La hija del merodeador

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Estábamos mi tío y yo de camino a comprar los libros, túnica, varita y mascota para Hogwarts. Este verano me ha llegado la carta, el tío está muy orgulloso y emocionado porque vaya a ir, ya que él dice que los años que estuvo en Hogwarts fueron los mejores de su vida, allí conoció a mi tío James y a mi padre Sirius.
Ellos eran muy buenas personas hasta que Voldemort y no me da miedo decirlo mató al tío James y por culpa de lo inútiles del ministerio metieron a papá a Azkaban, nunca me voy a cansar de decir que es inocente, porque lo es. Vivo con el tío desde los tres años más o menos y hace unos pocos me cambio el apellido ya que no quería que hablarán de mí y dijeran que soy la hija de un asesino, a mi no me importa porque se que siempre seré Black, aunque ahora sea Lupin.

—Bien Alba, voy a por tus túnicas, ¿crees que serás capaz de ir tú a por la varita? —pregunta y lo miro echándome el pelo para atrás

—Estás hablando con Alba Lupin, claro que soy capaz —él sonríe, siempre le ha gustado mi forma de ser ya que me dice que es muy parecida a la de mi padre.

Nos despedimos y yo entro a la tienda de varitas.

—Hola señorita Lupin, supongo que viene a por su varita —dice Olivander apareciendo en el mostrador

—Supone bien —digo y me entrega una varita

La cual nada más moverla hace que algunos libros salgan volando y choquen contra la pared, la dejo y me entrega otra, con nada más moverla un poco explotan los cristales así que la dejo de nuevo.

—Estoy seguro de que está no falla, pruébela —la pruebo y todo vuelve a sus sitio sonrío y el habla

—Roble, 30 centímetros, núcleo de corazón de Dragón, igualita a la de su padre —dice y lo miro sonriendo

—Como papá... —pagué la varita y salí encontrándome al tío hablando con un grupo de pelirrojos