Catrina.
—¿Por qué estás diciéndome todo esto? —bajé la mirada evitando sus ojos. Me sentía débil ante tu ser y no podría resistir ni un segundo más.
—Mírame. —pidió. Su rostro estaba tan cerca del mío que bastaba inclinarme unos pocos centímetros para besarlo. Volví a mirarlo.
—Martín, no. —sus manos seguían sosteniendo mi cabeza. La punta de sus dedos rozaban mi cabello.
—Te amo.
—Cállate. —pedí sin poder escuchar una más de sus palabras. Había soñado tantas veces con ese momento que me parecía irreal.
Sonaba tan sincero que lo único que deseaba era besarlo y decirle que lo amaba.
Pero no iba a suceder. No podía creer nuevamente en sus palabras y arriesgarme a sufrir como lo hice unos años atrás; mi corazón no resistiría otra decepción más.
Era inevitable estar furiosa con él y conmigo misma. ¿Cómo era que tenía tanto poder en mi? ¿Cómo podía seguir amándolo de tal manera?
Solo deseaba arrancarme el corazón y dejar de sentirme tan estúpidamente débil. Yo ya no era una niña idiota y debía evitar sentirme así.
—Te amo como nunca he amado a alguien.
—¡Cállate! —grité intentando voltear la cara, pero él me detuvo.
—Te amo y no me importa que no quieras oírlo, te amo y te amaré siempre. —besó mi frente y se alejó.
—Vete por favor. —pedí y él asintió.
—Claro. —peinó su cabello hacia atrás—, pero eso no quiere decir que vaya a renunciar a ti.
—No quiero verte nunca más. —dije y él tragó con fuerza. Agachó la cabeza sin saber que decir.
—Dime que no me amas.
—¿Qué? —pregunté y él volvió a avanzar hacia mi. Me agarró de la cintura y me atrajo hacia él con suavidad.
—Dime que no me amas y dejaré de insistir. —volvió a pedir y yo suspiré.
—Yo... —no me salían las palabras. Deseaba decirle que no lo amaba, pero no podía.
¿Por qué carajos no podía?
Martín me miró a la expectativa y de forma imprevista me besó. Aquel beso era brusco y deseoso. Mis piernas comenzaron a temblar de los nervios y mi corazón saltaba con desespero. Solo él tenía ese efecto en mi.
Encajábamos a la perfección y eso era lo que más me enojaba; que por más que quisiera, no podía dejarlo ir.
—Yo también te amo. —dijo al separarnos con una sonrisa divertida. Sobó mi mejilla y salió del apartamento sin decir nada más.
Estaba sin aliento.
¿Solo así? ¿Por qué no pude controlarme y alejarlo de inmediato? Lo odiaba. Lo odiaba por no poder odiarlo.
—Mierda. —espeté tapando mi rostro. No podía asimilar lo que había acabado de suceder.
Suspiré y agarré el teléfono tecleando un número en particular. Al día siguiente me arrepentiría de haber tomado aquella decisión.
—Hola. —contestó desde el otro lado de la línea. Resoplé tomando fuerza.
—¿Podemos vernos? —pregunté mordiendo mi labio con indecisión.
—¿Quieres que vaya a tu departamento? —preguntó. ¿De verdad quería verlo? ¿Qué estaba haciendo?
—Sí, Paul. Si quiero. —dije con la intención de sacarme a Martín de la cabeza. Lo iba a lograr sin importar que tuviera que hacer.
HOLA. ❤️
Espero que les haya gustado este nuevo capítulo y me cuenten cómo les pareció en los comentarios.🚫 PROHIBIDO LECTORES FANTASMAS: ¡VOTEN!
❓ ¿Estuvo mal la decisión que tomó Catrina? ¿Qué opinan?Kiss.