Semana catorce.

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Semana catorce.

Domingo.

—¿Clari?— pregunté mirándolo.

—¿Dije Clari?

—Sí, dijiste Clari.

—Perdón Lodo…

Mi mente solo quería decir “Qué perdón, ni qué nada, Diego te vas de mi casa” –Esperen, eso rima–. Pero no pude, lo vi mal.

—Estoy muy nervioso por lo de Clari… Falta tan poco para la boda, no sé cómo va a tomar la separación. Y después enterarse que el bebé que va a ser su ahijado es mi hijo…

—Diego…

—No…— dejó de existir una distancia, pero tenía a Mia en brazos así que me alejé.

Logré que se duerma y la dejé en la cama –Protegida por varios almohadones para que no se caiga– y me senté mirando para el otro lado.

¿Nunca sintieron que era la última vez que iban a hacer algo?

Ese sentimiento, mezcla de angustia y felicidad. Porque aunque sos feliz, haciéndolo y recordando ese momento, la angustia de posiblemente no poder volver a hacerlo también está presente.

Eso sentí cuando me besó, a lo mejor será porque no lo volveré a hacer. O a lo mejor es una de las últimas veces.

Diego llegó y me miró.

—¿Qué sucede?

—Tengo miedo.

Miedo… ¿Qué es el miedo? Es una emoción, caracterizada por una fuerte o intensa sensación, generalmente desagradable, provocada por la percepción de un peligro. Bueno, está es una definición.

Miedo es desconocimiento, pero no ignorancia. Miedo es desconocimiento, solo por el hecho de que nos da miedo, no saber cómo es algo, o que va a pasar.

Por eso existe el miedo a la muerte, porque nadie de nosotros sabe exactamente cómo es. Pero ¿No le tendríamos que tener más miedo a la vida?

No sabemos cómo es. Hay gente que no sabe de dónde viene, ni a dónde va. Si le tenemos miedo a la oscuridad, porque no sabemos bien que vemos, también le tenemos que tener miedo a la luz, porque no todo es como lo vemos.

A lo que voy, no sabemos nada, en verdad. Por más verdadero que creamos que es algo, nunca lo sabremos. ¿Acaso el sol no giraba alrededor de la tierra hasta que alguien dijo lo contrario? ¿Acaso las matemáticas son una ciencia exacta? Si es así, explíquenme como una cuenta puede dar dos resultados, aunque sea siempre el mismo número.

Nada es completamente cierto o real en esta vida, por lo tanto, le tendríamos que tener miedo a todo, porque no sabemos absolutamente nada.

Desconocemos todo, cada cosa de la vida, qué nos prepara el destino y por qué.

Pero, esto pasa cuando la gente piensa. Con ignorancia, no hay miedo.

Si ignoras el hecho de lo contaminado que esta el lugar, no vas a tener miedo de ir a Beijing.

Pero en no saber bien las cosas, si trae miedo.

Si no sabes que el Ébola se transmite por el contacto con los fluidos, vas a tener más miedo.

El miedo existe en la gente que piensa.

Pero el miedo es humano. Nadie nos puede culpar por tener miedo.

Lunes.

Ayer en la tarde Diego se fue, y no quedaron muy bien las cosas entre él y yo desde que me dijo “Clari”. La verdad es que ahora mismo me estoy debatiendo en que pensar.

La cosa más linda (Dievica)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora