Martín.
—¿Cuántas flexiones has hecho ya?
—Perdí la cuenta después de trescientas. —respondí mientras continuaba haciendo ejercicio. Mis brazos estaban agotados, pero estaba tan furioso que no podía parar. Esa era la única forma de desahogarme.
—Todo el día has hecho ejercicio y ni siquiera has probado bocado. Deberías parar.
—No puedo parar. —continué y Mathew se acercó para quitar mis manos del suelo.
—¿Qué haces? —pregunté empujándolo.
—¡Tienes que parar! —gritó y yo me puse de pie.
—¡Estaba con otro hombre y llevaba su camisa puesta! —grité más furioso que antes—. ¿Sabes lo que sentí en ese maldito momento? —vociferé irritado.
—Puedo imaginarlo. —su rostro se ablandó.
—¡No puedes! —grité inclinando la cabeza hacia atrás—. Esa mujer es el amor de mi vida y debería estar conmigo. ¡Conmigo! —volví a alterarme. Mathew puso su mano en mi hombro.
—¿Entonces por qué no vuelves a buscarla? —preguntó y yo solté una risa burlona.
—¿Para volver a encontrarla con ese imbécil?
—¿Entonces que harás? —preguntó y yo gruñí sin saberlo. No había pensado en eso.
¿Qué haría?
—No tengo más opciones. —bufé—. Tengo un hospital que dirigir. No tengo nada más que hacer aquí. —me limpié el sudor del cuerpo con una toalla que tenía al lado.
—Estás tomando la decisión incorrecta. —dijo y yo asentí.
—Ya lo sé.
—¿Entonces por qué no tomas la decisión correcta? —preguntó sin comprender.
—Porque no hay ninguna decisión que tomar, ella ya eligió. —resoplé frustrado—. Solo quiero que sea feliz sin importar que no sea conmigo.
—¿Entonces tú estarás infeliz el resto de tu vida? —preguntó con el ceño fruncido.
—Ella nunca me va a perdonar. Catrina siguió adelante y yo debo hacer lo mismo; desde el principio fue un error creer que podríamos volver a estar juntos. —dije mirando el suelo.
—Creí que no te ibas a rendir.
—Eso era antes de darme cuenta que tenía novio. —tomé mi celular y puse mi toalla en el hombro—. Perdí. Nuevamente perdí. —dije y entré a la casa para cambiarme.
Iba a comprar por internet un boleto de avión para devolverme a España y continuar con mis responsabilidades.
Mis esperanzas habían desaparecido y nuevamente me sentía desanimado. En definitiva la amaba y la amaría toda la vida así no estuviera conmigo.
Pero sabía que era momento de desaparecer de su camino y dejarla ser feliz. Nunca debí volver a su vida y revolver el pasado. Solo la hice sufrir.
Quise creer que aún me amaba y que teníamos una segunda oportunidad para empezar desde cero, pero es obvio que solo fui un idiota excesivamente iluso.
Después de ducharme comencé a organizar mi maleta y a dejar en orden la habitación. Era una pena que los padres de Mathew no estuvieran para darles las gracias por haberme recibido.
Por suerte me confirmaron el boleto y el vuelo salía esa misma noche. Exactamente en dos horas; tiempo exacto para comer algo en el aeropuerto.
Bajé las escaleras con la maleta y Mathew me miró con desaprobación desde la sala. Soltó su celular y se cruzó de brazos.
—¿En serio vas a irte? —preguntó y yo asentí.
—Gracias por haberme recibido en tu casa.
—¿A qué horas sale el vuelo? —preguntó curioso.
—En dos horas. —dije mientras sacaba dinero de mi bolsillo y se lo entregaba.
—¿Qué es eso? —preguntó confundido.
—Por la estadía y la comida de todos estos días.
—¡Guarda eso! —dijo exaltado alejando los billetes—. Mejor ve a la cocina para que Carlota te dé algo de comer y no viajes con el estómago vacío.
—Gracias. —dije antes de ir a la cocina.
HOLA. ❤️
Espero que les haya gustado este nuevo capítulo.✅ Cuéntenme en los comentarios cómo les parece hasta el momento la historia.
🚫 PROHIBIDOS LOS LECTORES FANTASMAS.
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❓ ¿Martin se está equivocando?Kiss.