La hija del merodeador

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—Bien, tenéis una hora —nos dice y se va cerrando la puerta con un hechizo

—¿Y si tenemos que ir al baño? —pregunta George y reímos

Resulta que el castigo de Snape es limpiar el aula de pociones sin magia, por lo tanto, aquí estamos con utensilios muggles y limpiando el aula que parece de todo menos una clase, como le gusta el negro a ese señor...

—¿Por dónde empezamos? —pregunta Fred

—Por darle un a clase de decoración, madre mía, todo negro, y eso que me encanta el negro pero madre mía —digo y ellos se ríen, cojo un trapo y me voy a limpiar las mesas

Después de tres cuartos de hora limpiando nos sentamos y hablamos.

—Bueno, ¿qué tal estáis? —pregunto

—Bien, ¿y tú? —dicen a la vez

—Bien, aunque estoy cansada —digo y sonríen

Unos diez minutos después entra y nos devuelve las varitas, los tres salimos de allí y vamos al jardín, nos sentamos en un banco y poco después llega Cedric.

—¿Podemos hablar un momento a solas Alba? —me levanto y caminamos al pasillo

—¿Qué pasa? —pregunto y sonríe

—Era si... Te gustaría... Ya sabes... Quedar mañana para ir a ver juntos el partido, ya que juegan Slytherin y Ravenclaw —

—Claro, mañana nos vemos —digo sonriendo y nos despedimos, vuelvo con los gemelos y me siento al lado de George

—¿Qué quería? —dicen

—Quedar para ir a ver el partido de mañana —digo y se ponen serios

—¿Vas a ir con él? —pregunta Fred y asiento

—Ah... Pues que te lo pases bien. Yo tengo que... Buscar a Lee —dice levantándose y entrando al colegio de nuevo

George y yo miramos hacia dónde se ha ido y nos levantamos para ir a la Sala Común ya que estaba empezando a hacer frío.