Clave.
—Sí. Un mecánico, el mismo que ayudo a Janus con la camioneta — <<Así que la camioneta es originalmente de Janus... Interesante >>. Ash se paró de repente y le sonrió —. Llegamos, ¿vamos?
Dru asintió. Ash le tendió una mano de largos y delicados dedos blancos, Dru dudó por un momento, sus inseguridades comenzaron a invadirla de nuevo. ¿Todo esto no estaba mal? ¿Acaso ella no estaba siendo controlada...? ¿Acaso aquel hechizo no la dejaba pensar con claridad...? ¿Realmente esto que sentía no era atracción si no que estaba demasiado influenciada por el hechizo? Recordó todo lo que había mentido por él, porque él se lo había pedido. << No dije nada sobre el secuestro de Ty, entregué la carta que Janus y Ash habían obligado a escribir a Ty... He mentido muchas veces por él >>
—Ash — le dijo ella sombría —. Yo... — Apretó mucho los ojos y sacó algo de su bolsillo. Era el dibujo que Julian había hecho de ella, el dibujo que Ash le había dejado la primera vez que se habían visto. << La mujer más hermosa del mundo >> estaba escrito en la parte trasera —. Me siento mal... — Las palabras salieron forzosas de su boca, algo no la dejaba hablar muy bien. Era una presión en el cuello y el sentimiento de que estaba traicionando a Ash.
—¿Qué te pasa? — Volteó él rápidamente, tenía una cara sumamente preocupada —¿Estás herida? ¿Qué tienes?
—No es eso... — ella respiró. Ash se acercó levemente a ella y el calor volvió a inundar su cuerpo, no podía evitar estar tan cerca de Ash sin tener ese sentimiento en su pecho, cuando estaba cerca de él el frío del lugar se dispersaba y solo quedaba su calor. Por otro momento dudo, no estaba segura de hacerlo. Pero al final tomo toda su poca fuerza de voluntad y luchó contra la presión de su cuello —. ¿Todo esto... Todo esto es real? ¿Realmente... Realmente me amas?
—Dru... — le dijo él —. ¿Por qué lo preguntas? — Era cierto, no era lo que quería preguntar. Dru se sonrojó, cayendo en cuenta de lo que había preguntado.
—El hechizo... — Ash le miró con los ojos abiertos —. ¿Existe algún modo de romperlo?
—No — a Dru se le heló la sangre. Ella se dio cuenta en aquel momento que Ash mentía, al igual que ella mintió por él. No pudo decir nada más, el calor la embriago al igual que la presión en su cuello.
—Vamos — Ella lo alejó secamente y comenzó a bajar hacia el lugar en donde el coche había caído. Ash la siguió en silencio.
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—Llegamos — Tanisha sonrió al ver el pueblo frente a ellos. Kit estaba que se caía pero aún les quedaba un pequeño tramo —. Podemos coger el tren y viajar hacia Londres — Kit se acordó vagamente del Instituto de Londres, del nublado cielo y de la melancólica vibra que se respiraba allí. Ty era maravillado con aquel lugar, y si Ty era feliz él también lo era inconscientemente.
—Eso es una buena idea — le dijo él —. ¿Tienes dinero? — Tanisha negó con la cabeza —. ¿Una estela?
—La perdí mientras corríamos por el bosque — Tan bajo la mirada al suelo.
—Ya veremos que podemos hacer — Kit le sonrió.
—No te preocupes, encontraremos el modo de llegar a Londres —
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The Wicked Powers I ( Poderes Mayores )
FanfictionTres años después de los acontecimientos de TDA, Kit, Ty y Drusilla Blackthorn han sido separados los unos a los otros. Kit está ahora viviendo con Tessa y Jem y la pequeña niña de estos, todo parece ir bien hasta que llega una carta desde el Instit...