La hija del merodeador

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—Bien, los mayores, necesito que vayáis a por madera para hacer fuego, no podemos usar magia delante de los muggles —dice Arthur

Los gemelos, Xia y yo vamos a por la madera, cuando estamos en el bosque, alguien se nos acerca.

—¿Cuanto habéis tenido que vender para conseguir las entradas? Porque seguro que os habrán dado muy poco por esa casa que tenéis —dice Malfoy

—Piérdete Malfoy —dice Fred

—Y seguro que las tiendas, ¿cuántas habitaciones tienen? La mía dos pisos, pero claro, algunos nos la podemos permitir —George le lanzó una rama a la cabeza y Draco sacó la varita

—¡Draco! No seas descortés —dice su padre llegando a su lado con la que supongo que es su madre

—Bien, vámonos. Adiós pobretones de cuarta —dice y tengo que agarrar a Fred para que no se le tire encima

—Volvalos con la madera, y esperemos que una bluddger le pegue en la cabeza —dice Xia y vamos de nuevo al camping

—Hola, Alba, ¿podemos hablar un momento? —dice Harry cuando llegamos

—Si Harry —digo y dejo la leña

—Esto... No se si lo sabrás pero... Sirius es mi padrino y... Me dijo que, cuando todo esto acabase que... Me podía ir a vivir con el y... Si a ti te molesta no lo haré. Es tu padre y tienes más derecho a estar con el que yo, no quiero incomodar —dice y sonrío

—No incómodas Harry, además sería genial tener a alguien de más o menos mi edad en casa —digo, sonríe y nos abrazamos

Cuando volvemos, vemos a los gemelos riendo, miramos a Arthur y lo vemos pendiendo fósforos, pero cada vez que prendian, el los apagaba y los tiraba al suelo. Me siento junto a ellos y Fred me pasa el brazo por los hombros.

—Se lo está pasando bomba —dice

—Si, como le deis otra caja, ya va a estar entretenido por togo el día —dice George