🌼;𝙷 𝚢 𝚞 𝚗 𝙱 𝚒 𝚗;🌼

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||•Changbin•||

Aquella luz molesta consiguió su objetivo; despertarme.

Un extraño dolor inundó mi cuerpo al estar completamente consciente.

- Oh, ¿cómo te sientes? -La enfermera alejó aquel pedazo de metal con luz que me encandilaba.

- Adolorido -Musité decaído.

- Al parecer tuviste una pelea -Respondió con pena aquella dulce mujer.

Entonces pequeños recuerdos de minutos antes llegaron a mi mente.

Hice el intento de levantarme de la  camilla pero fue en vano.

- Tengo que ir c-con Minho.

- No puedes lindo, estás muy lastimado -Su asquerosa voz resonó entre las cuatro paredes- Sería mejor que te lleve a casa.

Puse los ojos en blanco. No quería saber nada de aquél irritante ser humano.

- Puedo caminar, me iré solo.

- Si te vas solo en éste estado, entonces ten por seguro que cinco negros te pueden violar en el camino -Alzó sus cejas de forma graciosa.

La enfermera del secundario soltó una ligera risita, yo por mi parte nisiquiera solté una sonrisa.

- Prefiero eso antes de que me toques tú.

Ahora una mueca de tristeza se incrustó en su rostro.

- Bueno chicos, les hice un par de papeles para que le presenten a la directora y les deje salir de su horario escolar.

- Muchas gracias -Murmuré sin ganas haciendo mi mayor esfuerzo en sentarme.

- Iré a buscar un par de cosas en la sala de profesores, pueden retirarse cuando gusten -Fueron sus últimas palabras antes de salir y dejarnos completamente solos.

Hyunjin se acercó a mí con pasos lentos y suaves.

- ¿Vam-...

Antes de que continúe, una patada cayó en sus pelotas.

- Eso por ser tan chillón.

- ¡Per-...

Otra patada más.

- Eso por coquetearle a otros.

- ¿Qué-...

Una última patada y un último quejido de su parte.

- Esa última por ser tan bonito.

(...)

Me recosté en la suave cama perteneciente al azabache.

- Bueno, no quiero decirte nada pero no me gusta que se recuesten en mi cam-...

- Tu cama mis pelotas -Fruncí del ceño- Eres un debilucho que no aguantó cargarme hasta mi casa, me trajiste a la tuya y ahora debes brindarme toda tu atención porque estoy en un mal estado.

- Sí señor -Balbuceó haciendo puchero- ¿Al menos me dejas sentarme en la orilla?

- En la orilla de un acantilado me gustaría más.

- pero, pero.... ¡Ésta es mi casa! -Refunfuñó- ¡Y mi cama!
Me parece una falta de respeto que te deje entrar en mi morada, te recuéstese sin mi debido permiso en mi lugar mas habitado durante años enteros, me regañes y me trates como a un niño, porque no lo soy.

Astuto| HanKnowDonde viven las historias. Descúbrelo ahora