||•Changbin•||
Aquella luz molesta consiguió su objetivo; despertarme.
Un extraño dolor inundó mi cuerpo al estar completamente consciente.
- Oh, ¿cómo te sientes? -La enfermera alejó aquel pedazo de metal con luz que me encandilaba.
- Adolorido -Musité decaído.
- Al parecer tuviste una pelea -Respondió con pena aquella dulce mujer.
Entonces pequeños recuerdos de minutos antes llegaron a mi mente.
Hice el intento de levantarme de la camilla pero fue en vano.
- Tengo que ir c-con Minho.
- No puedes lindo, estás muy lastimado -Su asquerosa voz resonó entre las cuatro paredes- Sería mejor que te lleve a casa.
Puse los ojos en blanco. No quería saber nada de aquél irritante ser humano.
- Puedo caminar, me iré solo.
- Si te vas solo en éste estado, entonces ten por seguro que cinco negros te pueden violar en el camino -Alzó sus cejas de forma graciosa.
La enfermera del secundario soltó una ligera risita, yo por mi parte nisiquiera solté una sonrisa.
- Prefiero eso antes de que me toques tú.
Ahora una mueca de tristeza se incrustó en su rostro.
- Bueno chicos, les hice un par de papeles para que le presenten a la directora y les deje salir de su horario escolar.
- Muchas gracias -Murmuré sin ganas haciendo mi mayor esfuerzo en sentarme.
- Iré a buscar un par de cosas en la sala de profesores, pueden retirarse cuando gusten -Fueron sus últimas palabras antes de salir y dejarnos completamente solos.
Hyunjin se acercó a mí con pasos lentos y suaves.
- ¿Vam-...
Antes de que continúe, una patada cayó en sus pelotas.
- Eso por ser tan chillón.
- ¡Per-...
Otra patada más.
- Eso por coquetearle a otros.
- ¿Qué-...
Una última patada y un último quejido de su parte.
- Esa última por ser tan bonito.
(...)
Me recosté en la suave cama perteneciente al azabache.
- Bueno, no quiero decirte nada pero no me gusta que se recuesten en mi cam-...
- Tu cama mis pelotas -Fruncí del ceño- Eres un debilucho que no aguantó cargarme hasta mi casa, me trajiste a la tuya y ahora debes brindarme toda tu atención porque estoy en un mal estado.
- Sí señor -Balbuceó haciendo puchero- ¿Al menos me dejas sentarme en la orilla?
- En la orilla de un acantilado me gustaría más.
- pero, pero.... ¡Ésta es mi casa! -Refunfuñó- ¡Y mi cama!
Me parece una falta de respeto que te deje entrar en mi morada, te recuéstese sin mi debido permiso en mi lugar mas habitado durante años enteros, me regañes y me trates como a un niño, porque no lo soy.
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Astuto| HanKnow
Teen FictionNadie sabia que detrás de esos anteojos y de su amable sonrisa se escondía un gran amante del sadismo y masoquismo. Donde Minho busca ayuda en matematicas y se topa con el nerd de su clase. - Te enseñaré matemáticas a mí manera -Habló el peliazul- C...