La hija del merodeador

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Bajé de mi habitación, Xia no estaba el la cama cuando me desperté. En la Sala Común había poca gente y no estaban ni Xia ni mis gemelos así que me fuí.

—Hola Alba, feliz cumpleaños —me felicitó Cedric

—Hola Cedric y gracias, no sabía que te habías quedado —digo extrañada ya que no lo había visto en todas las vacaciones

—He salido poco de la Sala Común —

—Hola Albita, felicidades —me saludo Max

—Gracias —dije cortante

—Todo olvidado, ¿no? Venga, fue un momento de debilidad, no veo el motivo por el que no podamos ser amigos, ya te pedí perdón —me dice y lo miro

—A la proxima si que no te hablo más Jones —digo y me mira sonriendo

Los tres fuimos al Gran Comedor y nos sentamos en nuestras mesas. Cuando acabé de desayunar y leer el correo me fui en busca de los gemelos o Xia ya que no habían ido a desayunar.

—¿Dónde estáis? —pregunto y salgo a los jardines, donde una bola de nieve me da en la espalda

—¿Chicos? —me giro y no hay nadie, otra bola me da en la espalda, pero esta vez del lado contrario

—Chicos, ya se que sois vosotros, parad y... —una bola me da en la cara

—Ya está, me enfadé, no voy a hablaros —digo caminando adentro, antes de entrar dos pares de brazos me cogen y tiran a una montaña de nieve

—¡FELICIDADES ENANA/CHIQUITA! ¡TE QUEREMOS! —grita tirándose encima mío

—¡Quitaros! ¡Estáis gordos! —digo riendo y ellos igual, se tiran cada uno a un lado y me señalan el cielo

Con muchos fuegos artificiales habían formado frases.

"Felicidades pequeña Alba" "Te queremos mucho" "De parte de tus gemelos favoritos" "Fred y George te mandan un abrazo y un beso muy fuertes" sonrío y les doy un beso en la mejilla a cada uno, nos sentamos y me abrazan

—Yo también os quiero —digo sonriendo