Capítulo 49.

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Catrina.

Desde que volví a verlo deseé quitarle la ropa y lanzarme sobre él. No podía creer que me hubiera perdido de semejante placer durante tantos años.

—¡Joder! —puse una almohada en mi boca para silenciar los gemidos. Martín me estaba dando el mejor sexo oral del mundo.

Acariciaba mi clítoris con su lengua y la metía en mi vulva con destreza. Estaba tan excitada que faltaba poco para venirme.

—Te quiero dentro de mi. —susurré y él subió hasta la altura de mi rostro y me besó.

—¿Quieres qué? —preguntó mientras introducía dos de sus dedos en mi. Alcanzó mi punto g con rapidez y lo estimuló haciéndome retorcer.

—¡Te quiero dentro de mi ya! —supliqué mordiendo sus labios. Martin se levantó levemente para que quitara sus pantalones.

Desaproveche su cinturón y se lo quite para luego lanzarlo al suelo. Luego desabotoné su pantalón y él mismo se los sacó.

Su miembro estaba increíblemente duro.

Sonreí queriendo tentarlo. Bajé su bóxer y tomé a su amigo entre mis manos. Sin dudar lo puse en mi boca y comencé a chuparlo.

—Maldita sea. —gimió él. Su rostro era impagable; estaba muy excitado.

Aceleré mis movimientos y él gruñó con más fuerza. Con una de sus manos tomó mi cabello y me guió para hacerlo mucho más rápido.

Me encantaba ser la causa de sus gemidos y de sus gestos. Me encantaba que estuviera colapsando de placer por mi.

—No te vengas aún. —me detuve y él me miró con reclamo. Sonreí por su cómica expresión, lucía molesto por haber quedado a medias.

—Eres terrible. —rió suspirando—. Solo mira como me tienes. —miró su miembro. Este estaba más erecto que antes.

—Hazme tuya. —pedí y con mis palabras sus ojos grisáceos se oscurecieron. Ambos estábamos transpirando por el notable calor que había invadido la habitación.

Martín abrió mis piernas nuevamente y apretó mis brazos inmovilizándose. En cuestión de segundos estaba penetrándome.

Gemí con dolor cuando estuvo totalmente dentro de mi. Después de que empezó a moverse en círculos sentí placer.

—¿Te estoy haciendo daño? —preguntó mirando mi gesto.

—Más duro. —pedí y él obedeció. Entró y salió de mí con fuerza; repetidas veces. Arañé su espalda conteniendo las ganas de gritar.

Comencé a moverme a su mismo ritmo y la sensación se hizo mucho más intensa y placentera. Martín no quitaba su mirada de mis ojos y me encantaba tener toda su atención.

—Eres completamente mía. —dijo sin parar.

—Completamente tuya. —sonreí.

Besé sus labios y me dejé llevar. Nuevamente me estaba haciendo tocar el cielo como solo él podía hacerlo.

En definitiva lo amaba y quería hacer el amor con él por el resto de mi vida.

Sus labios besaron cada parte de mi cuerpo e incluso de mi alma. La noche entera me exploró con tanto amor y tanta pasión que supe en ese momento que nunca nadie me admiraría con tanta dedicación.

Me cuidaba y me amaba tanto que incluso un pequeño y patético cuarto de hospital pareció ser un paraíso a su lado.

—Te quiero para siempre. —dijo mientras clavaba su rostro en la hendidura de mi cuello.

—Para siempre. —susurré amándolo más que nunca.



HOLA. ❤️
Segundo capítulo del día. Espero que les guste y me cuenten como les pareció. 👀

VOTEN Y COMENTEN.
🚫 NO A LOS LECTORES FANTASMAS.
⚠️  ESTAMOS ACERCÁNDONOS AL FINAL DE LA HISTORIA. 📣❗️

Kiss.

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