||•Minho•||
Mi cabeza permanecía recostada en la fría y dura madera del banco que me pertenecía.
- ¿Señorito Lee Minho? -Llamó la profesora de informática- ¿Le aburre mi clase? Puede retirarse si es así.
- No profesora solo... No dormí lo suficiente, disculpe no volverá a suceder -Hablé en un tono no muy alto con desánimo.
Podría jurar que Jisung me estaba mirando, lo sentía, sabía que así era.
Mi mirada se clavó en él y al fijarme si la suya permanecía en mi dirección estaba en lo correcto.Esta vez fui yo quien decidió quitar la mirada de el otro primero.
- Bien jóvenes, doy por terminada mis horas.
El timbre anunciante del segundo recreo resonó por todos los pasillos. Luego de aquel odioso sonido se escucharon varios gritos de felicidad de algunos alumnos al poder despejarse un poco de las actividades; parecían unos animales siendo libres de sus celdas después de años.
Mi mirada se perdió en la gota que caía por fuera de la ventana. Otro día lluvioso como siempre.
- Minho, ¿No quieres salir? Si es así sabes que me quedaré contigo aunque te niegues -La voz de Changbin captó toda mi atención logrando que mi mirada se despegue de la ventana y caiga en el.
- Sólo estoy un poco cansado, hoy tuve que caminar más cuadras de lo habitual porque me quedé en casa de Seungmin.
El de cabellos oscuros formó una línea recta en sus labios y frunció su ceño desconfiando de mi respuesta.
- Vayamos a la azotea o a donde sea. No me gusta verte desanimado -Acarició mi cabellera y sonrei ante su acción.
- El recreo dura diez minutos, creo que me quedaré durmiendo un poco -Palmee levemente su hombro izquierdo con una sonrisa más grande en mis labios- Ve a tomar algo, no lo sé, solo no te preocupes por mí.
- ¿Estas seguro? Minho por favor no quiero que te desanimes aún más al quedarte solo, si quieres despejarte ven conmigo Y-....
- Changbin quiero estar solo -Mis ojos pesaban- Estaré aquí todo el recreo, no iré a ninguna parte.
Después de unos segundos más intentando convencerlo decidió aceptar dejarme en el salón completamente solo.
Y justo cuando estaba a punto de llorar para quitar mi tristeza y enojo fue cuando apareció el peliazul.
Caminaba en dirección a su asiento. Se sentó y no hice nada más que observarlo con admiración.Recordé que había comprado chocolates para el así que tomé la mochila entre mis manos y saqué los chocolates que me habían salido extremadamente caros de ahí dentro.
- Jisung -Llamé por su nombre parado justo frente a él.
- ¿Ahora que mierda quieres?
Siempre tan amable y tierno conmigo.
- Tengo un regalo para t-...
- No quiero nada tuyo, ¿no lo entiendes?
Suspiré al escuchar sus dolorosas palabras.
- Son chocolates, los compré exactamente para ti -extendi la caja en su dirección y el miro con desprecio mi regalo.
- No los quiero.
- Pero g-gaste todo el dinero que dejaron mis padres para h-hacerte este regal-....
- ¡Pues eso no es de mi interés! -Se levantó de la silla causando un fuerte estruendo en el salón vacío- Todo lo que venga de ti me causa asco y rechazo, ¡Yo ya te dejé en paz! ¡¿Por qué tu no me dejas en paz a mi?! Eres una jodida molestia en mi día a día.
Dichas estas últimas palabras agarró la caja de chocolates y la tiró en el suelo haciendo un ruido sordo.
Sus pasos se escucharon lejanos, se había ido del salón y yo solo permanecía petrificado en mi lugar observando la caja de chocolates estropeada en el suelo.
Lo único que logré hacer después de eso fue llorar desconsoladamente.
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Astuto| HanKnow
Ficção AdolescenteNadie sabia que detrás de esos anteojos y de su amable sonrisa se escondía un gran amante del sadismo y masoquismo. Donde Minho busca ayuda en matematicas y se topa con el nerd de su clase. - Te enseñaré matemáticas a mí manera -Habló el peliazul- C...