La hija del merodeador

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Desperté a las cinco de la mañana y desperté a Alicia, Katie y Angelina, nos cambiamos con el uniforme porque a Oliver solo se le había ocurrido entrenar muy temprano, ya que dice que así estamos sin distracciones. Bajamos bostezando y vimos a Oliver, Harry y los gemelos ya allí, me acerqué a ellos y los saludé, George me dio un beso en la mejilla y Fred en los labios.

—Oliver, solo te digo que como una sola bluddger me golpee te la traigas, ¿vale Wood? —todo el equipo me mira y rien

—¿Nos hemos levantado con el pie izquierdo Lupin? —pregunta sonriendo y Fred me pasa el brazo por los hombros

—Black —digo y los gemelos me miran con una sonrisa

—¿Qué? —pregunta atónito y Harry me mira curioso

—Que me llames Black, es mi apellido, Alba Black —Oliver asiente

—Tu padre es un as... —empieza Harry

—Ni se te ocurra decirlo porque es mentira Potter y ahora si me permites, no tengo ganas de discutir, permiso —digo pasando a su lado con los gemelos detrás

Después del entrenamiento

—Me muero de hambre, y me duele todo —digo y nos sentamos a desayunar

—Debería ser ilegal hacernos entrenar a las cinco de la mañana un sábado —dice Fred comiendo un trozo de tarta de calabaza

—Cuando acabemos de desayunar me vuelvo a la cama —digo y ambos se ríen

—Si, te copio la idea —dice George y sonrío

Cuando acabamos nos fuimos a la cama, antes de subir las escaleras Fred me para y George sigue andando.

—A las once y media aquí, y vamos a dar un paseo —dice y asiento

—Pero por dentro, ya sabes que... —digo y suspira

—Si... Pero bueno, nosotros sabemos la verdad —dice y lo beso para volver a la cama