Diego.
Domingo.
Lodovica estaba completamente sedada al lado mío. Yo no sabia prácticamente qué hacer. La mujer que amo dormida, conectada a miles de tubos y mi bebé estaba siendo llevada por un pediatra a una incubadora según creo. Lodovica estaba sin moverse, parecía incluso no respirar. Besé su frente una y otra vez, recordándole que todo estaría bien.
Los médicos entraban y salían constantemente, yo no sabia si podría preguntar algo. Una tela o algo así me separaba de todos los médicos lo cual me era bueno porque intentaba no mirar eso, que supuse que sería sangre, bueno, como cualquier proceso quirúrgico.
Lodovica tenía mucho miedo hoy, el día se lo paso entre llantos y angustias. No sabia por qué, pero cuando dijo eso lo entendí, ella creía que iba a morir, ella estaba casi segura cuando le dieron la anestesia, ella si que sabia que ocurriría y no había querido decirlo.
Le besé las mejillas y todo su rostro mientras le aseguraba una y otra vez que si ella me podía escuchar todo estaría perfecto y nada malo ocurriría. Lo que más le decía era que no moriría, ella no debía morir. Ella debía cuidar a nuestras bebés.
Ella es una muy buena persona, no debería pasarle nada malo. Ella me aceptó siempre, cuando cometí los peores errores, sobre todo lo que pasó con Clari, y yo siento que me hubiese aceptado hasta con un bebé de Clari. Ella me demostró el amor, me demostró el miedo a perder ese amor.
El médico confirmó que la bebé ya estaba por llegar al mundo y yo no podía más de los nervios. El doctor hizo una pequeña cuenta regresiva y anunció que la bebé nació. Pero no pasaba nada y estaba que se me salía el corazón del pecho.
Diez segundos y nada pasaba, no había un llanto, no había ni una reacción, no había nada, nada que me diga que pasaba.
Veinte segundos y Lodovica tampoco parecía tener alguna reacción estaba muy sedada y no se enteraba de nada. Por un lado era bueno, pero por otro la necesitaba, necesitaba que este bien. Necesitaba sus palabras. Necesitaba que ella me diga que todo estaría bien.
Treinta segundos y cuando creí que sería otra vez nada unas maquinas comenzaron a hacer ruidos extraños, el doctor se miró nervioso con el pediatra y una enfermera me sacó en poco tiempo, yo no sabia nada, mi hija y mi mujer estaban ahí, y probablemente una de ellas estaba sin vida.
Un pediatra llegó y advirtió que Alessia estaba con algunos problemas pero nada malo, en cambio Clari, nació con una depresión pulmonar. Seguido a esas dos palabras me vio con tristeza, incluso compasión y pronunció "Lo siento". Quise llorar pero no debía, no quería llorar hasta que lo hice, quebré en llanto deseando que sea todo una mentira, que en minutos despierte y ella esté conmigo y con la panza.
Mire una figura femenina que se acercaba a mi casi corriendo. Ella me miró con sus ojos verdes y yo me pare.
La abrace y ella a mi, en ese momento me dijo que tenía un muy mal presentimiento.
A lo mejor Lodovica había nacido para morir.
A lo mejor todo fue una trampa del destino.
A lo mejor Lodovica no había fallecido, pero todo indicaba lo contrario.
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La cosa más linda (Dievica)
Roman d'amourElla. Él. Clara. Tomás. Su compañera de trabajo. El novio de su amiga. Su novia. Su novio. Cuando los roles se confunden y forman la cosa más linda ¿Que puede pasar?