La hija del merodeador

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—Quiero que no hagas muchas bromas, diviértete y haz amigos, estudia, ah, y saluda a Minerva de mi parte —me dice el tío y me abraza

—Intentaré no hacer bromas, pero lo llevo en la sangre, buscaré el mapa  y saludaré a Minerva —digo y me mira serio por lo del mapa

—Deja el mapa tranquilo, aunque si lo encuentras avísame —dice y me rio

Nos acercamos a la barrera y tras pasarla veo el tren, caminamos hasta llegar a las puertas de este.

—Que te lo pases muy bien Alba —dice el tío dándome un abrazo

—Te echaré de menos y ten mucho cuidado con las luna por favor —digo abrazándolo fuerte

—Y yo a ti enana, te quiero y tendré cuidado... Cada día te pareces más a tu padre, tanto en lo físico como lo personal, tbiem se preocupaba mucho por las lunas —dice sonriendo y yo también lo hago

—Me alegra eso, yo también te quiero, te escribiré —digo subiendo y busco un compartimento

Me siento y me cambio, ya que no hay nadie, miro por la ventana y oigo un golpe en la puerta.

—Hola... ¡Lupin! ¿Qué tal? —pregunta uno de los gemelos y ambos se sientan en frente mío

—Bien, ¿y vosotros? —pregunto y sonríen

—Bien —dice el otro gemelo y los miro con los ojos entrecerrados

—Fred y George —les señalo y ambos abren la boca y los ojos

—¿Cómo lo has...? Ni nuestra madre nos diferencia —dice Fred

—Fácil, soy observadora, Fred tiene un apequeña cicartiz en la nariz y George es un poco más alto —digo y sonríen mirándose, vuelven a llamar a la puerta y se asoma una chica rubia

—Hola, ¿puedo sentarme? —pregunta y asentimos

—Hola, soy Alba Lupin, y ellos son Fred y George Weasley —nos presento

—Yo soy Xiana Carlsh pero me podéis decir Xia —dice sonriendo