Semana seis.

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Domingo.

Tomás llegó a eso de las tres de la tarde, muy raro, y muy raro es poco. Volvió a traerme unas rosas rojas, eran hermosísimas.

—¿A qué se debe esto? No habrás hecho algo y le sacas consejos a Marco ¿No?— bromeé.

—No, solo que hoy es un día importante— me dijo con una sonrisa—. ¿Lo olvidaste?

—No, quiero saber si vos no ¡Claro que me olvide Tomás!

—Hoy es la primer ecografía, hoy vamos a ver por primera vez a nuestro bebé.

—Tomás yo quería ir sola— comenté, con mi mente aun pensando que el médico me iba a decir “No, esta de cinco semanas” y así pensar que el bebé era de Diego.

—¿Estas segura?— negué.

—No, si tanto queres venir no tengo problem-

—Un segundo— tomó su celular que fue el que me interrumpió y se alejó.

Volvió después de un rato, no escuché nada de todo lo que él decía por teléfono, y la verdad es que me intrigaba y hasta me molestaba. No sé por qué la verdad, porque yo no estoy enamorada de Tomás, tal vez que es como “Mi propiedad” y por eso no me gusta.

—Lodo, no puedo ir, tengo que volver por un problema de edición.

—No hay problema Tomi— me acerqué y le di un beso—. Voy sola.

—De hecho, le pedí a Diego que te acompañe hasta la clínica, por el incidente— Yo no pensaba ir en taxi, nunca tomaré un taxi en mi vida.

—Puedo ir en colectivo.

—¿Y por qué pedirías el asiento? Por estar embarazada y todos se enterarían, y si no te sentas el colectivo puede frenar mal y también te caes y le puede pasar cualquier cosa— me besó la frente—. Es por tu bien.

—¿Y en que vamos a ir con Diego?

—En su nuevo auto— comentó, se alejó y tomó las llaves—. ¿Vamos?

—Si.

Abrió la puerta y bajamos, el auto de Diego estaba ahí, me subí y saludé a Tomás. Mire a Diego mas él no a mí, empezó a manejar y yo a mirar a cualquier lado para no cruzar miradas con él. No quería verlo, no podía verlo, sabía que si lo miraba comenzaríamos a hablar, y luego a pelearnos. Llegamos y bajamos del auto.

—Hola.

—Hola— devolví el saludo—. ¿Vas a entrar conmigo?

—Si, pero no veré cuando te hacen la ecografía— sonrió y yo no.

—Gracias Diego— suspiré— ¿Damos por olvidada la pelea del otro día?

—Sí, princesa— me dio un beso en la frente.

Pasamos por recepción, que nos indicaron a donde teníamos que ir. Caminamos tranquilos y después de un rato entramos. Me tuve que poner una bata, porque era una ecografía transvaginal. Tenía miedo por lo que iba a pasar pero por suerte Diego estaba en la otra habitación ayudándome.

—¿Preparada?— me preguntó el especialista en ultrasonidos—. ¿Primer embarazo?

—Si— sonreí nerviosa y ansiosa.

—Pones las piernas acá y acá— me indicó y lo hice—. Y empezamos.

—Estoy nerviosa— confirmé.

—¿De cuantas semanas?

—Siete— frunció el ceño y me preocupo—. ¿Todo bien?

—Sí, es que no se encuentra al bebé— sin bebé no hay embarazo.

La cosa más linda (Dievica)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora