La hija del merodeador

17

Entramos al pasadizo e íbamos, yo primera, después Xia, después George y por último Fred.

—Joder que frío —digo ya que se está empezando a notar que el mes de Diciembre había llegado

—Ya te digo, y casi no veo, como nos prguemos la hostia la culpa es vuestra por ir tan pegados —dice Xia y reímos

Llegamos al pueblo y había poca gente, me cerré más la túnica y suspiré.

—Bueno, ¿qué hacemos? —pregunto ya que ninguno había estado aquí antes, ellos se encoje de hombros

—Vamos a dar un paseo —dice George y empezamos a andar

Recorrimos todo el pueblo, los chicos iban hablando y yo pensaba. ¿En qué? Pues en qué el mes que viene era mi cumpleaños y siempre me ponía triste en estas fechas, también en que casi era Navidad y Año Nuevo y me duele que mis padres no estén aquí, a ver, está el tío, que lo quiero muchísimo y daría mi vida por él, pero me gustaría que estuviese papá... Me sequé una lágrima que se me había escapado y sonreí.

—¡Vamos a jugar con la nieve! —grita Xia como una niña de tres años y ella y George salen corriendo

—¿Estás bien? Te noto rara y estás muy callada —me dice Fred mirándome

—No, estoy bien, solo es sueño —digo sonriendo y voy con los chicos, pero el me agarra del brazo y me giro

—Puedes confiar en mí para lo que quieras, te escucharé y... —lo interrumpí

—Enserio, solo es sueño —mentí y sonreí, ambos fuimos con los chicos y nos pusimos a jugar con ellos