||•Minho•||
Nuestras lenguas comenzaban a toquetearse comenzando una batalla, la cual no dejé que gane.
En un movimiento veloz, me senté a horcajadas sobre él. Ahora él estaba sentado en las telas color rojo del sofá y yo permanecía en su regazo moviendo mis caderas sin pudor alguno.
Soñé tanto con éste momento que mi cordura se veía afectada ante tanta excitación recorriendo por cada rincón de mi cuerpo.
Sus manos viajaron por mis piernas dejando una leve caricia en ellas más no permanecieron ahí. Comenzaron a subir con lentitud y se posaron en mi trasero masajeando y apretando todo el tiempo que le apeteció.
Obviamente nuestros labios no se despegaban por nada en el mundo. Los chasquidos y la fricción de nuestros cuerpos aún con ropa puesta, inundaban el no muy grande living.
La calentura comenzaba a subir.
Sus manos ahora hicieron un camino en dirección a mi cintura metiendolas debajo de mi ropa, ejercían fuerza, ayudaba a moverme y clavaba de vez en cuando sus uñas ahí mismo disfrutando de los roces subidos de tono.- Chicos, olvidé llevar la comida para compartir en-... -Aquella voz femenina paró sus pasos viéndonos asombrada.
Tosi y limpie la saliva de mi boca para luego bajarme de encima de Jisung.
- D-deberias haber tocado la puerta, m-mamá -Habló el que antes tocaba mi cuerpo sin vergüenza- Creo qué... Solo viste mal, no es lo que piensas -Tapó su erección con un indefenso cojín que se encontraba a su lado.
La excitación pareció esfumarse, ahora más bien lo que recorría por mi cuerpo era la verdadera vergüenza que antes no tenía.
- Yo, d-debo irme -Me levanté casi corriendo en dirección a la salida pero la voz de su madre me interrumpió.
- No se preocupen chicos, creo que acabo de recordar que... q-que la comida estaba en el auto, adiós -Se me adelantó y salió ella primera pasando por mi lado.
Me quedé mirando a la puerta sin moverme, no sabía si irme o quedarme. Me encontraba muy apenado.
Pegó su erección contra mi trasero mientras sus manos volvían a posarse en mi cintura juntando mi espalda contra su pecho.
- ¿Piensas dejarme así? Parecías disfrutarlo hace unos segundos atrás, que rápido te rindes -Su voz sonó retadora pero a la vez sensual causando un escalofrío por todo mi cuerpo.
- Y-yo, n-.... -La oración que intentaba formar acabó deshaciéndose terminando en un ahogado jadeo al sentir sus manos subir hacia mí pecho y tocar mis endurecidos pezones.
Mi cuerpo se dio la vuelta con rapidez quedando cara a cara con él.
- Quiero que me folles -Susurré con desesperación.
- ¿La putita quiere que lo folle? -Jaló de mis cabellos causando un gran dolor en mi cuero cabelludo- Dilo, dilo fuerte.
- ¡Quiero que me folles! -Grité con los ojos llorosos.
El ladeó su cabeza con una sonrisa perversa en sus labios. Su erección se notaba desde lejos, su cabello estaba desordenado y al parecer disfrutaba lastimarme ya que aún no soltaba mis mechones grisáceos.
No les iba a negar que dolía, era doloroso. El cuerpo reaccionaba así pero en momentos cómo estos mi cuerpo parecía tener la calentura tan alta que aunque lloré seguía tendiendo esa curiosidad de seguir experimentando y no quería parar.
- Bien, te metiste en un lugar peligroso -Se acercó a mí rostro y yo solo seguía jadeando- tuviste una oportunidad para escapar pero decidiste quedarte, ahora haremos todo al modo Han Jisung.
Entonces sin esfuerzo me alzó y comenzamos a dirigirnos a su habitación.
Mi mente estaba nublada como para recordar de qué estaba tratando con un cínico el cual disfrutaba y gozaba verme herido físicamente por él.
Quizás mi mente estaba muy consciente de todo pero mi cuerpo y la excitación le llevaban la contraria.
- ¿Qué tal si me bailas un poco, perrita? -Me tiró en su cama y comenzó a buscar algo dentro de ese armario misterioso que tanto quería abrir el primer día que vine aquí.
- ¿B-bailarte? -Pregunté con nerviosismo.
Entonces cuando me estaba por preguntar el porqué sabía que yo bailaba recordé que había entrado a mi casa ese día y probablemente ya me estaba viendo desde antes.
Lanzó un traje a la cama y me acerqué hacia el para analizarlo.
Consistía en una falda extremadamente corta, un par de medias hasta más arriba de las rodillas, un Chocker con un circulo metálico en el centro y un top igual de corto que la falda.
- Te vestirás como una linda colegiala y me bailarás.
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Astuto| HanKnow
Novela JuvenilNadie sabia que detrás de esos anteojos y de su amable sonrisa se escondía un gran amante del sadismo y masoquismo. Donde Minho busca ayuda en matematicas y se topa con el nerd de su clase. - Te enseñaré matemáticas a mí manera -Habló el peliazul- C...