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Después de cenar nos fuimos a la cama y a la mañana siguiente me desperté y al abrir los ojos vi encima mío y cubo florando.

—Los mato —susurro y me voy deslizando por la cama hasta llegar al suelo, me río y cuando doy un paso siento que algo me cae encima

—¡FRED, GEORGE! —grito y bajo las escaleras, me los encuentro a todos (menos Ginny, la cual seguía durmiendo) en el salón y ellos me sonríen

—Hola Alba —saludan y Molly, Arthur y mi tío abren los ojos y la boca al verme empapada y con colorante verde

—Una cosa os voy a decir ¡MI PELO ES SAGRADO! ¡OS VOY A MATAR! —grito y el tío se ríe y niega

—Chicos, el pelo Black no se toca, es de familia, yo lo aprendí por las malas y me parece que os pasará lo mismo, suerte —dice el tío y los dos lo miran asustados, vuelvo a la habitación y me cambio, me lavo el pelo y me lo arreglo, lo peino y me miro al espejo satisfecha, despierto a Ginny y le cuento mi plan para gastarles una broma a los gemelos, ella me sonrie y bajamos a desayunar

—Hola —digo feliz y los gemelos me miran entrecerrando los ojos, le hago una seña a Ginny y ella les pasa su desayuno

Ellos lo cojen con confianza ya que se lo ha dado su hermana y se lo comen yo los miro sonriendo y cuando terminan me miran extrañados y todos nos reímos.

—¿De qué os re... ? —pregunta Fred y se ríe de su hermano y viceversa, me levanto y me pongo entre ellos, les paso el brazo por los hombros y hablo

—La venganza es un plato que se sirve frío, os quierooo —me voy dando saltitos y sonriendo hasta la habitación

La hija del merodeadorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora