The Wicked Powers I ( Poderes Mayores )

Capítulo 6: Descienden del Cielo

Kit corrió lo más rápido que pudo, no por que tenía prisa si no por que sus pensamientos iban a mil por hora. ¿Este era su castigo divino por haber utilizado la Nigromancia? ¿Era el de Ty? ¿Dónde estaba él? ¿Porqué hasta hoy el vínculo se corrompió? ¿Fue todo su culpa...? No estaba seguro, no estaba seguro de nada. El mundo pareció desvanecerse a su alrededor mientras corría hacia su destino, lo único que quedaba era él, él y sus pensamientos. Aún oía la suave y aterradora voz de lo que alguna vez fue Livvy. << ...Puede que yo lo asesine >> murmuró. Livvy nunca haría tal afirmación hacia su mellizo, nunca.

En cierto punto llegó a la entrada de una oscura cueva y la luna ya se encontraba en su máximo esplendor. A lo lejos Kit podía ver el oscuro y vasto mar, la luna era del mismo color platino que los ojos de Ty... Aunque no sabía si realmente era así o estaba perdiendo la cabeza. Lo más probable era la segunda opción. De su bolsillo saco uno de sus objetos más preciados y que había Guardado por mucho tiempo. La luz mágica que Ty le había dado ya hace demasiado tiempo atrás, pareciera como si esos días fueran un reconfortante sueño, a pesar de todo el horror que habían sufrido eran los únicos momentos en que se había sentido... Humano, real. Puede sonar extraño, pero se sentía cómodo, se sentía como si hubiera estado perdido toda su vida y en aquellos pocos meses hubiera regresado a su hogar. Puede que sí estuviera perdiendo la cabeza realmente.

Se adentró lentamente a la cueva, los largos y oscuros pasillos iluminados por la luz mágica le provocaron muchos, muchos recuerdos. Era la cueva donde se había reunido con Shade, que después todos se enteraron de que era Ragnor Fell el antiguo amigo de Magnus Bane que se creía muerto. Cuando entró en la sala de la mesa de madera lo encontró allí. Aún utilizaba la capa negra que tapaba la mayor parte de su cuerpo pero esta vez no se preocupaba de cubrirse la cara. Ragnor alzó la vista curioso, Kit se quedó allí en la entrada sin decir nada.

— Herondale — dijo él con una sonrisa —. ¿Cuanto tiempo ha pasado, no? Ya estás más crecido, pareces un hombre de verdad ahora. Muy guapo si me lo preguntas muchas chicas querrán estar contigo.

— No me interesa nadie — dijo Kit.

— ¿Así? ¿Te olvidaste del pequeño Blackthorn? — Kit abrió los ojos, no estaba seguro de que sus sentimientos por Ty fueran tan claros para cualquiera. Eran más claros para los demás que para él mismo.

— No quiero hablar de eso mientras Ty esté desaparecido — dijo Kit acercándose más a la mesa de madera del centro, era una mesa vieja llena de rasguños de dagas. Kit no tenía ni idea de cómo había llegado a rayarse así y sinceramente no le importaba.

— Me suponía de que por eso estabas aquí después de tanto tiempo. No sólo buscando mi ayuda si no también en Los Ángeles — Ragnor cambió su semblante amable a uno más sombríos —. ¿Quieres tratar de rastrearlo?

— Shade... Ragnor. Eres a la única persona a la que puedo recurrir en estos momentos, Ty no puede ser rastreado, no tengo ni idea de donde está, necesito tu ayuda... — Kit se interrumpió pero luego tomo aire, organizo ideas y continuó. Le contó todo lo que el fantasma de Livvy le había dicho y también mucho más, le contó lo atemorizado que estaba, nunca había hecho eso con nadie, era muy malo expresando y mostrando sus sentimientos a los demás pero en aquella ocasión no pudo resistirse y Ragnor era la única persona que conocía la situación a detalle, Magnus también la sabía... pero era en cierto modo distinto —. No se que hacer Ragnor, estoy perdido. No quiero perder a Ty, ya he perdido a demasiados.

— En mi larga vida he perdido a muchas personas chico — le dijo Ragnor amablemente —, he conocido lo que es amar, lo que es odiar y lo que es desear. He sentido emociones tan fuertes y únicas que pensaría que  moriría en aquel instante, pero apesar de aquello nunca sentiré como lo hace un mortal, esa es la maldición de los brujos. Los mortales sienten cada pequeño momento, cada pequeña sensación como si fuera la primera y última vez que pudieran experimentarla, los Cazadores de Sombras son el triple de sensitivos puesto que nacen y mueren jóvenes por los constantes peligros que hacen el mundo.