Domingo.
Tres días para el civil, seis días para la iglesia.
Desperté sin ganas de moverme del sillón. Le dije eso a Diego.
¿Cómo pude?
Aún no lo sé, y no quiero volver a planteármelo.
Cande ya intentó animarme, o al menos intentó que le cuente lo que había pasado pero no tenía ganas.
Cuando le dije eso a Diego fue tan raro… Sentía que estaba en el cielo y que de pronto bajé otra vez a la tierra.
Ahora él no irradiaba ningún color en mí, solo era otro gris.
Por otro lado estoy feliz porque sé que Clari quiere hace muchísimo poder ser feliz con Diego y formar una familia. Sé que ella va a ser feliz y yo también, pero a la vez tengo miedo de cómo puede reaccionar al saber la verdad sobre Diego y yo. Igual no tiene que saber todo.
Hay momentos en los que me acuerdo de él, me acuerdo de su sonrisa, me acuerdo de mi corazón latiendo a mil, me acuerdo de mis manos temblando y de tener miedo de decir algo mal, pero la charla siempre se llevaba de una forma tranquila y él me guiaba.
Después me acuerdo de todas las veces que él quiso ser feliz con Clari y yo siempre los interrumpía. A su vez me pone tan mal Clari, verla mal me pone peor. En el momento en que llora yo sé si lo hace de verdad o no. Ahora lloraba de verdad. Podía ver en sus ojos el verdadero dolor de perder a un bebé, que no pudo hacer nada.
Mire mi panza y levanté mi remera para quedarme mirando la curva que se hacía. Dos bebés, tanto de Diego como míos estaban ahí. Sé que ellos habían venido por sorpresa, que nadie los esperaba pero a su vez sé que ellos nacieron de la primera vez que le demostré a Diego que lo amaba, y no como a un amigo.
Aún tengo miedo de que algún día ellos noten los errores que tuvimos con Diego, como no jugarnos por nuestro amor cuando aún nos amábamos. O a lo mejor nunca nos amamos, y todo fue una ilusión creada por el hecho de enamorarse –Un sentimiento poco común–, en un momento en que nuestras vidas eran siempre iguales y no variaban en nada.
Ya no sé qué fue lo que sentí un día por él.
¿El amor existe realmente?
Era la única pregunta que daba vueltas por mi cabeza.
Si es así, cada día confío menos en él.
Siento que ahora, las cosas que me pasaron con el amor fueron como vacunas y ahora soy inmune, y no puedo volver a enamorarme.
Pero después veo a Dante, que aun sufriendo cree que todo se va a solucionar.
Sé que tengo que pensar en positivo pero ya no puedo, me cuesta demasiado pensar en el amor.
Siento que sé lo que quiero pero después noto que quiero a Diego, y eso no lo sé.
¿¡Qué me hiciste Diego Dominguez!?
Lunes.
Dos días para civil, cinco días para la iglesia.
Quedé en verme con Dante hoy. Él prometió ayudarme con respecto a Diego. Me va a venir a buscar y juntos vamos a ir a algún lugar, aún no sé a cuál. Pero según él será bueno para los dos intentar olvidarnos de las personas que nos dejaron.
—¿A dónde vas así vestida?— preguntó Cande.
—A ningún lugar importante… ¿Por?
—Vestida así no vas a un lugar importante, con un short que no es de jean, una remera que es nueva, sin una gorra, con esos zapatos que parece que se los robaste a Francesca, y además con un poco de mi brillo labial… ¿Vas a salir con él?
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La cosa más linda (Dievica)
RomanceElla. Él. Clara. Tomás. Su compañera de trabajo. El novio de su amiga. Su novia. Su novio. Cuando los roles se confunden y forman la cosa más linda ¿Que puede pasar?