Domingo.
Aún nadie sabía qué hacer o decir. Hay gente que hablaba preguntándose el por qué, mientras Alba, Cande, Mechi y yo no decíamos palabra alguna. No me habría sorprendido si Tomás empezaba a despotricar en contra de mí, pero sin embargo no pasó. Diego tampoco emitió palabra alguna.
—¿Alguien sabe el por qué?— pregunto María Elena, la mamá de Clari.
Yo no podía hablar, y menos pensar en una circunstancia así.
Recordé muy bien el momento en el cual dejé de escuchar a mis pensamientos para escuchar a Clari y a sus palabras. El momento fue de película, aunque ahora no entendía bien el argumento.
“Yo… Yo… No puedo hacer esto, Diego.”
Esas palabras seguidas por el ruido de los zapatos altos corriendo hasta la puerta de la iglesia, sumado a una mirada hacia donde yo me encontraba cuando ella abandonaba el lugar, era lo único que podía pasar por mi mente.
—Yo no tengo ni idea— dijo Mechi, haciendo que me sobresalte.
—¿Se sabe dónde estará?
—Diego intentó llegar con ella, pero lo único que vio fue un auto alejándose, para luego perderse por un camino— comentó Alba.
—Lodovica, vos eras la más cercana a ella en estos momentos ¿Sabes alguna razón?— si la pudiese decir…
—No sé mucho— respondí, bajando la cabeza con miedo— No me esperaba esto.
—Sé sincera ¿Diego le contó? ¿Por eso se fue?— indagó Cande, yo negué.
—Se supone que ella no sabe nada…— miré hacia mi panza, y la toqué con la dos manos— ¿Ustedes creen que…?
—¿Los hijos que esperas son de Diego?— que directa que es María Elena…
—Sí— susurré y mis ojos se llenaron de lágrimas.
Me arrepiento tanto de que los bebés tengan un padre como él… No es nada parecido a lo que yo pensé que era Diego. Creo que estaba realmente ciega. Mechi me abrazó y me acarició la espalda mientras Cande me miraba preocupada y Alba se ponía del otro lado, no del de Mechi, y ponía su mano en mi panza. Empecé a llorar y abracé a Alba que reaccionó de inmediato abrazándome también.
—Va a ser mejor que te calmes Lodo…— comentó Cande.
Yo empecé a necesitar más aire y por lo tanto a respirar con más calma. Esto de llorar hacía que me sienta peor así que intenté calmarme lo más rápido posible. No podía y mi respiración se ponía cada vez peor. Me trajeron un vaso de agua e intentaron que me calme porque estaba muy mal con la respiración, me costaba mucho. De repente apareció un hombre que se me hacía conocido y empezó a controlarme para ver cómo estaba.
—No tenes una complicación mayor, Lodovica, solo que entraste en un ataque de pánico y tenes un poco apretado todo ahí adentro por los bebés entonces te costó un poco volver a tu respiración normal, tranquila— sonrió de forma tranquilizadora—. Parece que no me reconoces, soy el ginecólogo que te atendió hace un tiempo, me llamo Benjamin.
—Cierto, pe-perdón— la interrupción fue porque tuve que respirar de improvisto.
—No pensé encontrarte acá— hablaba lento, como para que el mundo vaya más lejos y todo se calme—. Después me acordé de que trabajaste en Violetta y que Clara y Chachi también.
—¿Los conoce?
—Sí, conozco a la familia de Diego muy por encima, pero ayude a Clara cuando pasó lo que pasó e hice buenas migas con Diego. ¿Querés verlo? Porque él casi viene corriendo pero tus amigas lo detuvieron.
![](https://img.wattpad.com/cover/27187336-288-k452291.jpg)
ESTÁS LEYENDO
La cosa más linda (Dievica)
RomansaElla. Él. Clara. Tomás. Su compañera de trabajo. El novio de su amiga. Su novia. Su novio. Cuando los roles se confunden y forman la cosa más linda ¿Que puede pasar?