La hija del merodeador

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Salimos de la sala común, hoy teníamos algunos de nuestros TIMOS y necesitaba aprobarlos todos.
Entramos a los examenes, después de dos horas escribiendo, salimos y siento unos brazos abrazarme por los hombros.

—¿Qué tal los exámenes chiquita? —susurra Fred

—Bien, creo que los apruebo —digo bostezando

—Tienes muchas ojeras, ¿a que hora te dormiste Alba? —pregunta y hace que lo mire a los ojos

—No muy tarde —digo y vuelvo a bostezar, él se pone muy serio, y eso es muy muy raro en Fred

—No me mientas —dice y suspiro

—A las seis... —susurro y abre mucho los ojos

—Alba, el examen a empezado a las ocho, ¿solo has dormido dos horas? —

—En realidad una, me he levantado a las siete para repasar —digo y me agarra de la mano para subir a la sala común, entramos y subimos a su habitación

—Métete en mi cama y duerme —dice y niego pero el me sienta en ella

—Alba, tienes que dormir —dice y muy a regañadientes me meto en la cama

Diez minutos después

—Fred... ¿Puedes tumbarte conmigo? Por favor —pregunto y sonríe quitandose los zapatos, se tumba a mi lado y lo abrazo, me da un beso en la cabeza y sonrío