La hija del merodeador

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—¿Qué tal tu cita? —me pregunta Xia cuando me siento a cenar

—Mejor de lo que esperaba —digo y grita, toda la mesa nos mira y niego sonriendo

—Lo has admitido —dice feliz

—¿El qué? —pregunto extrañada y los gemelos nos miran pensativos

—Que era una cita —dice y empieza a comer

—En fin... ¿En qué pensáis? —les pregunto

—Nada —dice Fred y empieza a cenar también, lo miro y me enojo de hombros, George suspira y habla

—Le vamos a mandar un baño a Ginny, pero no sabemos cómo, porque entero no vamos a poder —dice y me río

—Mandarla la tapa solo —digo y sonríe

—Buena idea, ves, te lo dije, nuestra ojigris es más lista que los dos juntos Fred —dice y este asiente sin levantar la cabeza

—George mis ojos no son grises enteros, son... —Fred me interrumpe

—Grises verdosos —dice y asiento, George sonríe y empieza a comer

—Fred ¿Qué te pasa? —pregunto al verlo tan decaido

—Nada, estoy cansado —susurra y Dumbledore habla

—Buenas noches a todos quería avisarles de que las clases de mañana se suspenden debido a una enfermedad muggle que hay entre el profesorado, por lo tanto sólo se impartirán las clases de Transformaciones, Pociones, e Historia de la Magis ya que son los únicos profesores que no están enfermos —todos celebran

—¿Mañana tenemos alguna de esas clases? —pregunta Xia

—Sólo Pociones... Con Quejicus —susurro y me río por el apodo