||•Minho•||
Los rayos de sol iluminaban mi cara impidiendome seguir durmiendo.
Hoy era domingo y me acababa de levantar a las ocho y cincuenta de la mañana, se supone que debía dormir hasta tarde pero hoy no era ese tipo de domingo al parecer.
Ayer me la pasé casi todo el día mirando series, películas, y cualquier cosa que se me cruzara por Netflix.
Después de estar un tiempo mirando la televisión decidí ir a comprar unos chocolates para Jisung con el dinero que habían dejado mis padres. Si bien me había gastado la gran mayoría de lo que habían dejado, ahora tendría un regalo de disculpas para él.Me levanté de la cama con un poco de pereza y hice mi cama para luego meterme a bañar.
Mi cara al igual que parte de mi cuerpo, se reflejó en el espejo y me miré con detenimiento en éste mismo.
- ¿Por qué? -hablé conmigo mismo- Eres tan horrendo, ¿por que lo eres? -Bajé la mirada con enojo.
Mi respiración comenzaba a agitarse; estaba perdiendo el control de mi mismo nuevamente.
- ¡Eres completamente horrendo! -Le grité a mi reflejo.
Mi pulso se aceleraba.
- ¡Nunca haces nada bien! ¡Te odio! ¡Me odio! -Solté un puñetazo hacia el espejo sin pensarlo- ¡Tu cuerpo es un asco!
Comence a rasguñar mis piernas y mi abdomen.
- ¡Cerdo, eres un gordo inútil que no hace nada bien! -Me insulté a mí mismo mientras comenzaba a golpear mis piernas.
Las noches y las mañanas eran el peor momento de mi vida.
Las noches solo servían para perderme en mis pensamientos en una constante lucha conmigo mismo, pensando en si debía agregar algo más en alguna charla que tuve, en si debería haberme quedado callado en alguna ocasión, en si debía llevar ese peinado, en si debía llevar esos zapatos, en si debía ponerme ese atuendo. Me ponía a pensar en todo lo que consideraba que podría haber salido mejor en el día, en todo lo que podría haber mejorado, en todo lo que fallé.
En cambio las mañanas solo servían para odiar más mi físico. Odiaba despertarme y verme al espejo, aveces no hacía falta que me mire en éste mismo ya que al meterme a bañar tenía que ver mi cuerpo y me molestaba, me molestaba encontrar miles de defectos, odiaba no ser un chico perfecto.
Odiaba no cumplir con los estereotipos de belleza de la sociedad como: tener una linda piel, no tener cicatrices que se noten, peso ideal, etc. Me sentía completamente oprimido y mis padres no ayudaban mucho.
Me sentía solo, me sentía humillado, me humillaba hasta yo mismo por ser tan estupido e idiota.
Nadie me apoyaba, no tenía a nadie en quien apoyarme, no tenía a nadie que me haga de pilar emocional. Nadie me decía que estoy bonito como estoy, nadie me hace pensar que soy bonito, nadie me dice cosas lindas.
Seungmin y Changbin se volvieron la principal razón por la cual sigo luchando en llegar vivo cada día a la escuela simplemente para verlos, pero, creo que no me ayudan en nada.
Seungmin y Changbin no están conmigo ahora impidiendo que deje de lastimarme. Es más, ellos nisiquiera tienen la mas mínima idea de que mi brazo está lleno de sangre gracias a los pequeños vidrios que se incrustaron en mi puño. Ellos no saben nada, mi familia no sabe nada, solo estoy yo para calmarme, para amarme pero no lo hago, solo quiero destruirme más, quiero terminar con estos ataques cada mañana; cada momento del día.
Miré mis piernas y estaban llenas de moretones gracias a los golpes que me di. Mi brazo izquierdo estaba manchado de sangre, mis ojos estaban repletos de lágrimas, mi abdomen estaba lleno de rasguños que dejaban pequeños rastros de sangre y piel muy roja.
Me encontraba en la mierda literalmente.
Limpie la sangre que había caído en el suelo y también levante los cristales que estaban en éste mismo.
- Que linda manera de comenzar el día -susurré para mi mismo metiéndome en la bañera.
Solté un par de jadeos al sentir como el agua caliente tocaba mis heridas.
(...)
- ¡Hijo! Hace mucho no te veía, ¿Como estás? -Habló la madre de Seungmin- pasa, ven dentro que hace frío -Me dejó pasar dentro de su casa.
La señora Kim me trataba como a un hijo y me hacía sentir muy cómodo estar con ella y Seungmin.
- Hola señora, estoy bien, ¿Y usted? -sonrei- Seungmin dijo que quería verme así que como estaba libre decidí venir a visitarlos un rato.
- Te extrañé mucho Minho -Sonrió- a Seungmin no le gustan las galletas que hago en cambio a ti te encantan -Rió levemente.
- Las galletas que usted hornea son exquisitas, Seungmin se lo pierde -reí junto a ella.
Me sentía muy bien en esta casa, me gustaría ser un Kim y no un Lee como el asqueroso de mi padre.
ESTÁS LEYENDO
Astuto| HanKnow
Teen FictionNadie sabia que detrás de esos anteojos y de su amable sonrisa se escondía un gran amante del sadismo y masoquismo. Donde Minho busca ayuda en matematicas y se topa con el nerd de su clase. - Te enseñaré matemáticas a mí manera -Habló el peliazul- C...