—Esto...¿Es una broma? —murmuré, perpleja al ver el mensaje que contenía mi móvil.
—¿Qué pasa? —preguntó Ethan, acercándose hacia mí y leyendo el mensaje por encima de mi hombro.
Sábado en mi casa a las 21:00. Tengo que contarte algo.
—¿Qué se supone que significa esto? Creía que iba a pasar unos días en casa de unos familiares suyos, eso era lo que decía la carta —dije, extrañada, mirando a Ethan como si él supiese la respuesta.
—Tal vez vivan cerca. Además, no ha especificado cuántos días se va —dijo él escépticamente, ojeando la carta de nuevo para comprobar que no se hubiera dejado nada sin leer. Sin embargo, su expresión demostraba que no creía nada de lo que acababa de decir.
—Ethan, no estoy loca —afirmé, con la cabeza en alto, haciendo que este dejara la carta en la cama y me observara, mordiéndose el labio con nerviosismo.
—Lo sé.
Tras unos minutos de silencio en los que mi hermano se quedó mirando a un punto fijo en la pared, donde se encontraba el poster de mi banda de música favorita, One Direction, yo finalmente hablé, llevando la mirada al suelo, mientras me sonrojaba levemente.
—Lo siento, Eth.
—¿Se puede saber a qué viene eso? —preguntó mi hermano, con más brusquedad de lo habitual, suspirando mientras elevaba la mirada y sus ojos se encontraban con los míos. En ellos encontré confusión y angustia.
—Bueno, lo único que ha pasado es que Jane se ha ido a casa antes de que terminen las clases y yo ya estoy pensando en que la han secuestrado, cuando probablemente sus padres la hayan llamado para decirle que tiene que irse urgentemente con su familia, sin darle tiempo a decirme nada —suspiré, mirando al suelo; avergonzada por haber alarmado a mi hermano de esa forma.
—Lith, que yo sepa, mandar a unos hombres a que te entreguen una carta no solo a ti, sino también a mamá no me parece muy normal. Y que encima te mande un mensaje diciéndote todo lo contrario.... Además, está bien preocuparse. Eso significa que te importa.
—Una cosa es preocuparse cuando sabes que alguien está en peligro y otra es hacerlo sin sentido —resoplé, poniendo los ojos en blanco, haciendo que mi hermano elevara la comisura de sus labios, formando una pequeña sonrisa.
—No es sin sentido, créeme, Lith. La razón por la que soy a veces tan sobreprotector contigo es debido a que de pequeño tuve una pesadilla en la que te secuestraban —reveló Ethan súbitamente, sonrojándose levemente—. A veces nos preocupamos demasiado por las personas que amamos, pero eso no tiene nada de malo. Significa que te importan y que las amas.
—¿De verdad? —pregunté, sin evitar sonreír al recordar a mi hermano, unos años más joven, siguiéndome a todos lados. Era cierto que Ethan era muy sobreprotector. Cuando era más pequeña me molestaba, pero ahora sabía que mi hermano lo hacía porque me quería.
—No te rías, lo digo enserio —dijo Ethan, dándome un codazo. Su rostro se encontraba levemente sonrojado.
Ahora todo tenía sentido. A pesar de que sus amigos se iban al cine, él venía conmigo al parque, porque aunque había adultos cuidando de nosotros, Ethan no se fiaba.
—Iré el sábado a su casa...Entonces comprobaré que Jane está bien y todos felices—suspiré, decidida.
—¿Estás segura? No creo que debas ir sola — mi hermano parecía preocupado.
—Vamos, Eth, no va a pasar nada —afirmé, pasando un brazo por sus hombros, que estaban tensos—. Todo irá bien. Confía en mí. Solo eran mis paranoias.
ESTÁS LEYENDO
LILITH
Fantasi¿Qué dirías si te dijera que todas las leyendas, mitos y cuentos son reales? ¿Que los demonios, arcángeles, ángeles caídos y ángeles son reales? Lilith Anderson es una adolescente de dieciséis años cuya vida es de lo más normal. Tiene una familia:...